Yepes cumple un sueño en Islandia

Es Yepes, hijo de una familia trabajadora de Vista Alegre, el último de los más de 26 jugadores españoles que han emigrado en el último lustro a probar suerte en el país nórdico. Esta vía, de futuro económico o, al menos, con mejores oportunidades laborales que en España, la abrió en su momento el fortunero Nacho Poveda. Atacante de 32 años y cerca de colgar definitivamente las botas, pasó por el Cartagena-La Unión de Arturo Rodríguez y Dani Gómez e infinidad de equipos regionales más antes de probar suerte en Islandia. Aquella etapa en el Leiknir le sirvió a su vez para cosechar contactos y constituir una agencia de representación. Es Afram Football y desde entonces ha subido como la espuma.

Son ya más de una veintena de jugadores, en su mayoría veinteañeros españoles, los que han probado esta aventura en un fútbol que empieza a pagarse a razón «de unos 2.000 euros mensuales» a partir de la tercera categoría, asegura Poveda.

Uno de los últimos en unirse a esta experiencia y el primero de Cartagena ha sido Yepes. La competición liguera empieza allí en mayo y acaba de concluir hace solo unos días. Son los meses en los que el clima da cierta tregua a los jugadores. El portero de Vista Alegre ha defendido hasta hace solo unos días los tres palos del Kormakur Hvöt. Este es un club de la quinta categoría que compite en Blönduós, un poblado de algo más de mil habitantes.

La categoría la componen cuatro grupos de 18 equipos cada uno, con la correspondiente fase de ascenso entre los mejores. El Kormákur Hvöt, con Yepes de titular, consiguió hace solo unos días el ascenso después de varios intentos quedándose a las puertas. El cartagenero fue, además, el guardameta menos goleado, al encajar 14 goles.

«El nivel salarial es bastante superior al de aquí», asegura Yepes. Los clubes de categorías inferiores, sobre todo de cuarta y quinta división, debido a sus limitaciones económicas, ofertan a sus jugadores trabajos ajenos al fútbol, de lunes a viernes, con los que poder ingresar dinero. Al margen ponen la casa y la comida y, solo en algunos casos, asumen las facturas de luz y de agua, los viajes en avión y «hasta pases gratuitos a aguas termales», asegura Poveda.

«Sinceramente, pensaba que el nivel futbolístico iba a ser más bajo del que luego me encontré. Los partidos son bastante competitivos. A nivel personal, quedé como el portero menos goleado», explica Yepes. Su equipo fue segundo en la competición regular y, posteriormente, superó dos eliminatorias para ascender a cuarta división. En ese 'playoff', el listón sube y los rivales se asemejan a clubes punteros de la Preferente murciana.

Como puede ser en las competiciones locales, allí los partidos son «muy físicos», hay «poco juego de toque» y predomina la dureza. Ese estilo se contrapone al magnífico estado del césped. Hay praderas de verde natural y también buen sintético. En los meses más duros del año y en las poblaciones más frías, lo normal es encontrar superficies techadas de fútbol 'indoor'. En Islandia, a Yepes le pilló de primeras «temperaturas bajo cero» cuando emergía el caluroso verano en la Región de Murcia.

«Sobre todo al principio me pilló por sorpresa, con 0 y -1 grados. Luego el clima era agradable, ni frío ni calor, en manga corta y con la chaqueta». En el poco tiempo libre, pudo Yepes contemplar los encantos de Islandia, desde sus calles y volcanes hasta la aurora boreal, los glaciares y las focas marinas.

«Es una etapa de aprendizaje, he aprendido tanto a nivel profesional como personal», dice. A su espalda se lleva un aceptable nivel de inglés, aprendido en el día a día y gracias a la estancia de otros tres españoles en el equipo: el central canario Acai Elvira, el lateral diestro murciano José Mariano (pasó por el Ciudad de Murcia) y el centrocampista de Murcia José Corbalán, con pasado en el Ranero.

El inglés y las costumbres de Islandia se vienen de recuerdo. «Comen a las doce del mediodía, a las ocho cenan y a las nueve están ya en la cama. Al principio iba al revés del mundo. No podía pegar ojo y no me entraba sueño hasta las doce o doce y media. ¡Me decían que me acostaba tarde!», dice Yepes. Su camino le llevó por el Cartagena FC, luego el Cartagena-La Unión y hasta siete temporadas en el Ciudad Jardín y en la posterior cantera del Efesé. En el Juan Ángel Zamora coincidió con el portero de la selección española Robert Sánchez.

Entrenadores como Juan Lillo, Juanfran Madrid e Isaac Jové dejaron su sello en este chico, consolidado en la Preferente murciana, con experiencia en Tercera y un sueño que nunca pudo darse: en 2017 entrenó varias veces con el primer equipo del Cartagena, a las órdenes de Monteagudo. Los porteros eran Limones y Marcos Morales, pero esa puerta nunca se abrió. Buscó nuevos estímulos, desvinculado ya del Cartagena.

Hace dos años lo hizo en El Algar, al quedarse a las puertas de Tercera contra La Unión de Palomeque. Y la temporada pasada jugó en esa categoría con la Minerva. A Alumbres regresará en unas semanas con la condición de ser libre si vuelve a Islandia. «Están contentos en el club. Pero si repito, será en una categoría de más nivel. Fui con la idea de hacerme un poquito profesional y si vuelvo, es a un escalón más. Hay equipos en los que puedes cobrar más del club que en horas de trabajo. Me gustaría si sale la oportunidad». Yepes ha estudiado Emergencias y Protección Civil.