La metalurgia regional da marcha atrás ante el disparo de sus costes

Se trata del único sector industrial que reduce su producción tras la pandemia. Facturó 206 millones de euros en 2020, solo un 5% menos respecto al ejercicio anterior pese a la semiparálisis del mercado. Fue incluso el doble respecto a cinco años antes (103 millones en 2015). El año pasado estuvo creciendo a doble dígito entre abril (+90,2%) y agosto (+13%), pero durante el último cuatrimestre desaceleró ante la escalada de los costes y reinició su descenso a inicios del presente periodo.

Pese a ello, hay mucho terreno ganado. La metalurgia murciana mantiene hoy día un nivel de actividad un 36% superior respecto a 2015, según el Índice de Producción Industrial. La invasión rusa de Ucrania puede dar oportunidades a su recuperación, ya que ambos países son grandes generadores de metal y han quedado fuera del mercado europeo. Por otro lado, la construcción se va desperezando tanto en la Región como en el resto de España y demanda más vigas, barras, mallazo férrico, tuberías, carpintería metálica, revestimientos, andamios, etcétera.

La producción de metales en la Región proporciona empleo directo a más de 750 obreros en 10 fundiciones y 18 factorías de transformación de acero, hierro y aleaciones. A ellas se suman otras 11 fábricas de tubos, vigas, bobinas y estructuras de construcción, así como 3 talleres especializados en metales preciosos.

Alrededor de este núcleo existen 941 empresas murcianas dedicadas a la fabricación de artículos metálicos, desde latas, perfiles, recambios y calderas hasta puertas y forjados, pasando por ferretería, cuchillería y municiones. Aportan ingresos a más de 7.300 familias. En 2020 generaron 907 millones de euros. El de la Covid fue un impacto relativamente flojo si se tiene en cuenta que su récord está en 939 millones, alcanzado en 2019.

No obstante, los altos costes de producción hicieron que la inversión en el sector del metal se redujera durante el pasado ejercicio a tan solo 9,5 millones de euros, un 31,4% menos respecto a 2020 (el techo se situó en 2021, con un total de 64,7 millones).

La paradoja reside en que el lastre de los costes no ha impedido que la metalurgia murciana entre en una edad de oro en el mercado exterior. El año pasado expidió 209.246 toneladas de hierro, acero, hojalata, plomo, ferroaleaciones y chatarra (+67,4% anual) por un valor de 160,6 millones de euros (+50,9%), un récord batido con creces puesto que la anterior marca estaba en los 110,5 millones de 2019. Los clientes son, por este orden, Portugal, Marruecos. Francia, Turquía, Estados Unidos, Brasil, Italia y México.

Bajo la actual situación de crisis energética –agravada por la guerra de Ucrania–, las firmas metalúrgicas están teniendo que ralentizar su producción. La Fremm alerta de que la presión inflacionista derivada de los altos costes de producción compromete las exportaciones de los productos murcianos, haciéndolas menos competitivas. Un informe de CaixaBank difundido esta semana indica que, de mantenerse el aumento del coste energético este año, las factorías del sector verán reducidos sus márgenes en un 45%.

Y esa pérdida de competitividad se nota. La Región importó en enero 28.620 toneladas de acero, hierro, hojalata, aluminio y cobre por 37,4 millones de euros, un 341% más que en el mismo mes de 2021. Nunca había llegado tanto metal al puerto de Cartagena en un mes. Los proveedores son Turquía, China, Egipto e India, países con menos costes en energía y materias primas.

La situación del sector, según alertan la Asociación de Empresas de Gran Consumo de Energía (AEGE) y la patronal siderúrgica Unesid, es catastrófica. Añaden que, de seguir la actual deriva, muchas factorías se verán obligadas a poner en marcha expedientes de regulación temporal de empleo y deslocalizaciones de producción.