Una melé imparable en La Asomada
El CRU Cartagena sigue invicto esta temporada con 13 victorias y sueña con subir en mayo a la División de Honor B, la segunda división del rugby
En este equipo no existen distinciones. Son 32 jugadores. Hay adolescentes, cuarentones, estudiantes, enfermeros, militares e ingenieros. Los entrena un loco argentino que vive en ... Molina de Segura y trabaja en el sector inmobiliario. Todos ellos forman parte del Club Rugby Universitario (CRU) de Cartagena. Y se sienten convencidos, invencibles y capaces de luchar por un imposible: ascender a la División de Honor B, la segunda categoría (ya profesional) de este deporte tan poco explotado en la Región de Murcia.
El CRU Cartagena probablemente viva uno de los momentos más dulces de sus 35 años de historia. Por primera vez ha superado los 200 jugadores (220, en total), cubre más del 35% de las licencias de la Federación Murciana de Rugby y cuenta con ocho equipos en ocho categorías distintas, desde los niños de 6 años hasta el cuarentón de Javier Pedreño, al que todos llaman 'Oveja', y es el más veterano de los jugadores que pisan el campo de césped de La Asomada. El club, que colabora en las campañas municipales para acercar el deporte a los centros educativos, fue además elegido como la mejor entidad de base del municipio.
El club
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Nombre Club de Rugby Universitario Cartagena. Fundado en 1987. Juega en La Asomada.
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Estructura Tiene 220 fichas federativas (un 35% de toda la Región), ocho equipos, una veintena de entrenadores y una escuela de base premiada.
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Objetivo El equipo sénior lo ha ganado todo y aspira a subir a División de Honor B.
Efectivamente, el CRU atraviesa un momento bastante dulce. Sobre todo el equipo sénior, que esta temporada tiene la oportunidad de ascender a la categoría profesional de División de Honor B, el segundo escalón del rugby. «Ya estaríamos hablando de algo bastante importante. Jugaríamos con equipos de Baleares, Valencia, Alicante, Cataluña... Y ya empiezan a hacerse fichajes de jugadores extranjeros», cuenta el presidente, Carlos Hernández, quien durante cuatro años ha dado un serio impulso al club.
Licencia para soñar
De momento, el equipo tiene licencia para soñar. Actualmente compite en la Primera Murciana, algo semejante a la Segunda B del fútbol. Lo hace con el convencimiento de quedar campeón de la liga regular, acceder a la fase de ascenso y, encuadrado con campeones de otras comunidad autónomas, ganar esa liguilla y dar el salto a la División de Honor B que se escapó la temporada pasada en ese 'playoff'.
Paralelamente también compite con otros equipos murcianos inscrito en la federación valenciana. Concretamente en la Tercera Territorial. «Es un escalón bastante inferior, no nos beneficia y no existe demasiada tensión competitiva. Pero nos interesa estar ahí y subir de categoría, porque luego hay más nivel, más equipos, más alicientes y los chicos se enfrentan a otros clubes diferentes», cuenta Hernández. Esa liga regular valenciana ha concluido. Y el CRU está inmerso en el 'playoff' de ascenso en la federación valenciana. Ayer tumbaron al Moncada (0-86).
Hasta la fecha, el equipo ha disputado 13 partidos, entre la liga murciana y la valenciana. Y los cuenta todos por victorias, siendo líder en ambas competiciones. A los chicos los entrena Sergio Ordóñez, un exjugador de rugby argentino afincado en la Región desde hace más de dos décadas. Esta es segunda etapa en el club, después de la iniciada en 2007.
Los protagonistas
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Carlos Hernández | Presidente «La clave es la cohesión del grupo. Veo a la gente contenta, esforzada. Esto es un equipo y cualquier gota suma»
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Sergio Ordóñez | Entrenador «El calendario va a ponerse cada vez más difícil. Pero tengo mucha fe. Hay talento y es un desafío ascender»
«Veo a un plantel comprometido [entrenaron incluso el día de Reyes], muy crecidos, empapados de los conceptos y con ganas de lograr la excelencia. Llevamos pleno de victorias, a pesar de que hemos tenido lesiones, bajas por la Covid-19, por compromisos laborales... Pocas veces hemos podido tener a todos los titulares disponibles. Todos han encontrado su posición ideal, se divierten y lleva a esta situación. Hay talento y es un desafío sentirnos capacitados de conseguir el objetivo», resume Ordóñez, quien no conoce la derrota con su cuerpo técnico [Manu Barreiro, Iván Martínez y Julio Francia] desde octubre de 2020.
La temporada sigue. Y la melé de La Asomada continúa intratable. El objetivo es claro y todos miran a dos fechas muy concretas: el 13 y el 20 de marzo. Las dos citas medirán al CRU Cartagena contra el Club Universitario Rugby (CURM) Murcia. Un derbi murciano que primero será de tanteo, dentro de la liga valenciana. Y el del día 20 está señalado en rojo en el calendario: es de la liga murciana, a partido único. «El que gane, será campeón de la liga regular y jugará la fase de ascenso» a la División de Honor B, comenta Ordóñez.
«El calendario va a ponerse cada vez más difícil, el nivel sube. Pero tengo mucha fe», incide el técnico argentino. «Yo creo que la clave de esta temporada es la cohesión del grupo. Veo a la gente contenta, esforzada. Esto es un equipo y cualquier pequeña gota suma y es importante. El club lo forman todos, hasta los padres de los jugadores que se involucran», recalca el presidente. Ese 'playoff' de ascenso se jugaría entre abril y mayo.
Unirse al Efesé, una opción
El CRU Cartagena tiene argumentos suficientes para unirse al paraguas del Efesé. El equipo de fútbol que preside Paco Belmonte tiene en la actualidad cuatro secciones polideportivas, que apoya con un respaldo económico bajo su nombre y colores albinegros: el balonmano, el voleibol, el baloncesto y la gimnasia rítmica. Este departamento lo coordina el hermano de Belmonte, Mariano, quien ya la temporada pasada se mostró dispuesto a dar el paso. Las partes quedaron en concretarlo si el equipo ascendía a División de Honor B.
Eso finalmente no sucedió. El Efesé prefiere ir poco a poco con esta expansión. Y todo se enfrió. Si este curso hay ascenso a esa categoría profesional, la directiva que preside Hernández tendrá un argumento de peso para retomar esas conversaciones.
El club sobrevive con 10 anunciantes y 12.000 euros de subvenciones
El Club de Rugby Universitario Cartagena depende económicamente de las subvenciones públicas que recibe cada temporada. La ayuda asciende a alrededor de 12.000 euros. El Ayuntamiento pone 7.000 y la Comunidad Autónoma, 5.300, en dos partes. Una es de apoyo al equipo femenino no profesional (1.300) y otra (4.000) para la escuela de base con casi 200 chavales.
El equipo que preside Carlos Hernández tiene además el respaldo de diez pequeños patrocinadores, que aportan simbólicamente lo que pueden por cantidades pocas veces superiores a los mil euros. La directiva es conocedora, perfectamente, de que lo ideal sería subsistir sin ayudas públicas. Pero es complicado.
El club tiene la filosofía de que cualquier niño que quiera jugar al rugby, y no pueda costear la ficha, sea ayudado. «Nadie que quiera jugar, y por alguna circunstancia no puede pagar en ese momento, se va a quedar sin hacerlo», sostiene Hernández.
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