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Sadiel Rojas intenta parar un avance de Fran Guerra, el sábado. cristóbal García / efe
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En busca del resultado

El UCAM cayó el sábado en Tenerife evidenciando la falta de liderazgo y dureza mental de algunos jugadores

EMILIO SÁNCHEZ BOLEA

MURCIA

Lunes, 9 de diciembre 2019, 07:50

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El del sábado en La Laguna fue el segundo partido de la temporada sin Askia Booker. El primero, hace dos semanas en la visita del Barça, se saldó con una digna derrota después de haber dominado al equipo más rico de Europa durante treinta minutos, hasta que la expulsión por doble técnica de Sito desconectó a un equipo que dejó de creer.

En Tenerife quedó desmentida la creencia de que el UCAM puede jugar mejor sin uno de los más prolíficos anotadores del continente. Algo a lo que solo da pie el oportunismo de un día aciago. Sin la motivación de jugar ante su afición, y sin ninguna obligación de derrocar a Mirotic y compañía, el UCAM echó durante mucho tiempo de menos a un jugador al que no solo no asusta la responsabilidad, sino que anima. Una exposición que minimiza a otros. El caso más preocupante, el de Manu Lecomte, un jugador por el que el UCAM hizo una fuerte apuesta en su día, de los que se necesita ese paso adelante para crecer como equipo, y que juega en la misma posición que el ausente Booker.

Por debajo del nivel

En el exterior, los máximos anotadores del UCAM en Tenerife, asumiendo algunos de los tiros que suelen ser salir de las manos del base angelino, fueron Eddie (16), Luz (10) y Larentzakis (9). Pero de ninguno se puede decir que hiciera un gran partido. A Eddie se le vio renqueante de sus problemas de rodilla cuando iba al contacto, Luz aún peca de ansiedad en algunas acciones y Larentzakis, que intenta dejar atrás un esguince de tobillo, cometió algunos de los errores que costaron el tercer cuarto y falló tiros clave al final, en un partido donde tener que botar el balón más de la cuenta le generó problemas cuando el Iberostar decidió presionar.

El hombre más constante del UCAM no fue otro sino Kyle Hunt. El neoyorquino, como hiciera en Manresa, tuvo una muy productiva entrada en el partido, protagonizando un bonito duelo con Shermadini, pero fue el gran olvidado del tercer cuarto. A diferencia de la semana anterior, su permanencia en el banquillo no estuvo motivada por la exhibición ofensiva de Cate.

A Hunt no solo se le echó en falta en este periodo por su actuación individual, ni porque a Shermadini no se le hiciera trabajar en absoluto en defensa emparejado con Tumba. En un día en que al UCAM le costó mucho correr -solo un contraataque-, la horizontalidad con que fue obligado a jugar en el tercer cuarto, sin amenaza alguna en el poste bajo ni posibilidad de abrir tiros librados al no hacer retroceder a la defensa, fue lo que impidió seguir el ritmo al Iberostar, en máxima ventaja para entrar al último cuarto (64-51).

Más ruido que nueces

No solo se extraen lecturas negativas de Tenerife. El UCAM demostró adaptabilidad jugando a un ritmo diferente sin Booker, pero también inconsistencia. Su reenganche al partido llegó facilitado por una obvia relajación del Iberostar, dando alas a un UCAM que metió el miedo en el cuerpo a los aurinegros después de un tercer cuarto de muy malas sensaciones. Entre los brotes verdes, Dusan Sakota. Después de una primera parte para olvidar, el excapitán del AEK volvió a anotar un mes y medio después y demostró en qué puede ser útil: conocimiento del juego y buenas decisiones. Sigue estando lejos de su mejor nivel físico, pero Sito le reconoció que «ha demostrado poder jugar con nosotros».

El UCAM tiene claro su estilo, la idea que le conduzca a sus objetivos. Pero es difícil conformarse con competir cuando esta plantilla es probablemente la más ilusionante desde aquella que alcanzó un 'playoff' que no suena a utopía, mientras sí cuesta hablar de Copa del Rey cuando la racha actual del UCAM es de cuatro derrotas consecutivas. Le separan dos triunfos de tales puestos, pero solo uno del descenso. Dentro de lo subsanables que son los errores que más pesan al UCAM, el tiempo apremia para que sus posibilidades se traduzcan en resultados.

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