Un fondo francés compra Parque Mediterráneo en Cartagena por 83 millones y mejorará sus instalaciones
El grupo Frey posee varios centros en Cataluña, donde ha potenciado el concepto de 'paseo de compras', con vegetación y arbolado en el exterior
Parque Mediterráneo, principal polo comercial y de ocio en Cartagena, cambia de manos. El grupo francés Frey anunció este jueves que ha acordado el pago de 83 millones de euros a la mercantil que lo promovió a comienzos de siglo y lo explota desde mayo de 2006, propiedad de los empresarios cartageneros Gerardo de la Torre y José Luis Sánchez-Luengo. El grupo comprador está especializado en dotar a sus centros comerciales de paseos ajardinados y arbolados al aire libre, para proporcionar a sus clientes un entorno agradable para su compras. El ejemplo señalado por Frey al hablar de sus planes en Cartagena es el Shopping Promenade de Lérida, creado en 2019.
Parque Mediterráneo está en la tercera fase del polígono industrial Cabezo Beaza. Cuenta con 66.000 metros cuadrados de superficie comercial y grandes locales ocupados por primeras firmas internacionales, como MediaMarkt, Decathlon y Leroy Merlín, entre otros negocios. También acoge el centro comercial Espacio Mediterráneo, en el que funcionan un hipermercado Carrefour y más de 120 establecimientos. Destacan firmas como Zara, Primark e Ikea, que tiene allí un pequeño gabinete. Hay un complejo de salas de cine, además de varios bares, cafeterías y restaurantes.
Parque Mediterráneo abrió en 2006 con una inversión asociada de más de 400 millones de euros, según las estimaciones de entonces. Ahora, la sociedad que ha adquirido todo el complejo ha pagado poco más de la quinta parte. Espacio Mediterráneo lo hizo un año más tarde. Durante estos 16 años de actividad se han convertido en lugar de referencia para 400.000 consumidores del Campo de Cartagena y del Mar Menor.
«Estamos muy contentos de tener un nuevo activo español en nuestra cartera; un parque comercial con sólidos fundamentos», indicó el presidente de la compañía compradora, Antoine Frey. «Además, cuenta con un potencial muy fuerte de conversión a los estándares de nuestro 'shopping promenade'», explicó, en referencia a la implantación en Cartagena de ese concepto de 'paseo de compras'. En la actualidad, el único arbolado en exterior lo constituyen dos hileras de palmeras en una travesía en el inmenso aparcamiento central.
«Esta adquisición consolida nuestra presencia en la Península Ibérica con 4 activos en propiedad y un proyecto en desarrollo», dijo el líder de la empresa compradora. «También marca la aceleración de nuestra estrategia de expansión para respaldar nuestra ambición de convertirnos en el líder europeo en comercio sostenible», concluyó.
El complejo ubicado en Cabezo Beaza genera seis millones de renta neta anual y tiene el 96% de la superficie ocupada
El grupo galo inició su actividad en Francia, pero en los últimos años se ha movido rápido por territorio español y también ha dado el salto a Portugal. Hace apenas dos semanas anunció que compraba el Finestrelles Shopping Center de Esplugues de Llobregat (Barcelona). En 2019 se había estrenado en Cataluña con su primer centro comercial, el mencionado Shopping Promenade. Asimismo, en 2021, adjudicó la gestión de su segundo parque comercial en Cataluña, el Parc Vallés, en Terrasa.
El grupo inversor llega con intención de potenciar los resultados del complejo cartagenero, a partir de unas cifras que ya suponen seis millones de euros de renta anual neta y una tasa de ocupación comercial del 96%.
Apertura todos los días
Entre las fortalezas que Parque Mediterráneo ofrece a sus nuevos propietarios está que tiene autorización para abrir todos los domingos y festivos. Goza de esa ventaja comparativa respecto a otros complejos como Mandarache, y como el Centro Comercial Rambla, que cerró en 2019. Eso se debe a que en 2014 fue incluido en la zona de especial afluencia turística. También El Corte Inglés, ubicado entre la Alameda y Jorge Juan, tiene esa consideración. Entre los inconvenientes está que sus accesos y su explanada central, en la que hay un enorme aparcamiento al aire libre, constituyen desde hace años el principal punto negro en accidentes de tráfico de la ciudad.
Asimismo, los representantes vecinales reclaman desde hace tiempo una mejor comunicación en autobús, con una segunda línea que refuerce la número 4 y marquesinas.
La compra anunciada ayer fue bien recibida por la Comunidad y el Ayuntamiento. «Es especialmente bueno en este momento complicado sumar una nueva inversión», dijo la alcaldesa, Noelia Arroyo. «Cualquier iniciativa que llegue a la Región y genere empleo y riqueza es bienvenida», explicó la consejera de Empresa Valle Miguélez. Los vendedores declinaron hacer declaraciones.
De la Torre y Sánchez-Luengo mantienen el centro comercial Mandarache y numerosos terrenos
La creación de Parque Mediterráneo, en al tercera fase del Polígono Industrial Cabezo Beaza, no solo supuso un hito para esa zona empresarial. También catapultó a los dos socios que impulsaron el proyecto, Gerardo de la Torre y José Luis Sánchez-Luengo. En los años siguientes, se consolidaron como hombres de negocios de éxito, con la compra del centro comercial Mandarache y el proyecto de un Ensanche Norte en los terrenos de su propiedad que tiene cerca. Tras más de una década, ese complejo de compras y ocio funciona a medio gas y la promoción inmobiliaria está bloqueada está congelado y el otro funciona a medio gas. Ahora su salida de Parque Mediterráneo supone retirarse de su principal inversión en Cartagena. La contrapartida es que los ingresos por esta última operación supone para ambos una importante inyección de liquidez.
El centro comercial Mandarache abrió en 2006 con una cartera de establecimientos muy completa. En seis años perdió todos menos los cines, un par de restaurantes de comida rápida y un complejo de cines. Fue cuando De la Torre y Sánchez Luengo lo compraron con intención de impulsar una revitalización que no se ha consumado.
La expansión urbanística hacia La Asomada se ha visto lastrada por varios problemas cruzados. Uno fue que los bancos embargaron parte de los terrenos de la primera fase, cuando las obras de perfilado de las calles habían comenzado y desde entonces no ha habido acuerdo con el resto de dueños de terrenos, entre los que están los dos empresarios, para designar un urbanizador.
Tanto Sánchez-Luengo como De la Torre, que ahora reside en Madrid, tienen también en propiedad parcelas en el casco urbano de Cartagena. Pero tampoco en este caso han podido o querido impulsar proyectos inmobiliarios de manera directa o en asociación con otros.