Quique Pina Sánchez: «No creo que pueda tener mejor profesor que mi padre»
«Hay gente que me ha mirado mal al decir mi nombre; estoy orgulloso de lo que soy y de lo que tengo y mi carrera solo acaba de empezar»
Con su nombre y su primer apellido no necesita presentación, pero él solo acaba de empezar su historia. Quique Pina (Murcia, 25 años) no es ... solo el hijo del conocido empresario y agente de futbolistas que fue presidente, entre otros, del Ciudad de Murcia. El balón le corre por las venas, por eso es incapaz de elegir entre sus dos profesiones: jugador y representante. Marca goles con el Calasparra cada fin de semana en Preferente, pero sus mejores partidos los juega en el despacho, a través del móvil, repasando una agenda de contactos que se llena poco a poco.
–¿Se puede ser futbolista y representante con 25 años?
–Si el fútbol es una pasión que te vuelve loco, como me ocurre a mí, sí. No es solo ir a entrenar y competir con un equipo, sino que al final me tiro todo el fin de semana viendo partidos, incluso de lunes a viernes. Veo todas las ligas, desde la más baja hasta la Primera División. Desde pequeño me fui enamorando poco a poco de este deporte y lo he mamado de mi familia. Si amas algo y tienes pasión por ello, se pueden compatibilizar ambas cosas.
–¿Qué le hace dar el salto desde el césped a los despachos?
–Realmente fue sin querer. Principalmente porque me apasiona tanto este deporte que quería meterme de lleno en él. Y también por amistades que me hicieron acercarme al mundo de la representación. Visitas campos de fútbol, vas conociendo categorías y distinta gente y al final son los demás los que te acaban pidiendo ayuda en sus clubes o fuera de ellos. Te das a conocer, ven que entiendes y te piden referencias de diversos tipos de jugadores para reforzar una plantilla y yo les echaba una mano. Con el paso del tiempo me dije: podría llevar yo a los propio futbolistas. De momento mi cartera de jugadores no es muy grande, y lo prefiero así para atenderlos bien.
«Llevo al técnico Ranko Despotovic y al extremo Abdoul Koné, que está en Segunda»
–El Palmar, Ranero, Plus Ultra, Calasparra... Como jugador siempre ha estado en categorías bajas y en clubes humildes. ¿Pensó en centrar su carrera en el césped? ¿Estuvo cerca de dar el salto a una categoría superior?
–Nunca lo he valorado porque siempre he visto que mi virtud no estaba en ser futbolista, aunque es una cosa que amo y no sé vivir sin jugar al fútbol porque es lo que me da la felicidad. Nunca ha sido mi sueño ser jugador profesional. No soy capaz de entrenar cinco días y luego jugar el partido, prefiero compatibilizarlo con ser representante. Aún así, el proyecto del Calasparra me ha enamorado esta temporada.
–Con 19 años fundó la agencia Goalmotion. ¿Cómo se convierte en representante tan pronto?
–Con esa misma edad ya había fundado mi primer club: el San Andrés, con el que ascendimos de Segunda a Primera Autonómica. Veía tanto fútbol y me paseaba por tantos campos que me llegaba la necesidad de clubes y futbolistas. Cambié el chip: de ayudar simplemente a dedicarme a ello. Las relaciones que tenía me empujaron a ello. Empecé con 18 años llevando un portero de Granada que se llama Sergio al Lorca y a mi amigo Pablo Pellicer lo metí en el Guadix de Tercera. Esos movimientos me llevaron a montar la agencia.
–¿Cómo se mueve Quique Pina como agente de futbolistas?
–No solo me muevo por la Región de Murcia, también en Madrid. En la capital me ayudó un amigo, Juan Alcántara, que se dedica a ver fútbol. Él me dio una lista de 10-12 jugadores y yo viajaba a Madrid una vez al mes a ver cinco o seis partidos. Le decía qué perfil nos interesaba y cuáles podían tener hueco en equipos de la Región u otras zonas. No solo quiero saber cómo juegan, también su personalidad y si son profesionales. La gente no lo sabe, pero yo traje a Álex Rubio a Murcia. Él jugaba en el Aranjuez y subió a Tercera y por ser un jugador muy pequeño y delgado no querían contar con él. Le di unas pautas para que se centrase en la alimentación y en su físico, lo traje al Muleño, la dirección deportiva se portó muy bien con él y explotó. Y ahora, en el Villarreal B.
«Siempre supe que mi virtud no era ser jugador; empecé sin querer en Murcia y Madrid para ayudar a futbolistas»
–¿Qué figuras han confiado en usted para gestionar sus carreras deportivas?
–Llevo al que, para mí, a día de hoy, es el mejor o de los mejores entrenadores que trabajan en la Región de Murcia, que es Ranko Despotovic. Está creciendo una barbaridad. Salvó de forma milagrosa hace tres años a la Minera; jugó el 'playoff' con el Caravaca hace dos campañas y tiene al Cieza líder en Tercera RFEF. También tengo a Abdoul Koné, extremo que juega en el Ceuta, en 2ª.
–¿Su nombre y apellido le han abierto muchas puertas?
–Depende. Hay gente que me ha mirado mal por envidia o cualquier razón, porque yo todavía no he hecho nada en el mundo del fútbol. Pero he notado en algún momento cierto resquemor. Cuando dices 'Quique Pina' muchas veces te tachan de cosas que o son falsas o la gente no tiene ni idea. Alguna puerta me ha abierto, pero más que eso, lo que he hecho es aprender de él, de cómo trabaja. No creo que pueda tener mejor profesor que mi padre.
–¿Pesa llamarse así? ¿Le ha dificultado más las cosas?
–No creo que me haya facilitado las cosas ni que me haya perjudicado. Estoy orgulloso de la persona que soy y del padre que tengo. No cambiaría mi vida por la de ninguna otra persona. Mi padre me ha dado cosas muy buenas y me ha permitido vivir algunas increíbles. Quizás tienes que pagar otros peajes, pero no lo cambiaría por nada del mundo.
–¿Qué papel juega su padre en su incipiente carrera?
–Me ha enseñado a cómo hacer las cosas: que le pida a los futbolistas que se cuiden, que yo sea humilde, que esté siempre ogulloso de mi trabajo. Nunca hemos trabajado juntos, aunque creo que ya va siendo hora.
–¿Se marca algún reto ambicioso para el futuro?
–Simplemente no perder la pasión por el fútbol, porque creo que es eso lo que te lleva al éxito. El día de mañana me encantaría ver que la gente que ha empezado conmigo ha seguido creciendo a mi lado.
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