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Leo Messi celebra su gol de libre directo.

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Leo Messi celebra su gol de libre directo. EFE
Jornada 27

Messi embruja la Liga

Un golazo del argentino de libre directo da una victoria clave al Barça sobre el Atlético, replegado durante toda la primera parte

jesús ballesteros

Sábado, 3 de marzo 2018

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Cuando el Real Madrid galopaba en verano hacia un supuesto pleno de títulos con los elogios de todo el mundo, nadie podía imaginar que el gran pulso por la Liga lo iban a disputar el Barcelona y el Atlético de Madrid en el Camp Nou en la jornada 27. Es el premio a la gran temporada que están llevando a cabo dos equipos que han sabido alternar partidos brillantes con otros más efectivos para sumar puntos jornada tras jornada. Invicta llega la escuadra de Ernesto Valverde, aunque tres de sus seis empates han sido en sus últimos cinco encuentros ligueros, señal de dudas no resueltas y de desgaste físico, mientras que el conjunto de Diego Simeone, que sólo ha perdido un partido en el campo del Espanyol, llega a la cita en su mejor momento en todos los aspectos.

Curiosamente, el 1-1 del Barça en Las Palmas del jueves puede cambiar los planes de los dos entrenadores para el partido. Con cinco puntos de diferencia, las cosas se ven diferentes en los dos banquillos. En las últimas semanas, a más distancia,. Simeone tenía claro que iba a apretar muy arriba en el Camp Nou, con más valentía que nunca en busca de su primera victoria en un estadio que se le resiste, aunque un empate le bastó para ganar la Liga 2013-14 y resistió dos veces en la Liga de Campeones para eliminar al equipo azulgrana en cuartos de final de las ediciones 2013-14 y 2015-16. Sin embargo, el técnico argentino, siempre calculador, viendo la inercia negativa azulgrana, podría ser algo más conservador y valorar el empate que igualaría el 'goal average' particular (1-1 en la primera vuelta en el Wanda Metropolitano), aunque el 'general' de momento es bastante superior al Barça por su mayor capacidad goleadora. Con todo, la obsesión del cuerpo técnico colchonero es cortar el juego interior para impedir las circulaciones de Messi y para ello recurrirá a sus gladiadores más contrastados en el arte de la falta táctica sin amarilla: Gabi, Koke, Saúl y Thomas, que está aprendiendo rápido.

También a Ernesto Valverde, de trayectoria admirable en el Barça, pero sin currículum de entrenador ganador que sabe manejarse bajo presión, puede ser más precavido con el Atlético a cinco puntos que con su rival a siete. Una cosa es arriesgar y acabar la jornada a cuatro puntos en caso de derrota y otra muy distinta ver ya al Atético colocado a dos puntos. Se intuye un 4-4-2, su sistema preferido, muy contrario a lo que siempre se ha exigido en el entorno azulgrana, con Paulinho batallando en la media y Coutinho y Dembélé en el banquillo de inicio pese a los 300 millones que costaron entre los dos.

El partido tiene además el morbo de Griezmann, que viene de marcar siete goles en dos partidos ante Sevilla (tres) y Leganés (cuatro). Nunca ha perforado las porterías del Camp Nou, donde la rumorología (y algo más) le colocan la próxima temporada a cambio de 100 millones de euros fijados en su cláusula de rescisión. Desde el regreso de Diego Costa, que sigue peleándose con todos,el francés está más liberado. Se las verá con Messi y Luis Suárez, que también afrontan el partido en forma, aunque en el Barça sigue el malestar por las 30 horas menos de descanso que tiene antes del pulso debido a que regresó de Las Palmas a casa a las cinco de la madrugada del jueves al viernes, mientras que el Atlético ya estaba durmiendo en su domicilio en la medianoche del miércoles.

Simeone, con los justos tras las marchas a China de Carrasco y Gaitán, la de Moyá a la Real, y con la lesión de Savic, ya no descarta ganar la Liga como hizo días atrás: «El otro día me expliqué mal o lo interpretaron mal. Dije que es imposible debido a los números. Nosotros hemos hecho que no sea imposible, porque hemos ganado, pero es muy difícil. El objetivo es el de siempre, llegar a las cinco últimas jornadas con opciones. Si llegamos así tendremos posibilidades». Y esquivó la pregunta sobre si le valía con el empate: «Nuestro objetivo es mejorarnos a nosotros mismos, y a partir de ahí siempre hemos competido en todos los torneos».

Valverde, con la baja de Semedo y los descartes de Denis Suárez, Yerry Mina y Aleix Vidal, no quiso calificar el partido como una final: «Es un partido importante, pero va a quedar mucho después del partido. Son tres puntos muy importantes por lo que significan, pero quedará todavía un mundo para el final. Nos lo tomamos como si fuera el último para afrontarlo con las máximas garantías».

