El UCAM se lleva el cara o cruz ante Katsikaris

Ovacionado en su vuelta a Murcia en el momento de la presentación, el gesto de Fotis Katsikaris fue muy distinto antes y después del partido. Con un pobre 59% de acierto en los tiros libres, un grave error de su pívot titular a falta de 3,8 segundos del final, y el doble de pérdidas de balón que el UCAM, el Iberostar Tenerife vio cómo su esfuerzo por remontar diez puntos de desventaja en el tramo final fue en balde ante un equipo universitario en el que Ovie Soko sigue imponiendo su ley cada vez que sale a pista, una relación de consecuencia tan lógica como que cuando llueve el suelo se moja.

Y con Katsikaris bienvenido y Navarro ovacionado, era momento de dar paso a la acción. Y aunque eran los aurinegros quienes lograban dar primero, no tardaba el UCAM en cogerle el ritmo al partido, sobre todo a través de un Soko muy activo aunque algo fallón desde el tiro libre, asignatura que se traían pendiente los murcianos de Turquía y que así seguía (5/10 en el primer cuarto) mientras Delía entraba con un impacto positivo en el partido y el tocado Vasileiadis parecía estar listo para el partido con sus triples llegado el primer tiempo muerto del partido (16-19, minuto 8), uno al que no tardaría en seguirle otro más, el primero que pedía Ibon Navarro, cuando la vuelta a pista había supuesto dos triples seguidos de Ferran Bassas para dar al Iberostar Tenerife su máxima ventaja (16-25, minuto 9), pero al que le seguiría un parcial de 10-0 entre final del primer cuarto y comienzo del segundo en el que destacaban la actuación de Delía ante Fran Vázquez y una defensa del UCAM que, aunque seguía retando al triple a los canarios, ahora sin tanta comodidad (26-25, minuto 12).

El equipo de Katsikaris, maniatado por su lastre de lesiones y los problemas de faltas de sus pívots (Tobey y Niang con dos), adolecía de dureza defensiva, sobre todo cerca del aro, y mientras los locales procuraban llegar hasta abajo cuando encontraban resquicio, los visitantes seguían amparados a un triple que volvía a encontrar acierto con Bassas y Beirán en un encuentro que se seguía moviendo en la igualdad, y que dejaba algunas jugadas espectaculares como un tapón de Lukovic a Niang o el intercambio de mates entre Tumba y Ponitka, este remontando la línea de fondo, su territorio, para que fuera el UCAM quien tomaba una mínima renta al intermedio (41-39) ante un Iberostar Tenerife en el que, más que su entrenador, eran algunos jugadores quienes parecían verse afectados por el ambiente, pues algunos errores no forzados daban con la visible desesperación de Katsikaris.

Ibon Navarro localizó cómo hacer daño al equipo visitante cuando se cargó de faltas en el interior, y Delía respondió a su empresa siendo el más valorado del partido al descanso con 15 créditos, resultado de nueve puntos y seis rebotes.

Los problemas de faltas en el juego interior visitante continuaban en la reanudación, y la tercera falta de Tobey suponía un punto de inflexión. Porque después de que el Iberostar comenzara mejor el tercer cuarto, aprovechando algunos errores murcianos, una falta del pívot sobre Soko –su tercera- desataba la airada protesta de todo el equipo aurinegro, con Katsikaris a la cabeza, advertido de técnica.

Con el Palacio aumentando los decibelios, los dos tiros libres de Soko eran sucedidos del robo en la subida del balón rival del propio jugador universitario, culminado con un espectacular mate que enardecía a las masas y provocaba el tiempo muerto rival, infructuoso ante un UCAM que mordía e iba a más, firmando un parcial de 11-0 ante un equipo sin respuesta y que daba con más de un gesto de reproche de Katsikaris a sus jugadores (57-47, minuto 27), para ser el UCAM quien entrara en el último cuarto con mucho a favor después de varios minutos de intercambio de tiros libres (61-53).

El partido estaba totalmente bajo control del UCAM. No era algo que simplemente dijera el tanteador, también las sensaciones de uno y otro. Los tinerfeños habían entrado en una espiral de errores no forzados y fallos de concentración que le estaban costando el partido ante un equipo murciano crecido con un Soko dominador.

Pero a los equipos de Katsikaris hay que matarlos dos veces. Pasaba en Murcia y ahora pasa en Tenerife. Una de las grandes virtudes del equipo aurinegro es la lectura de juego de sus aleros, en especial Ponitka y Beirán. Pero ante no el mejor día de estos dos, quien demostró también tener conocimientos fue Rosco Allen, quien, con 66-59 en el marcador y cinco minutos restantes en el reloj, anotó ocho puntos del parcial 3-13 favorable para su equipo para remontar, incluida una evidente técnica a Rojas. Allen hizo mucho daño y siempre de la misma manera: cortando hacia el aro desde el lado contrario al balón y recibiendo con no más que levantarlo a la canasta. Pero el daño pudo ser mucho mayor, y es que el Iberostar falló seis tiros libres en el último cuarto (59% de acierto en el partido).

Hannah, que estaba siendo muy bien contenido, evitándole recibir el balón una vez lo soltaba en el ataque estático, surgiría como viene siendo habitual para inventarse una canasta a 1:10 del final con que empatar (72-72), seguida de un gran tapón de Delía sobre Tobey cuando tenía la canasta hecha. Después de varios errores de un lado y otro, White llegaría a la presumible penúltima acción del choque –o eso indicaba el reloj- con balón para ganar, pero no terminaría de librarse de Oleson y, después de perder el balón, cometería una leve falta sobre Rojas, a quien le venía la responsabilidad de ganar el partido desde la línea de tiros libres a 3,8 segundos de la conclusión.

No le temblaría el pulso y anotaría ambos, pero aún le quedaba una bala más al equipo de Katsikaris. Después de tiempo muerto, la pizarra funcionaría y el balón llegaría colgado para Tobey debajo de la canasta, con dificultades para recibir por falta de Tumba. Sancionada la falta, tendría dos tiros libres para empatar un jugador que no llega al 60% de efectividad. Fallado el primero, tiraría a fallar el segundo, pero lo metería y además el rebote sería anulado por entrar el propio Tobey antes de tiempo y pisando la línea. No le pudo salir peor, pues el balón era murciano para ser puesto en juego en campo de ataque y desde fuera tras tiempo muerto, dando con el nada contenido enfado de su entrenador.

El balón sería puesto en juego con recepción de Rojas, objeto de falta a caso hecho para detener el reloj. Sus tiros libres a tres segundos del final no pasarían la red, pero el segundo de ellos fue fallado con esa intención para evitar un tiempo muerto del equipo canario, y con Tumba peleando por el rebote, el UCAM se anotaría su décima victoria de la temporada, aunque sin remontar la diferencia de seis puntos en contra traída del duelo de Tenerife.

Una victoria que, curiosamente, saca al equipo de la zona de ‘playoff’, y es que a partir de ahora no se cuenta el ‘basket-average’ general en los empates, sino el particular, y el UCAM queda ahora noveno por detrás del Herbalife Gran Canaria y el Iberostar Tenerife, sus dos últimas víctimas en el Palacio.