Manolo, 'el del bombo', ¡qué vida!

Los tiempos cambian y cada vez son más duros para Manolo 'el del Bombo'. Las cosas empezaron a endurecerse en Sudáfrica. El estruendo de las 'vuvuzelas' convirtió en inútiles sus ejercicios de percusión y un aire acondicionado criminal le envió de vuelta España con pulmonía. Antes de Brasil, la crisis económica le golpeó donde más le dolía. Le embargaron el bombo y tuvo que apretarse el cinturón. «Antes comía siete veces al día, ahora como cuatro», confesó. En Rusia, por su parte, se ha llevado ya un susto terrible. El sábado, a la salida del estadio, cogió un taxi. Tuvo mala suerte. Le tocó el taxista malo. En lugar de llevarle a su hotel, le condujo en dirección opuesta, por calles extrañas y sospechosas. Los gritos de Manolo no tuvieron efecto. No sabemos si aporreó el bombo, amenazador. El caso es que, aprovechando un semáforo en rojo, se bajó del taxi y salió corriendo. ¡Qué vida!