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Un barrio sin fútbol. Directiva y jugadores del Santiago y Zaraíche FC, ayer en el solar donde debía construirse el campo de fútbol. Kiko Asunción/ AGM

Un club sin hogar en Murcia: el sueño aplazado del Santiago y Zaraíche FC

La construcción del campo de fútbol prometido para la pedanía murciana, sin instalaciones deportivas para sus 12.000 habitantes, continúa encallado ocho años después

Antonio Zomeño

Lunes, 16 de junio 2025, 11:27

Un cuarto de siglo más tarde, el fútbol regresaba a Santiago y Zaraíche. Así lo indicaba desde 2017 el cartel anexo al solar donde debía erigirse el nuevo campo de fútbol de la pedanía murciana. Pero ocho años después del anuncio del proyecto, el solar vive la construcción de un parking disuasorio en su interior, mientras los 12.000 habitantes de la pedanía continúan sin instalaciones deportivas públicas entre sus límites. Todo ello ante la resignación del club fundado en 2020 como un ambicioso proyecto destinado a dar vida al campo de fútbol.

Un lustro después de su fundación, el Santiago y Zaraíche FC, nacido como una escuela de fútbol que aspira a albergar hasta 20 equipos y cientos de niños de la zona, aguarda impaciente un campo de fútbol donde poner a rodar el balón. Su presidenta, Noemí López, impulsó la creación del club con la confianza de que la demanda histórica de estas instalaciones se cumpliría en el corto plazo, pero nada más lejos de la realidad, ocho años después, la infraestructura continúa acumulando polvo en el interior de un cajón, paralizada por los retrasos de un proyecto que nació herido de muerte.

Todo comenzó en 2017, cuando la Junta Municipal de Santiago y Zaraíche, dirigida en aquel entonces por Pedro García Rex, impulsó la construcción de un campo de fútbol por medio de un PEIP del ayuntamiento. Aprobado en Junta de Gobierno, las instalaciones deportivas contaban con localización y un presupuesto de 600.000 euros para la realización del proyecto, pero su ejecución se paralizó entre la renovación de la Junta Municipal. La llegada del nuevo alcalde pedáneo, Paco Ludeña, pareció reactivar su ejecución en 2022, cuando su grupo llevó una moción al pleno ordinario con el fin de acelerar la construcción, pero el campo de fútbol de Santiago y Zaraíche topó entonces con dos diques que, hasta el momento, lo han mantenido varado.

El atasco del proyecto

El primer escollo pasó por la movilización de un sector concreto de vecinos de Santiago y Zaraíche, una pedanía transformada en barrio cuyo suelo cotiza al alza por su cercanía a la capital, que alegaban que la localización elegida para las instalaciones, frente a la sede de la Agencia Tributaria, en la avenida Juan Pablo II, no era la idónea. «Los vecinos recogieron firmas para que el campo se trasladara de localización porque no querían la iluminación del campo y el ruido de los silbatos cerca de sus casas, además del problema de aparcamiento que podía ocasionar», explica el alcalde pedáneo Paco Ludeña.

El primer y único proyecto redactado para el campo de fútbol carecía de elementos básicos como la iluminación o el vallado

Por su parte, Noemí López, la presidenta del club destinado a ocupar las instalaciones, muestra la otra cara de estas demandas: «El campo iba a ir en una zona donde vive gente muy adinerada, con gran poder de influencia. Al final, lo del ruido o la luz es algo que sucede en todos los campos, pero en este caso han sido algo egoístas. No miran por darle a los niños los medios para poder practicar deporte, solo han mirado por su comodidad», sentencia. Ante las presiones de este sector vecinal, se decidió que las instalaciones se trasladarían a otro de los múltiples solares municipales presentes en la pedanía, pero otro problema se ha erigido entre el campo y la realidad.

Miembros del equipo de veteranos de Santiago y Zaraíche, ayer en el barrio. Kiko Asunción / AGM

Cuando la actual Junta Municipal de Santiago y Zaraíche se decidió a ejecutar el proyecto redactado en 2017 por la anterior administración, se percató de que éste era completamente inservible. Las instalaciones deportivas, presupuestadas en 600.000 euros por el ayuntamiento, no sólo no cumplían con la nueva normativa europea para la instalación de césped artificial de última generación, sino que carecían de elementos tan básicos como las torretas de iluminación o el vallado perimetral del recinto. La suma de estos elementos, unidos a la carestía de los materiales, arrojan un nuevo presupuesto que prácticamente dobla lo establecido en primer término, superando la barrera del millón de euros para la ejecución del proyecto llamado a devolver el fútbol a la pedanía 25 años después.

Un equipo a la espera

Cuando el Servicio de Patrimonio termine de encontrar una nueva ubicación para el campo de fútbol, el proyecto deberá volver a ser redactado de forma íntegra para destinar el presupuesto restante, una cantidad que se erige como «el principal factor para que se agilice la construcción», según explica el alcalde pedáneo. Mientras, un club de fútbol cuenta los días resignado.

Noemí López comanda una directiva que cuenta con dos exjugadores del extinto equipo de la pedanía, desaparecido con la llegada del Nuevo Milenio, cuando la imparable expansión de la ciudad sepultó el campo Manuel Carles bajo la presión del ladrillo. El viejo escudo preside la actual camiseta verdirroja patrocinada por la confitería Luis Miguel, con los pantalones granas y las calcetas rayadas en blanco y azul, simulando el caudal de aquellas acequias que ahora discurren soterradas como un vestigio de esos bancales que ya no riegan.

«Nuestro proyecto es crear una escuela de fútbol para el pueblo. Nosotros puede que algún día nos vayamos, pero el club y la escuela quedarán para todos los vecinos», asegura la presidenta del Santiago y Zaraíche FC. La llegada de las instalaciones a la pedanía no solo darían cabida al club de nuevo cuño, sino que también servirían para liberar la masificación que viven los campos de la Región, cuyos horarios y espacio son una disputa constante entre los diversos clubes: «Llevamos pidiendo campo a la federación desde 2021 en más de diez instalaciones, pero están todas saturadas. Solo hemos conseguido una hora a la semana en Patiño para el equipo de veteranos», indica Noemí López, la presidenta del club. Clasificados para la semifinal de la Copa Amistad en su primera temporada en competición oficial, el equipo compuesto por jugadores de más de 35 años ha servido como avanzadilla del proyecto destinado a devolver, más de un cuarto de siglo después, el deporte rey a Santiago y Zaraíche, una pedanía que aguarda resignada el campo de fútbol prometido ocho años atrás.

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