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Domingo, 18 de abril 2021
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El fenómeno Pedro Acosta crece y crece. El impacto en el Mundial de motociclismo del piloto mazarronero, de solo 16 años, está siendo de esos que solo se ven de tarde en tarde. Todo el paddock anda con la boca abierta. Nadie sale de su asombro y las carreras de Moto3 adquieren ahora un protagonismo que había perdido en las últimas temporadas. Este domingo en Portimao, un circuito que siempre se le dio bien al 'Tiburón' Acosta, cosechó su segunda victoria consecutiva y amplió su ventaja en el campeonato. Suma 70 puntos y le mete ya 31 puntos al segundo, que es su compañero de equipo Jaume Masiá. El valenciano, que este domingo se fue al suelo en la última vuelta, tiene 39. Darryn Binder y Niccolo Antonelli vienen detrás, con 36 puntos.
Dio lo mismo que Acosta partiera desde la décima posición. Le da poca importancia a las sesiones de entrenamiento de los viernes y los sábados, consciente de que siempre es competitivo los domingos. Tiene ritmo de carrera y adelanta posiciones con cierta facilidad. Había que salir bien y esperar el momento para dar el zarpazo. Sobre el papel, era todo mucho más sencillo que hace dos semanas en Losail (Catar), cuando ganó la primera carrera de su vida en el Mundial partiendo desde el 'pit-lane' y protagonizando una remontada de leyenda.
¡LO HA VUELTO A HACER! 😱 ¡EL TIBURÓN DE MAZARRÓN! 🦈
DAZN España (@DAZN_ES) April 18, 2021
¡@37_pedroacosta es increíble! 🔥 ¡Segunda victoria en tres carreras en Moto3! ¡Y tres podios! ¡TREMENDO! #PortugueseGP 🇵🇹 #MotoGP 🏁 pic.twitter.com/l0Ay9DKwmR
Y el plan este domingo le salió perfecto al pupilo de Paco Mármol. Acosta ganó cuatro plazas en la primera curva (del décimo al sexto) y luego fue escalando posiciones hasta colocarse segundo, a rueda del experimentado Dennis Foggia, un lugar que prácticamente mantuvo hasta el momento decisivo. El italiano Foggia tiró fuerte pero en ningún momento pudo despegarse de Acosta, segundo durante la mayor parte de la carrera.
Ese segundo lugar es un sitio de privilegio que evita los riesgos de rodar en medio del grupo, esta vez en una carrera con un ritmo razonable que permitió que el pelotón de cabeza se limitase a once pilotos, nueve en los últimos compases tras la caída que implicó a Tatsuki Suzuki y al novato Adrián Fernández. Antes se había ido al suelo Xavi Artigas, otro debutante que llegó a liderar la prueba.
«La estrategia era tirar y romper el grupo pero cuando he visto que no se podía he decidido esperar y buscar un par de puntos para adelantar», explicaba Acosta sobre cómo quería plantear su final de carrera. O como también señaló, con más desparpajo: «La estrategia es pasarlo bien 45 minutos y coger un premio para volver a casa». Es puro desparpajo Acosta, en la pista y en la sala de prensa. «Esta mañana [por ayer por la mañana] le dije a mi equipo: 'Pues voy a disfrutar los primeros minutos, luego me llevo el trofeo y nos volvemos para casa'», soltó tras ganar la carrera.
Después de haber medido a Foggia en cada frenada, y tras un nuevo error de Jaume Masiá cuando marchaba tercero y que le llevó al suelo para abrir un pequeño hueco entre los dos primeros y el resto, Acosta destrozó en una de las últimas curvas al que había sido líder de casi toda la carrera. Esperó al último giro y le asestó un golpe mortal, siendo capaz incluso de aguantar su posición en la última curva cuando parecía que la moto le estaba sacando fuera. Dos golpes del talento de un piloto, el de Puerto de Mazarrón, que está rompiendo moldes y que está llamado a convertirse en toda una estrella.
No se arruga. Ayer actuó como un veterano y abrochó el triunfo en una última vuelta bestial, en la que llevó al límite el motor de su KTM. Acosta se confirmó en Portimao, cuyas subidas y bajadas conocía perfectamente y donde había ganado varias veces en la Red Bull Rookies Cup. De paso, hizo historia. Hacía 23 años que un piloto no subía al podio en sus tres primeras carreras. Daijiro Kato había sido el último en conseguirlo, aunque el malogrado japonés lo hizo en tres grandes premios de Japón los años 1996, 1997 y 1998 como invitado y antes de convertirse en piloto oficial del Mundial. «Este año podemos hacer algo bueno», anunció Acosta. Avisa en la pista. Y fuera de ella.
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