El hartazgo se dispara con ElPozo y el tiempo se agota para el técnico

ElPozo Murcia es un polvorín, y la imagen que mostró el Palacio de los Deportes este pasado sábado en la derrota del equipo ante el Inter Movistar (2-3) es el mejor ejemplo de ello. Los aficionados charcuteros ya no aguantan más. Están cansados de que los suyos no sepan ganar. No solo a un conjunto de la talla del líder de la categoría como son los madrileños, sino tampoco a un club de Segunda División, como es el caso del Real Betis, que desvistió a los de Dani Martínez para enseñar sus vergüenzas hasta en dos ocasiones esta temporada: en Copa del Rey y en la Supercopa.

Por eso, y porque el equipo no vence desde que lo hiciera el 19 de noviembre ante el Manzanares en liga (lleva diez encuentros sin lograr una victoria), un sector de la grada explotó el sábado. Alrededor de un centenar de aficionados dejaron de mirar a la pista, a jugadores y técnico, y pidieron responsabilidades a la directiva del club. Estos seguidores pusieron de manifiesto su descontento y su hartazgo el sábado con silbidos y cánticos de «directiva, dimisión», durante y después del partido.

Las figuras de Fran Serrejón, director general y deportivo del club, y Kike Boned, vicepresidente de la entidad, están sufriendo un evidente desgaste en esta crisis sin precedentes en la historia de ElPozo. La afición busca responsables de la deriva de un equipo que ya está séptimo clasificado en la competición doméstica y que este fin de semana consiguió el pase a la Copa de España que se celebra en Murcia gracias a los resultados de Xota y Palma, y no por hacer su trabajo en la pista, que no era otro que ganar al Inter Movistar en casa.

El club charcutero ha vivido subido en una montaña rusa desde la temporada pasada. Perdió la final ante el Jimbee Cartagena, comenzó la campaña actual de manera extraordinaria agarrando el liderato en liga y a partir de noviembre el equipo se cayó. Tanto fue así que hace unas semanas, antes del derbi ligueron ante el cuadro cartagenero, el técnico, Dani Martínez, puso su cargo a disposición del club. No se veía capacitado para cambiar la dinámica y arreglar una situación que solo parece empeorar. La dirección del club de la familia Fuertes apostó por su continuidad y no aceptó su dimisión.

Ahora, tras la eliminación en semifinales de la Supercopa ante un conjunto de Segunda en otra tarde negra para la historia del cuadro murciano y las diez derrotas seguidas, la última con el agravante de que pudo acarrear la no participación del equipo en la Copa de España, parece que han agotado la paciencia en la parte noble de la entidad, que podría estar pensándose en dar por finalizada la etapa de Dani Martínez al frente del banquillo. El club necesita cambios. El hartazgo es incalculable y la paciencia se agota.

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