La caída de precios frena en seco la expansión del sector lechero regional

Durante tres décadas, la cuota láctea impuesta por Bruselas limitó la producción española a volúmenes por debajo del consumo nacional. En abril de 2015 desapareció ese régimen y despegó la actividad murciana. Hubo un aspecto de la liberalización que benefició a la Región: la deslocalización. Las industrias lácteas ya no solo adquieren leche de forma preferente donde hay grandes volúmenes disponibles (Galicia, Asturias y Cantabria), sino también donde resulta más barata su recogida y transporte hacia núcleos de mayor consumo. La cercanía de las granjas murcianas respecto a las zonas turísticas del Levante jugó en su favor, a lo que se sumó el crecimiento de la producción regional de quesos.

Murcia inició este año con una cabaña de 8.555 vacas frisonas para ordeño (284 más que antes de la pandemia), repartidas entre 21 grandes explotaciones ganaderas. El ambiente era optimista ante el fin del estado de alarma. Entre marzo y mayo las entregas mensuales superaban los 6,2 millones de litros (hasta entonces el promedio desde que se inició la pandemia estaba en 5,3). Los precios seguían en 33 céntimos el litro, pero se esperaba un fuerte repunte con la demanda turística.

No sucedió así y la cotización en origen se mantuvo en el mismo nivel. A partir de julio bajó rápidamente la producción hasta los 4,3 millones en octubre, último mes del que el Ministerio de Agricultura tiene datos. El precio en origen en Murcia ha rondado este otoño los 35 céntimos/litro pese a la 'normalización' del consumo, un céntimo más que la media nacional. La situación es parecida en el resto de la UE, donde el promedio está en 38 céntimos.

Entre enero y octubre, el volumen entregado por las granjas fue de 53,9 millones de litros, de los que 47,3 se han consumido en la Región por parte de las cadenas de supermercados, queserías y empresas reposteras.

Los productores de leche del país mantienen este mes un pulso con las patronales de la industria (Fenil) y de la distribución (Anged, Aces y Asedas), así como con el Ministerio, para reclamar precios mínimos que cubran los costes de producción ante las subidas que han experimentado este año –entre 5 y 7 céntimos por litro–, hasta dejarlos en un promedio de 41 céntimos.

La Plataforma de Ganaderos Lácteos amenaza con una huelga nacional a mediados de enero si no repuntan los precios pagados por la industria. Su portavoz, José María Álvarez, insiste en que la situación es inaguantable para las granjas, «ya que vienen de un año en el que solo podían cubrir costes y ahora han entrado en pérdidas».

Asaja Coag y UPA recuerdan que los precios de la luz han subido este año para las explotaciones ganaderas una media del 270%; el gasóleo, un 73%, y el pienso, un 30%. Por el contrario, el precio de la leche que se abona a los productores solo se ha incrementado un 6%.

En España el consumo está en 72 litros por persona y año. José María Álvarez indica que la subida hasta un mínimo de 41 céntimos/litro que reclama la plataforma para cubrir costes «solo representaría pagar 2,1 euros más al mes para una familia de cuatro miembros». Critica que las cadenas comerciales utilicen la leche como gancho para disimular el encarecimiento de carnes, pescados y aceite de oliva.