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Pases «a ciegas» y goles en «penumbra»
Equipos de fútbol muy humildes como la Minerva y La Aljorra se entrenan en campos municipales con una luz «precaria» y expuestos a lesiones
La reciente elección de Cartagena como ciudad europea del deporte contrasta con la falta de servicios básicos en algunas instalaciones municipales, como son los campos de fútbol de las diputaciones de Alumbres y La Aljorra. Así, estos clubes tan humildes entrenan a diario en El Secante y el Luis Guarch con una iluminación «precaria y tercermundista», donde los jugadores amateurs dan pases «a ciegas», marcan goles en «penumbra» y están expuestos a sufrir una lesión y pedir la baja en sus trabajos.
La solución más lejana en el tiempo es la del campo municipal de El Secante. Allí entrenan y juegan sus partidos ocho equipos y alrededor de 300 futbolistas de todas las edades. El más perjudicado es la Minerva, club referente que compite en la sexta categoría del fútbol español: la Preferente. Los jugadores tienen sus trabajos y entrenan los martes, jueves y viernes de ocho a diez de la noche. «Hay seis postes de luz con cinco focos cada uno, pero la mitad están fundidos y el resto, que tienen décadas de antigüedad, no alumbran nada y su luz es verde. Los jugadores se quedan pasmados», denuncia el presidente del club, Manuel Tortosa.
La entidad encaja cada fin de semana los horarios. Y el equipo sénior juega sus partidos los domingos a las doce del mediodía. La Federación Murciana les ha prohibido hacerlo por las tardes, cuando desciende la luz solar. «Los jugadores me dicen si no hay otro campo para entrenar. No viven de esto y hacen un esfuerzo por venir a entrenar en unas condiciones que dan pena. Un día vamos a tener una desgracia con alguna lesión», advierte Tortosa.
LAS FRASES
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Damián Ros. Presidente de la EF La Aljorra «Es imposible entrenar así. Te llega un balón por alto y no lo ves. Pedimos unas condiciones dignas pero hay dejadez total»
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Antonio León. Entrenador de la EF La Aljorra «Hay zonas oscuras y limita mucho a los chicos con problemas de visión. Usamos linterna para buscar el balón fuera»
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Manuel Tortosa. Presidente de la SFC Minerva «Las bombillas son muy antiguas, algunas se apagan. La luz es verde y no ilumina nada. Vamos a tener una desgracia»
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Juan Moreno. Boluda Entrenador de la SFC Minerva «Los futbolistas no tienen la claridad suficiente para recibir la pelota y los porteros tampoco ven bien la trayectoria del balón»
La «precaria» potencia de la luz la sufre la primera plantilla. La entrena Juan Moreno Boluda, quien cada noche es testigo de situaciones «surrealistas». «Entrenamos a oscuras, pero es que no tenemos posibilidad de adelantarlos a otra hora. Los jugadores se preocupan, es fútbol amateur y pueden sufrir una lesión. No trabajan de una manera eficaz», explica.
La confusa trayectoria del balón
Sirva para ilustrar que los porteros de la Minerva «no ven con claridad» la trayectoria del balón, sus compañeros encuentran dificultades para afinar la puntería «en los ejercicios de definición» ni tienen «claridad» para recibir el balón, especialmente si la pelota viene por alto y no por raso. Los días de lluvia, además, toca «rezar» porque algunos focos se apagan. «Es una promesa desde hace varios años y nunca se lleva a cabo», recuerda Boluda.
Bajo la luz de esos focos entrenan futbolistas tan contrastados como el defensa Juan Carlos Ceballos, excapitán del Efesé; y hasta hace muy poco el tinerfeño Cristo Martín, que ha jugado casi un centenar de partidos en el fútbol profesional con el Tenerife. La superficie es de césped artificial desde 2012, en una inversión de la empresa Repsol previa negociación con el Ayuntamiento. «Monje Carrillo [presidente de la FFRM] también nos prometió mejorar la luz, pero aquello cayó en saco roto», lamenta Tortosa.
Una linterna utilizan los jugadores de la EF La Aljorra, equipo de Primera Autonómica, para guiarse y encontrar el balón cuando sale de la instalación. Al lado hay un tanque de tormentas «con mosquitos, roedores y hasta culebras», dice el presidente, Damián Ros. Esta situación tan chocante, cuenta el entrenador Antonio León, ocurre los martes, jueves y viernes, de 20.30 a 22.00 horas, en el campo municipal Luis Guarch. Aquí hay torres de luz con una potencia máxima de «400 vatios, insuficientes para iluminar» el campo de fútbol once, destaca Ros. «Hay un foco de mil vatios apagado y otro que funciona cuando quiere», indica.
La precariedad viene de lejos e implica, entre otras cosas, «que si un balón viene por alto no lo veas» y que «los jugadores con problemas de visión» tengan problemas para entrenar con normalidad, especialmente en las «zonas de sombra» a las que no alcanza la iluminación. «Los porteros lo pasan realmente mal y es anecdótico que tengamos que usar una linterna para buscar el balón, si se va fuera».
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Acaba el verano, anochece antes y el club está obligado a jugar no más tarde de las cinco y media de la tarde. «Esta jornada jugamos contra el Puerto Lumbreras. Nos pidieron hacerlo el viernes por la noche, porque allí son fiestas el fin de semana. Pero si es imposible entrenar, imagínate jugar». Al final será el sábado, a las 17.30 horas. Pasa lo mismo en Nueva Cartagena y en La Vaguada, donde se entrena y se juega en penumbra.
Mejoras ya previstas
Fuentes municipales indicaron a LA VERDAD que la prioridad es terminar con los campos de tierra antes del fin de la legislatura. Están redactados y antes de que acabe el año se terminarán de fijar los criterios de adjudicación. Estos incluyen el de Los Belones y el Mundial 82, primero. También el fútbol 5 de La Aljorra y toda la iluminación, con tipo LED. Y el fútbol 5 de El Secante, más costoso por la forma del terreno. Y más adelante, otra inversión para la luz. El Ayuntamiento prepara además la apertura total del Palacio de Deportes y ha invertido en pabellones de Santa Lucía, Alumbres y Cabezo Beaza.