Por la mínima, exigido, y sin terminar de hacer un partido redondo, pero ganó el líder al segundo clasificado con golazo de Messi. Un triunfo que vale, con total seguridad, una Liga, pues recupera el Barcelona su ventaja de ocho puntos sobre el inmediato perseguidor y corta, de paso, la brutal racha de victorias que arrastraba el Atlético en pos del liderato. En un encuentro disputado, pero rácano en ocasiones claras de gol, apareció otra vez el de siempre, Messi, el ‘Brujo’ del siglo XXI, el que es capaz de marcar tres goles seguidos de falta, el que suma 600 dianas en su carrera profesional y el que, con sus 24 tantos, lleva en volandas a los suyos hacia el título liguero.

El Barça tiene a Messi y eso es mucho decir. Porque no termina de estar cómodo el equipo de Ernesto Valverde en estas semanas. Que el Barça acabara despejando balones como si de una final se tratase dice mucho de lo que había en juego y de lo trascendente que tenía este duelo ante el Atlético. Ganó el Barça porque tiró a puerta y porque acertó su estrella. Las del Atlético, desaparecidas, se chocaron de bruces con una inmejorable zaga que secó por completo a los de arriba.

Era el partido clave para el devenir de la Liga. Un triunfo colchonero habría colocado la diferencia entre líder y segundo clasificado en apenas dos puntos. El Barça llegaba tras haber dilapidado en parte su colchón de puntos en un comienzo de año exigente con partidos de Liga, Copa y Champions. De los seis empates que suma en todo el curso, tres se han producido en Liga en las últimas cinco jornadas. Síntoma inequívoco de que el Atlético podía meterle mano.

Barcelona

Ter Stegen; Sergi Roberto, Piqué, Umtiti, Jordi Alba: Busquets, Rakitic, Iniesta (André Gomes, min. 35), Coutinho (Paulinho, min. 84); Messi y Luis Suárez.

1

-

0

Atlético de Madrid

Oblak, Vrsaljko (Correa, min. 59), Godín, Giménez, Filipe Luis (Lucas Hernández, min. 74), Gabi (Gameiro, min. 66), Thomas, Koke, Saúl, Griezmann y Diego Costa.

  • GOL: 1-0, min. 26: Messi

  • áRBITRO: Gil Manzano (Extremeño). Amonestó a Messi, Vrsaljko, Giménez y Rakitic.

  • iNCIDENCIAS: Partido correspondiente a la 27ª jornada de Liga, disputado en el Camp Nou. 90.356 espectadores, la mejor entrada de la temporada en el estadio azulgrana. Sentido homenaje a Enrique Castro, ‘Quini’, en los prolegómenos del partido.

En la cresta de la ola llegaba el cuadro de Simeone al Camp Nou tras seis victorias seguidas, pero el frenazo fue descomunal. Ante un equipo replegado y obsesionado con evitar el gol local, el Barça mostró su mejor versión, aquella que busca, a través de la posesión, la portería rival. Fue dueño y señor del primer tiempo, y dejó al Atlético tan metido atrás que Ter Stegen no tuvo que intervenir ni una sola vez.

Con cero remates entre los tres palos y cero ocasiones de gol es imposible pelear nada. Y eso que el Atlético cerró bien los espacios por el pasillo central, donde mejor se desenvuelve Messi y donde inicia el Barça todo su fútbol. Pero el argentino sacó su zurda a pasear con un nuevo libre directo que quedará para el recuerdo (tercero consecutivo que marca en este curso). Magistral zurdazo que ponía al Barça por delante en el marcador y al Atlético necesitado de cambiar el guión inicial.

Estaba obligado Simeone a mover ficha si quería recuperar parte del protagonismo del choque. Los de Valverde buscaban sentenciar el duelo y el campeonato incluso con el varapalo de Iniesta, que se retiraba lesionado pasada la media hora. Con la vuelta de Champions en el horizonte y la ventaja en Liga, una retirada a tiempo es muchas veces una victoria.

Perdía control y magia el Barça sin su capitán. Huelga decir que André Gomes, por el que apostó Valverde, no es el manchego. A ello se unió el paso adelante que dio el Atlético ante la necesidad de puntuar al menos en Barcelona. Buscó provecho el cuadro culé de esta nueva situación sobre el verde. Con más espacios, el líder mutó para hacer del contragolpe su mejor arma.

La ausencia de ocasiones seguía como hilo conductor de un partido en el que el Atlético acabó con toda la carne en el asador. Simeone sacaba a Correa, Gameiro y Lucas Hernández para buscar las tablas. El Barça se afanaba en labores defensivas una vez que había perdido ese control mayúsculo de la primera mitad. Si bien fue para el equipo azulgrana también la mejor ocasión del segundo tiempo. Y es que por mucho que se afanaba el cuadro rojiblanco en buscar la portería rival, sus ideas se desvanecían en los tres cuartos de campo. Apenas un tiro entre los tres palos y sin apenas peligro fue el bagaje ofensivo de los pupilos de Diego Pablo Simeone.

Desaparecidos Griezmann, Diego Costa y también los de refresco, Gameiro y Correa, al Barça le bastó incluso con un Piqué lesionado para poner tierra de por medio y amarrar así una nueva victoria que vale, quizás, algo más que las otras. Al menos, por el componente psicológico que ella conlleva para el líder y el principal perseguidor.

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