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PALLARÉS RIPALDA
Lorca
Miércoles, 26 de junio 2019, 02:23
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El nuevo alcalde de Lorca, el socialista Diego José Mateos, tiene en sus manos ayudar, trabajar y negociar para cambiar la actual zozobra del fútbol lorquino, que busca una estabilidad que la afición añora desde hace años. Experiencia en estos menesteres no le falta, ya que formó parte de la directiva del mejor Lorca Deportiva de la historia, aquel equipo que de la mano de Unai Emery ascendió a Segunda División y rozó con la punta de los dedos lamáxima categoría del fútbol español.
En 2002, el entonces alcalde socialista lorquino Miguel Navarro, junto a Antonio Baños, que encabezaba un grupo de empresarios locales, se pusieron manos a la obra para poner en marcha la fundación del Lorca Deportiva CF, club que iba a cubrir el vacío dejado por la desaparición del Lorca CF.
El nuevo club compró la plaza del Balsicas y arrancó compitiendo en el grupo XIII de la Tercera División. Diego José Mateos, como hombre de confianza del alcalde y del entonces concejal de Deportes Antonio Vidal, entró a formar parte de la directiva, con el cargo de gerente.
Por delante tenían retos muy importantes, como eran: desarrollar el plan urbanístico que permitiese financiar la construcción del estadio Francisco Artés Carrasco, convertir el club en Sociedad Anónima Deportiva (SAD) e intentar colocar al Lorca Deportiva en el fútbol profesional.
Los objetivos se fueron cumpliendo. Se construyó el campo de fútbol, llegó la SAD y en dos años el equipo pasó de debutar en Segunda B (2003-04), al ascenso a Segunda División, con Unai Emery en el banquillo (2005-06). Dos campañas compitió en la categoría de plata. En la primera rozó el ascenso a Primera. Luego llegó una vez más esa crisis que no deja crecer al fútbol en Lorca.
En la campaña 2007-08, en Segunda B, se marchó la directiva de Antonio Baños y se puso al frente del club Manuel Muñoz Carrillo como presidente. El equipo descendió a Tercera y los hermanos Presa tomaron la gestión del club. En 2010, aquel Lorca Deportiva se retiró de la competición, tras un intento de trasladar el equipo a Totana, a petición de su último presidente Juan Segura.
Se cumplió la tradición y un nuevo club, el Lorca Atlético CF, auspiciado por Cristóbal Arcas, tomó el relevo jugando en Segunda B, tras comprar la plaza del Sangonera Atlético. Tampoco ya existe ese equipo. Actualmente el Lorca FC y el CF Lorca Deportiva se reparten el pastel en el grupo XIII de Tercera División.
El flamante alcalde, que ha conocido desde dentro y desde fuera los avatares del fútbol en la Ciudad del Sol, tiene el reto de liderar el cambio de tan nefasta dinámica.
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