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Espíritu González muestra su dorsal para la carrera a 'La Verdad', ayer, en Santa Ana. J. M. Rodríguez/ AGM
Un cross que engancha

Un cross que engancha

La gran cita del atletismo cartagenero volverá a suponer un día especial para muchos corredores que aguardan el cañonazo para salir a dar el máximo

Maite Fernández

Cartagena

Sábado, 18 de noviembre 2017, 01:15

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Del sueño a la meta. Muchos corredores se acostarán hoy pensando en alcanzar la meta del Cross de Artillería. Habrán cenado acorde a la cita mañanera, tendrán la ropa preparada y las ilusiones por todo lo alto para su gran mañana. Entre los alrededor de cuatro mil corredores; adultos, niños y perros, hay muchas historias diferentes que hacen que las motivaciones también sean de lo más variopintas.

Los hay debutantes, veteranos, competidores y también los que añoraban correr y no podían. Javier Ramón González de 42 años vuelve mañana a la línea de salida y su máxima ilusión es disfrutar la carrera y cruzar le meta.

Ilusión. «Si cruzo la línea de meta, aunque sea el último, seré el hombre más feliz del mundo», indica Javier

Lleva años sin poder hacerlo. Lucirá el dorsal 1.113 y mucha gente lo sabe, porque es más que un corredor anónimo y por las redes sociales es un animador nato. Es policía, pero es conocido por su faceta de escritor y conferenciante. Espíritu González es el policía que corría maratones de 'De Patrulla con Filípides' y el que ha ayudado a tantos opositores a la policía y personas ajenas a su mundo a no rendirse para buscar sus sueños y alcanzar la meta. No correrá hoy entre súper héroes o quizás sí, porque hay muchas historias de superación entre los participantes. Todas no las conoceremos, pero Javier nos sirve para ver la parte más emotiva de una de las pruebas populares más importantes del año.

Las lesiones

Javier, como otros tantos corredores habituales, sabe lo que es sufrir una lesión. Tiene claro lo importante que es seguir unas buenas pautas para entrenar y disputar una carrera y lo crucial que es cuidarse. Mañana regresa al Cross de Artillería tras años en los que no pudo hacerlo, con todo el dolor de su corazón. Esta no es una prueba más ni para él, ni para muchos otros.

Ha sido duro y sabe que debe ser prudente. «Después de cuatro años apartado del mundo de las carreras populares por una lesión, te puedes imaginar lo que supone para mí volver a correr una prueba que en gran parte marcó mi vida. Me siento muy feliz, además de en paz por las propias sensaciones de calma que transmite la práctica del running. Por supuesto guardo prudencia, ya que soy consciente de que el daño sigue estando ahí y ahora tengo que escuchar y mimar más las rodillas. Por todo, me olvidaré de los ritmos, pero volveré a disfrutar desde dentro corriendo la que es para mí una prueba mágica, por ser mítica, la prueba por excelencia de Cartagena, por su ambiente, por su recorrido atravesando las calles del casco antiguo, porque los amigos artilleros le ponen toda la ilusión y esfuerzo para que salga todo perfecto, por los preciosos duelos que en ella se han batido entre los mejores atletas de la región, y cómo no, porque fue la primera carrera popular en la que participé hace ahora una década. Por eso te decía que marcó mi vida. Fueron tantas y tan bonitas las sensaciones que se instalaron en mí desde el momento del cañonazo de salida hasta que crucé la línea de meta, que desde ese día quedé enganchado a este mundillo. Sensaciones que no podía quedarme para mí y que quise compartir, primeramente en un blog, nacería Espíritu González, y después en los libros. Hoy puedo asegurar que el prólogo de Espíritu González como escritor lo escribí aquella primera vez, tercer domingo del mes de noviembre, día en el que corrí el Cross de la Artillería».

Prueba diferente. «Es la carrera más especial por el recorrido, por la organización y porque debuté en ella hace 10 años»

Le inspiró y corrió seis años seguidos en una carrera que el año pasado ya vio de cerca. «Mis aspiración este año es salir a disfrutarla. El año pasado me acerqué hasta la calle Mayor para animar, y me prometí a mí mismo, con un guiño al cielo, esta tengo que volver yo a correrla. Después de estos años lesionado, si cruzo la meta aunque sea el último, me sentiré el hombre más feliz del mundo», comenta ilusionado.

