El gol agónico de Chumbi que cerró cuentas pendientes
«Ese tanto nos puso en el mapa; al día siguiente me conocían mis profesores de clase»
Es el último recuerdo de granas y albinegros batiéndose el cobre en partido oficial en el Cartagonova. Un partido que el 7 de abril de ... 2019 enfrentó a un Real Murcia en crisis deportiva, pero sobre todo institucional, y un Efesé que peleaba por el liderato y que, posteriormente, se quedaría sin ascenso al fútbol profesional. Un duelo vibrante que dejó tocado al Cartagena y que levantó a los granas gracias, especialmente, a Rafael Fernández, 'Chumbi'. El delantero aguileño se erigió como gran protagonista de ese derbi gracias a un tanto en el minuto 90 que sirvió para empatar y que celebró con rabia, tras haber coqueteado con el Efesé en el anterior mercado de verano. «Me llamaron Belmonte y Breis y luego me sentí menospreciado. Era una forma de decir 'aquí estoy yo'. Siempre he sido de sangre caliente», confiesa.
Con Julio Algar como técnico grana, tercer inquilino del banquillo esa temporada, coqueteando con la zona del descenso, sin Álex Corredera ni Dani Aquino, las estrellas de aquel equipo, que saltaron de un barco a la deriva en enero y con la eterna incógnita a final de mes en cuanto a saber si llegaría o no la nómina. Así aterrizó el Real Murcia en el Cartagonova, vestido con sus mejores galas para ver a un equipo local que, liderado desde el banco por Gustavo Munúa y desde el césped por el hoy grana Moyita y Elady Zorrilla, soñaba con abandonar el tercer escalón del fútbol español. El favorito estaba claro, pero hay duelos en los que las fuerzas se igualan. «Llegábamos muy tocados, pero es una semana diferente que te hace crecerte como jugador por la exigencia de la afición, la tensión de la prensa, ver el estadio lleno...», recuerda Chumbi.
Con la grave lesión rodilla en el olvido, el ariete aguileño afrontaba el derbi en el mejor momento de la temporada, con la confianza y la relación con el gol recuperadas. Pero el que primero golpearía sería un Santi Jara que poco después se cambiaría de bando. «Fue un derbi por todo lo alto. La primera parte de ellos; la segunda, nuestra. Hubo un apagón cuando mejor estábamos y después llegó mil gol, que no lo olvidaré jamás», reconoce un Chumbi que hoy es entrenador del Águilas juvenil.
Certero por arriba
Su tanto del empate lo recuerda como si fuera ayer. Al igual que la celebración. «Fue una triangulación perfecta entre Josema y Curto. Sabía que si ponían un centro al punto de penalti, iba dentro. Y así fue», narra el exfutbolista, que volvió a poner la cabeza para mandar la pelota al fondo de la portería y silenciar parte del Cartagonova. «He tenido siempre más confianza con la cabeza que con las piernas», confiesa. El destino parecía estar escrito porque, según cuenta, el gafe no estaba en la grada. «Mi cuñado se marchó antes del campo y escuchó el gol del Murcia en el parking. Sabía que había sido yo», recuerda Chumbi, que asegura que ese gol le puso en el mapa. «Al día siguiente me empezaron a conocer los compañeros y los profesores de clase. Era el del gol del derbi».
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