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Los jugadores argentinos celebran la clasificación mundialista. Edgard Garrido (Reuters)
Clasificación Rusia 2018

Un recital de Messi clasifica a Argentina para el Mundial

Ante el susto generado por el tempranero gol de Ecuador, los de Sampaoli se aferraron a la figura del astro argentino y sus tres goles para evitar la debacle

efe

Guayaquil

Miércoles, 11 de octubre 2017, 04:09

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Lionel Messi se convirtió hoy en el director de orquesta en los 2.850 metros de altitud de Quito y con tres golazos clasificó de remontada a Argentina al Mundial de Rusia de 2018.

La albiceleste alcanzó el tercer puesto de la clasificación de las eliminatorias sudamericanas con 28 al imponerse de remontada por 1-3 al eliminado Ecuador.

Los goles de Messi llegaron a los 12, 19 y 62 minutos y dejaron sin efecto el tanto de Romário Ibarra, que anotó a los 37 segundos.

Messi tejió las jugadas que quiso teniendo a sus mejores socios a Enzo Pérez, Darío Benedetto, Angel Di María y Eduardo Salvio.

A pesar del susto generado por el gol tempranero, emergió la figura de Messi.

Argentina elaboró una bonita jugada que la inició y finalizó Messi, con suave toque para superar al portero Máximo Banguera, a los 12 minutos.

Benedetto, Di María y Messi tejieron otra rápida jugada, que no pudo contrarrestar la defensa ecuatoriana, y Messi con toque sobre el portero infló otra vez la red contraria, a los 19 minutos.

Messi, con fantástica acción, dejó en el mano a mano a Di María con el portero local, que terminó ganando el duelo, al minuto 32.

El equipo de Sampaoli regresó al segundo tiempo con la evidente intención de cuidar el resultado, pero Ecuador arrimó algunas llegadas, de manera especial, de su nuevo goleador, Romario Ibarra. En un momento y una acción impensada, Messi se fabricó una jugada de fantasía, burló centrocampistas y defensas y con un disparo bombeado sobre el portero, anotó el tercero, al minuto 62.

Mérito para el técnico Jorge Luis Sampaoli de sacarle provecho al diez del español Barcelona, ubicándolo cerca del arco contrario y dejando en Mascherano y otros la misión de organizar el juego de su equipo.

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