Mohamed Katir, el muleño olímpico que reinó en la San Silvestre de Murcia
El triple plusmarquista nacional se alzó con la victoria en la popular carrera de Nochevieja en 2015, 2016 y 2017
JUAN DANIEL GONZÁLEZ
Jueves, 5 de agosto 2021, 10:54
Mohamed Katir se ha alzado, a golpe de zancada, como una de las grandes promesas del atletismo español. El muleño, que se estrenó recientemente en los Juegos Olímpicos de Tokio, sabe que está destinado a «hacer algo grande» y así lo demostró este martes, ganando con autoridad su serie y presentando su candidatura al podio metiéndose en la final del 5.000 que se disputará el viernes.
Pero antes de codearse con los grandes del atletismo, Katir se curtió corriendo en descampados y en carreras populares, donde su dominio era aplastante. Así, consiguió ganar hasta en tres ocasiones seguidas la San Silvestre de Murcia, la fiesta del 'running' en la que 5.000 participantes ataviados con adornos navideños y variopintos disfraces inundan las calles de la capital. En 2015 fue el primero en recorrer los 6,7 kilómetros que proponía la prueba con un tiempo de 19 minutos y 28 segundos. En 2016 se alzó con el primer puesto con un tiempo de 19' 47''. Finalmente, consumó su triplete en 2017 con un tiempo de 19' 42''.
El pupilo de Gabi Lorente, a sus 23 años, ha pulverizado en apenas un mes varios récords nacionales. En junio batió la marca de 5.000 metros, al firmar un crono de 12.50.79 en la Golden Gala de Florencia, tercera prueba puntuable de la Liga de Diamante. También hizo historia superando uno de los récords con más solera de España: el de 1.500 de Fermín Cacho. Fue en la Diamond League de Mónaco donde destrozó el cronómetro con un tiempo de 3.28.76. La mejor marca del soriano era 3.28.95 (en 1997). Katir también consiguió romper la marca de los 3.000 de Isaac Viciosa, de 1998, con un crono de 7.27.64 que consiguió en Gateshead, en la última cita de la Diamond League.
El fondista se define como «muleño y español». Nació en Marruecos en 1998. Su madre es egipcia y su padre, marroquí, llegó a España en patera por las costas andaluzas en busca de una vida mejor para su familia. Trabajó en Huesca y unos años más tarde toda la familia se afincó en Mula, donde residen hasta el día de hoy.