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Orgullo e ilusión en Mula por el futuro de Mo
El resultado y la ausencia de ambiente festivo no rebajan la satisfacción de los vecinos y la familia de Mohamed Katir: «Aún es joven»
Mula recibe un viernes histórico con una ilusión desbordante. Son una excepción los pueblos de la Región que cuentan con un medallista olímpico entre sus ... vecinos, pero esta pequeña localidad se cree capaz de asaltar el podio de los Juegos. El responsable es Mo Katir, ídolo local, afincado en el pueblo desde los 5 años. «Por ahí le veíamos salir a correr», cuentan varios clientes del bar Media Luna, ubicado a solo unos metros del modesto piso de la familia. Tras su autoritaria victoria en las semifinales, la ilusión se ha disparado. En el pueblo solo se habla de Katir durante toda la semana. Sin embargo, el viernes, día señalado, amanece sin un ambiente festivo acorde a la gran cita. Malos augurios.
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El ánimo se rebajó cuando el Ayuntamiento, por recomendación de la Consejería de Salud, descartó instalar una pantalla gigante para que los muleños empujaran de forma conjunta a más de 10.000 kilómetros de Tokio. Finalmente, el acto se queda en una proyección en el Convento de San Francisco reservada a cargos municipales y a la prensa. Nada de ambiente popular. A una hora de la cita, la mayoría de los muleños ya se ha refugiado en su casa para esperar la salida. Gran parte de la comunidad musulmana del pueblo se encuentra en la mezquita por la oración del viernes. El calor asfixia las calles que custodia el Castillo de los Vélez. Por lo demás, la atmósfera es similar a la de culaquier pueblo murciano sumido en el sopor de un día de agosto a 40 grados.
«Nos ha dado mucho»
Los bares son los únicos enclaves destinados a agitar una jornada que puede ser memorable. Trabajadores que han terminado su jornada, jubilados y unos pocos jóvenes se arremolinan en las mesas de algunos locales para buscar una buena perspectiva del televisor. Mula se ha aficionado al atletismo por un chaval que los vecinos sienten cercano. «Lo conozco de verlo entrenar por el vial, por la carretera. Es una zona en la que salimos mucho andar y él siempre va corriendo para arriba y para abajo», cuenta Carlos, camarero del bar Salazar. El personal del establecimiento y una decena de clientes analizan la carrera con esperanza. Tras varias vueltas, confían en un cambio de ritmo de Mo, pero los rostros se ensombrecen en el tramo final. «Ha habido mucho nivel, han acabado muy rápido», coinciden los telespectadores.
Daniela, una mexicana de unos 30 años, había animado con fervor. Vive en la pedanía murciana de La Alberca, pero ha viajado a Mula para ver la final en el pueblo de Katir. «La Región no se entiende sin su comunidad inmgirante, que la fortalece y la hace más diversa. Como él nos ha recordado, todas las personas que emigramos tenemos algo que aportar. Y él nos ha dado mucho».
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El padre del atleta, Mohamed El Haouzi, tampoco ha perdido la sonrisa. «Seguro que él está contento», comenta sobre su hijo al terminar la oración, a la que acudió tras seguir la final en casa junto a su familia. Él también lanza lanza un mensaje positivo: «Aún es joven. Su nivel todo el mundo lo sabe y ojalá a la próxima salga más fuerte».
Esa es la conclusión que comparte un pueblo agradecido y entusiasmado por el futuro. «Es su primera vez y tiene mucho mérito. Y encima es de Mula», destaca Javier, joven camarero del Media Luna. Mo Katir ya ha triunfado. Como concluye Daniela, se ha ganado un cariño que trasciende a su pueblo: «Nos ha dado motivos para estar orgullosos. Y en tiempos de tanto odio, eso se agradece el triple, así que vamos a seguir brindando por él».
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