Las pensiones privadas de 257.000 murcianos dan rentabilidades récord
Los planes individuales superan con creces el impacto de la pandemia con un rendimiento anual medio del 12,8% y bajo una ofensiva fiscal
Reinvención. Es a lo que se están sometiendo las pensiones privadas. El recorte de sus ventajas fiscales, más la competencia de fondos de inversión y ... seguros de ahorro, han hecho que las entidades financieras activen el 'turbo' a un producto que se ha convertido en uno de sus principales ganchos de fidelización.
Los planes individuales suscritos en la Región mantienen un récord de rentabilidad, que alcanzaba a primeros de este mes el 12,8% a un año, informa la Asociación de Instituciones de Inversión Colectiva (Inverco).
En comparación, los fondos de inversión –mucho más flexibles y audaces en su gestión– 'solo' ofrecen una plusvalía media del 11,19% a un año. Muy pocas veces (en 'cracks' bursátiles) se imponen las pensiones privadas sobre estos productos financieros en cuanto rendimientos.
Bancos y aseguradoras sitúan a mejores gestores para dar lustre a un producto que cobra peso para fidelizar clientes
El sistema de planes de jubilación ha superado con creces el impacto de la pandemia tras quince meses de vicisitudes que pusieron en cuestión su viabilidad. Antes del primer estado de alarma había 257.060 murcianos partícipes, que sumaban 1.596 millones de euros, según Inverco. Constituyen el 17,1% de la población regional, pero la patronal financiera resalta que están al frente del 47% de los hogares de la Región.
El rendimiento del 12,8% obtenido desde abril de 2020 se ha materializado en 200 millones de euros añadidos. Cabe recordar que quienes se jubilan no recuperan de golpe el 100% de lo aportado, sino que cobran cuotas mensuales mientras el resto de su capital continúa rentando.
Según los riesgos
Del total de partícipes de la Región, el 62,6% tienen planes mixtos; esto es, unos 160.000. A comienzos de este mes habían obtenido rendimientos que oscilaban entre el 7,5% a un año (aquellos con mayor peso de deuda pública, bonos y obligaciones) y el 16,5% (los que tienen predominio de acciones bursátiles). Ganan incluso a fondos de inversión equivalentes en cuanto a cestas de títulos, cuyas plusvalías oscilan entre el 6,28% (renta fija mixta) y el 14,5% (renta variable mixta).
El 22% de los que tienen planes basados en renta fija, unos 56.500, cerraron el cuatrimestre con plusvalías anuales que oscilan ente el 1,6% (corto plazo) y el 2,5% (largo plazo). Al 8,9% de los ahorradores que se juegan su futura pensión en Bolsas, unos 22.900, les tocó el premio mayor. Nada menos que un 33,8% de rentabilidad anual. Casi tanto como los fondos vinculados a Wall Street (35,5%).
Los alérgicos al riesgo, que son el 6,5% con sus ahorros en planes garantizados (16.700 partícipes) también tuvieron su parte, que se situó en un 2,8% anual.
Los murcianos que están a punto de retirarse con un plan contratado hace un cuarto de siglo acumulan una rentabilidad neta del 3% anual por cada uno de los 25 ejercicios. Quienes lo hicieron hace una década, el promedio anual es del 3,4%, porcentaje que sube al 8% para quienes optaron por renta variable. Los que se suscribieron a planes basados en títulos bursátiles hace cinco años se llevan un 'pico' del 9,6% anual. Y el reverso está en los de renta fija a corto plazo. Son los únicos que no han dado rendimiento entre 2015 y hoy día.
Tres referencias
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1.596 millones es el capital que sumaban los planes de pensiones individuales antes del primer estado de alarma, a los que se han sumado al menos 200 millones más en plusvalías en los últimos doce meses.
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6.210 euros es la aportación media de un partícipe murciano de planes de pensiones, la más baja de todas las autonomías.
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2.000 euros es lo máximo que un ahorrador desgrava ante el fisco con sus aportaciones anuales tras la reforma del Gobierno central. Antes eran 8.000 euros. Se pierde así la mayor baza de este producto financiero.
Tales resultados se dan en una región poco entusiasta por las pensiones privadas. Aunque el número de partícipes es sustancial a primera vista, realmente se traduce en un capital medio por partícipe de 6.210 euros, el más bajo de España. El promedio nacional está en 10.623 euros.
La aportación media más alta de los murcianos se concentra en lo más seguro, en los planes garantizados, con 10.914 euros. Les siguen los de renta variable, con 6.564 euros. Los mayoritarios, que son los mixtos, se reducen a un promedio de 5.985 euros; y los de renta fija bajan a 5.314 euros. La pensión media del sistema público es de 1.186 euros mensuales, por lo que tales cantidades apenas darían para un semestre (lo normal es percibir rentas privadas de 200 o 300 euros al mes).
Mayor relieve
Antes de la pandemia, los planes de pensiones eran una alternativa a los depósitos a plazo, por lo que se gestionaban de manera muy cauta. Lo prioritario era evitar pérdidas y rentar por encima de la inflación antes que ofrecer amplias plusvalías. Con la reconversión de la banca ya son un anzuelo para captar y fidelizar clientes a cambio de comisiones más bajas. Por esa razón las entidades los han ido encomendando a gestores más ágiles para darles lustre.
Otro acicate es la futura competencia de los llamados Planes de Pensiones de Empleo (PPE), que se han convertido en la apuesta del Ministerio de Seguridad Social para canalizar el ahorro de los trabajadores, a la vista de que la reforma de las pensiones públicas supondrá un recorte en la renta futura de los 'baby boomers'.
La puesta de largo de esta opción se produjo en la aprobación de los Presupuestos, donde se redujo de forma drástica (75%) la aportación deducible de los planes individuales –de 8.000 a 2.000 euros al año–, mientras que se amplió la de los PPE a 10.000. Esto es, la aportación sistemática que puede hacer ahora un particular sin pasar por el fisco es de tan solo 166,6 euros mensuales.
Sobre los planes individuales pesa además una modificación legal que permitirá la retirada del 100% del capital sin penalización antes de los 65 años a partir del ejercicio 2025, lo que puede ser un varapalo para bancos y aseguradoras si se agrava la crisis para entonces y las familias echan mano de lo acumulado.
Doble incentivo
Los PPE se caracterizan por el hecho de que es la empresa quien los promueve para sus trabajadores. Ambas partes aportan cantidades al fondo de previsión y su adhesión es voluntaria por parte del empleado, aunque será automática a medio plazo, según los planes del Ministerio. Tienen doble incentivo fiscal. Para el trabajador, el dinero que invierta será desgravable en su declaración de la renta. Las aportaciones de la empresa serán consideradas como gasto deducible en el Impuesto de Sociedades.
El presidente de Inverco, Ángel Martínez-Aldama, insiste en la necesidad de que las familias incrementen su ahorro de forma estructural. Añade que la transferencia de incentivos fiscales hacia los PPE tendrá efectos negativos en el corto plazo. Así, prevé que los planes individuales reciban un 30% menos de aportaciones brutas este año, por lo que teme que este sea un ejercicio nulo a efectos de crecimiento.
Resalta que hay colectivos para los que un plan individual es imprescindible, como son los autónomos y agricultores, muy vulnerables debido a que sus cotizaciones suelen ser sobre bases mínimas en la mayor parte de su vida laboral. También para trabajadores temporales y a tiempo parcial, cuyo número no deja de crecer.
Mermado el gancho de las deducciones, solo queda el de las buenas rentabilidades.
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