El Águilas juega un pésimo partido y acaba pitado por su afición

El cambio en el banquillo no ha servido para que el Águilas reaccione. Ayer perdió en El Rubial ante El Ejido en un choque en el que el equipo almeriense se mostró superior a un rival en declive, que va de mal en peor. Nuevo entrenador y peores defectos. Los pitos de la afición aguileña se hicieron notar por primera vez en lo que va de temporada, además de manera justificada, porque el equipo visitante se fue imponiendo conforme pasaban los minutos.

De hecho, en el ecuador de la segunda parte, jugó como quiso e hizo correr a los jugadores locales en busca del balón, que no encontraban. Fue un auténtico baile a un equipo blanquiazul que ofreció su peor imagen y acabó el partido totalmente ausente.

La vuelta al banquillo de Gaspar Campillo, director deportivo del club, no ha supuesto un revulsivo. Tampoco una solución para un equipo que cae en picado y la derrota de ayer lo mete en una dinámica peligrosa. Molo no era el culpable.

Los jugadores locales no remataron ni una sola vez a puerta. Perdieron el balón con total facilidad en la zona media y en todo momento facilitaron las jugadas de ataque del equipo visitante, que obligaron a Leo Santos a evitar con sus buenas intervenciones una derrota más abultada.

El Ejido ganó el partido por un resultado corto, oportunidades para llevarse la victoria por un marcador más abultado tuvieron varias los jugadores de Fran Alcoy, que en varias fases del encuentro minimizaron a un Águilas entregado y sin ideas para jugar. Retrasar el balón a su portero fueo la opción que más veces utlizaron los jugadores que ayer dirigió por detrás de la valla Gaspar Campillo, quien no se pudo sentar en el banquillo.

El único gol llegó en el minuto 52, en una jugada en el área local con varios rechaces en los que la defensa aguileña estuvo desacertada para despejar el balón y finalmente Tena, mucho más rápido y atento, marcó superando a un Leo Santos que estaba totalmente vendido.

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