No le importa la posición. Hay cosas mucho más prioritarias. Han sido años de pelea para recuperarse. «Hasta tres resonancias, visitas a varios traumatólogos y ninguno se ponía de acuerdo. Lo más normal hubiera sido hacer una artroscopia en la rodilla izquierda, pero el ritmo de vida frenético al que estoy sometido no me permitía parar y coger las muletas unas semanas. No tenía dolor. Solo aparecía cuando corría más de veinte minutos. En cambio podía practicar otros deportes sin problemas. De hecho, ha sido el ciclismo de montaña el que me ha ayudado a sobrellevar bastante bien la lesión tanto en el aspecto mental como en el físico. Creo que fortalecer los músculos de las piernas con la bici ha ayudado bastante en la recuperación», indica el corredor cartagenero.

Anécdota. Tras su primer Cross de Artillería nació su blog y su seudónimo literario de Espíritu González

Haciendo caso a sus consejos creció para ser y no se vino abajo ni en los peores momentos. «En ningún momento tuve crisis emocional por no poder correr, ni siquiera cuando creí que no volvería a correr más maratones. No es que tirara la toalla, pero me repetía a mí mismo cuando lo pensaba: las cosas siempre ocurren por algo. No se acaba el mundo por no poder hacer algo que te gusta, siempre hay alternativas. Aunque ese «algo» ha querido que estos últimos meses empezara, casi por casualidad, a dar zancadas, primero muy despacio, y ahora ya por fin a un ritmo un poco más alegre, como alegre me siento hoy, 24 horas antes de volver a correr la prueba más emblemática de mi ciudad, el Cross de Artillería».

Javier correrá por placer y sus zancadas serán emocionales, pero habrá luchadores contra el crono y por supuesto novatos que deben cumplir la apuesta que hicieron con sus amigos.

Esta carrera es un poco de todos y alienta a la gente a correr, pero también a salir a las calles a animar a los que se visten de corto para disputar el evento por la ciudad, que luce sus mejores galas gracias también a la gran organización del RAAA 73 que cuida cada detalle e implica a todos los estamentos de la sociedad.

Pasen en la posición que pasen, podrán llevarse un premio extra con los sorteos por lo que todavía pueden llevarse un detallito a casa y por encima apoyarán la investigación en la lucha contra el cáncer.

Para que todo sea más sencillo habrá servicio de guardaropa gratuito para dejar las cosas antes de salir a correr y este año también habrá un punto de espera para los canes del canicross. Estará situado junto a la Muralla, en la zona paralela a la salida. Habrá un servicio de amarre y agua para que puedan beber antes y después de la carrera. Todo está pensado para la gran cita.

La recogida de dorsales se traslada al Gobierno Militar

La prueba sigue su orden habitual y hoy la entrega de dorsales cambia de escenario. No será en las cocheras, pero sí volverán a entregarse en las instalaciones del Gobierno Militar. Los corredores que todavía no lo tengan deben pasar por allí en horario de mañana y tarde; de 10 a 14.00 horas y de 16.00 a 20.00 horas.

Los más rezagados y los corredores que solamente vendrán a la ciudad para la celebración de la prueba lo podrán recoger mañana mismo, hasta media hora antes de que el tradicional cañonazo les mande a correr en las diferentes categorías que incluye el Cross de Artillería, que este año celebra su XVI edición.

Habrá 108 trofeos, pero para los participantes el momento de recoger la bolsa de corredor ya es importante. Muchos acumulan en casa todas las camisetas que cada año conmemoran su participación en la cita. Este año ayudará, por su color fluorescente, a los entrenamientos nocturnos.

Además; los casi un millar de niños que correrán desde las 10.30 horas tendrán motivaciones diferentes. Poco a poco irán cogiendo el gusanillo que engancha, porque el Cross es especial para los que debutarán siguiendo el ejemplo de sus mayores.

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