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Apellidarse Antetokounmpo tiene pros y contras. Kostas tiene en su palmarés unos campeonatos de NBA y Euroliga en equipos como Los Ángeles Lakers y el ... Panathinaikos en los que apenas gozó de tiempo de juego. Tampoco dispuso de mucho el mayor de los hermanos que juegan al baloncesto, Thanasis, en las cinco temporadas que jugó en los Milwaukee Bucks, pero también con un título de campeón. Y al benjamín, Alex, se le quedaba corto un segundo año en el filial del UCAM después de una 2020-21 en dinámica del primer equipo, y pasó de la EBA a competir las tres temporadas siguientes en la G-League y jugar actualmente su segundo año como profesional en Europa en un histórico como el PAOK de Salónica.
La fuerza del apellido Antetokounmpo es evidente a la hora de obtener oportunidades. Pero no permite ser Kostas, Thanasis o Alex, sino los hermanos de Giannis, dos veces 'MVP' de la temporada regular, una de las Finales, otra Mejor Defensor y más reconocimientos en la NBA.
En las notas de Sito cada vez figuran más 'P.A.' de los boletines de antaño para su alumno de apellido más largo. Dotado con un físico espectacular, Antetokounmpo llegó a Murcia con como otro de los hermanos de Giannis y está empezando a ser Kostas. Un pívot de 2,20 metros de envergadura que, en estas dos victorias seguidas del UCAM, ha cuajado sus dos mejores partidos como universitario.
Lo ha hecho, además, en el momento en que más dudas afloraba su fichaje. Las que crecen cuando ha pasado un más que considerable tiempo para su adaptación, cuando más frescas que los mates de su debut en Granada están en la memoria los balones que se le escurren de las manos o sus despistes tácticos, o cuando un rival directo por el 'playoff' como el Baskonia se lleva un duelo clave en un Palacio que asiste a la quinta derrota seguida en casa de su equipo.
Ahora, en estos dos triunfos, ha tenido un fuerte impacto. Frente al Joventut fue parte del quinteto que rompió el partido y repartió cinco asistencias, y en Bilbao fue el jugador más valorado de los 24 que saltaron al parqué, con 22 créditos.
Lo mínimo a pedirle a un jugador de la presencia física de Antetokounmpo es contundencia bajo aros. Y, de los once mates que lleva como universitario, cinco han sido en las dos últimas jornadas, solo uno menos que en las anteriores, y de un total de siete canastas en este paréntesis.
Pero, además, ha sorprendido en su interpretación del juego para con sus compañeros, no una de las facetas que se destacan como punto fuerte en sus análisis. Sean las horas de vuelo con Birgander o no, está mostrándose como otro jugador de valor en las continuaciones cortas después de bloqueo. Así sumó cinco asistencias ante el Joventut y otras dos frente al Bilbao, con Nemanja Radovic receptor de cuatro de estos siete pases de canasta. Montenegrino y griego están subiendo sus prestaciones de la mano para ampliar las posibilidades del UCAM en pista formando una pareja interior que muy poco había coincidido antes y mucho está dando ahora.
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