La Región de Murcia es la mayor zona productora de melocotón paraguayo del continente

La apuesta de los agricultores de la Vega Alta por los melocotones paraguayos ofrece ya su gran fruto, tras una década de reconversión varietal de sus plantaciones; sobre todo para reemplazar al melocotón amarillo (pavía), dada su decadencia como fruta en fresco y los flojos precios pagados por las conserveras.

Ya en 2017, los paraguayos eran la fruta dulce más producida en la Región, por encima de la nectarina. Ahora constituirá una enseña más de la agricultura murciana ante Europa, junto con el limón, la lechuga iceberg, la alcachofa, el brócoli y el melón galia.

Las cooperativas murcianas comunicaron a finales del pasado mes a Europêch (foro que agrupa a los productores comunitarios y que sirve de referencia para mayoristas y cadenas de supermercados) una previsión de aforo de 100.000 toneladas de melocotones paraguayos (+38,9%), merced a la entrada en producción de nuevas hectáreas. Cabe recordar que la media de los últimos cinco años fue de 85.200 toneladas.

Cataluña, por su parte, solo aportará 48.530 toneladas (–47,7%) tras sufrir una serie de heladas en Lérida a primeros de abril y posteriores tormentas de granizo. Su media desde 2017 está en 118.516 toneladas, por lo que los productores murcianos tienen estas semanas una oportunidad de oro para arrebatar clientes a sus competidores más cercanos.

¿Y el resto de frutas? En lo que se refiere a la Región, Europêch maneja previsiones de 95.000 toneladas de nectarinas (+6,7%); 73.000 de melocotones rojos (+4,3%); 60.000 de melocotones amarillos (–14,3%); y 40.000 de albaricoques (–16,6%).

La suma de tales volúmenes revela el peso de los paraguayos sobre la producción de fruta de hueso (368.000 toneladas sin contar ciruelas ni cerezas, según Europêch), con el 27% del total.

Pese a la hegemonía sobre los paraguayos dentro de Europa, los precios oscilan entre 60 céntimos y 1,3 euros el kilo sobre árbol, por debajo del melocotón rojo (1,4 euros máximo) y de la nectarina (1,5 euros), de acuerdo con los últimos datos de la Consejería de Agricultura. Es señal de que a este tipo de fruta aún le queda largo camino a la hora de promocionarse entre los consumidores europeos y enfrentarse a la competencia turca.

A nivel nacional, Europêch ofrece a los importadores un aforo desalentador. Esto es, 896.841 toneladas de melocotones y nectarinas (–30,8%) a las que se suman 58.791 de albaricoques (–37,3%).

En lo que se refiere a paraguayos, la cosecha española será de 184.610 toneladas (–18,5%). Además de Cataluña, otras regiones productoras de este tipo de fruta –Aragón y Extremadura– también tendrán malas cosechas.

Lo peor es que las mermas españolas de fruta de hueso no se traducirán en mejores precios, puesto que Francia, Italia y Grecia esperan cosechas aceptables. Así, en la nación transalpina serán 1.005.887 toneladas de melocotones y nectarinas (+43%), además de 262.686 de albaricoques (+40%). El país heleno, por su parte, aportará 353.300 (+120%) y 64.500 toneladas (+17%), respectivamente. Los vecinos galos irán equilibrados, puesto que recolectarán 192.973 toneladas de 'pêches' y 'nectarines' (+20%), más 128.364 toneladas de 'abricots' (+125%).

Al 'rearme' de los competidores comunitarios frente al aforo español se sumará la pérdida del mercado ucraniano a raíz de la invasión y el bloqueo sobre Bielorrusia. Este país se encargaba hasta ahora de 'reexportar' de forma discreta cargamentos hacia Rusia para así suavizar el autoembargo respecto a las frutas comunitarias que el Kremlin había decretado en 2014 (ante la oposición de la UE respecto a la anexión de Crimea). Ello generará excedentes que habrá que desviar hacia terceros países y a la industria conservera.

Europêch advierte asimismo del incremento de costes de producción, que oscilan entre el 30% y el 40% anual: fitosanitarios, destríos, energía para bombeo de pozos, coste del agua canalizada y jornales (8.000 personas trabajan en la recolección dentro de la Vega Alta). Más allá de las fincas están los gastos en refrigeración de almacenes, selección y manipulado, cajas de cartón, envases plásticos, palés, transporte por carretera, fletes, etcétera. El sindicato Unión de Pequeños Agricultores (UPA) lo cifra en una media de entre 55 y 60 céntimos el kilo.

La Confederación de Cooperativas Agroalimentarias confía en que, pese a las presiones que ya ejercen los grandes distribuidores y las conserveras, el sector logre repercutir de forma equilibrada el incremento de los costes.