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Marco Asensio, en una acción ante el Sevilla. Pierre-Philippe Marcou (Afp)
Los extremos dinamizan al Madrid
Análisis

Los extremos dinamizan al Madrid

Zidane solidificó sus bandas con la inclusión de Lucas Vázquez y Marco Asensio y el campeón completó frente al Sevilla sus mejores minutos justo antes del Mundialito

Óscar Bellot

Madrid

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Domingo, 10 de diciembre 2017, 18:16

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La ocasión perdida en San Mamés de recortarle puntos al Barcelona colocó a Zinedine Zidane en la diana. Incapaz de marcarle a un conjunto como el Athletic que venía de recibir el mazazo de la eliminación copera ante el Formentera, el vigente campeón vio cómo su exiguo margen de error se reducía un poco más. Al técnico se le reprochó que no fuese capaz de aportar soluciones desde el banquillo, con unos cambios que se demoraron hasta la recta final del choque pese a que la Liga se alejaba un poco más. Etiquetado de simple alineador cuando se oficializó su aterrizaje en el banquillo del Real Madrid, al francés se le atribuyó una presunta carestía de conocimientos tácticos respecto a colegas mucho más experimentados que tardó poco en desmentir. Pero ni los siete títulos logrados desde su estreno sirvieron para acallar a sus detractores. Ante el Sevilla, en uno de sus momentos más delicados como timonel de la nave blanca, ‘Zizou’ volvió a dar una lección de estrategia reconfigurando su medular con la inclusión de dos extremos y un doble pivote, prescindiendo del mediocentro de contención y del enganche que venía utilizando desde que tuvo que acostumbrarse a la vida sin la BBC. El resultado no pudo ser mejor: una ‘manita’ al cuadro andaluz en 45 minutos y la segunda parte para dosificar fuerzas de cara a un Mundialito que sus futbolistas encararán con la moral revitalizada.

La maniobra no estaba exenta de riesgos. Para ejecutarla optó Zidane por dejar sentado a Isco, titular en doce de las catorce jornadas precedentes. En su lugar insertó a Marco Asensio, cuyo espectacular inicio de campaña dio paso a un irregular desempeño en los encuentros que precedieron a su baja por un problema muscular en la pierna derecha. Colocó al balear de extremo izquierdo, con Lucas Vázquez en el costado derecho. El propósito era que colaborasen con Marcelo y Achraf a la hora de cerrar las incursiones de Nolito y Jesús Navas, la principal amenaza de la escuadra nervionense. Por las bandas venía desangrándose en los últimos tiempos el Real Madrid, donde sobre todo Marcelo se vio desbordado en varios encuentros, lejos de su mejor forma y desprovisto de socorro toda vez que era el volante izquierdo quien debía dárselo, lo que luego penalizaba sus labores creativas. No tuvieron ese problema el brasileño ni Achraf ante el Sevilla, con Lucas Vázquez y Marco Asensio taponando a los laterales y mostrándose solidarios atrás sin perder por ello la capacidad de filtrar el pase decisivo.

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Completó el órdago Zidane prescindiendo del ‘stopper’, con Casemiro sancionado, y retirando a Modric y Kroos su condición de volantes para acomodarlos en un doble pivote. Así ofrecieron sus mejores prestaciones del curso. El teutón, extrañamente impreciso en el primer tercio de la temporada, se multiplicó ante un Sevilla que sólo tuvo cierto control de la situación entre el primer y el segundo tanto madridista. Recuperó la jerarquía de antaño y se asomó al área que custodiaba Sergio Rico con una verticalidad inusual que tuvo su culmen en la contra que armó al recibir un balón que recuperó Cristiano Ronaldo en campo propio y que remachó también el germano. Modric disfrutó también con ese dibujo más clásico, y cuando el croata está a gusto el Madrid lo nota.

El problema ahora para Zidane será decidir entre mantener lo que funcionó de maravilla ante el Sevilla, regresar al esquema que le condujo al histórico doblete o, si el físico de Bale por fin lo permite, encomendarse a una BBC inédita desde el clásico del pasado 23 de abril. En ello puede irle el Mundialito y el clásico que está a la vuelta de la esquina.

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