El Águilas encaja una manita sonrojante que deja en el alambre a Gaspar Campillo

Campillo ha demostrado su incompetencia desde el banquillo para dirigir al Águilas, ya se reflejó que durante sus tres temporadas y media en Tercera, cuando nunca demostró ser el entrenador que necesitaba el Águilas y él mismo acabó dimitiendo. Esta vez, en una categoría superior y amparado por el dueño del club, se empeña en ser nuevamente el entrenador que haga que el proyecto del club se desmorone. En su etapa en Tercera fue de mal en peor, paradójicamente la pandemia salvó al Águilas al tener que suspenderse la competición.

Ayer, el Águilas de Campillo tocó fondo. Ni con los fichajes que recientemente se han realizado (debutaron Cristo García y Quim Araujo) el Águilas despertó. No sabían los jugadores a que tenían que jugar. Fue un auténtico desastre. Campillo puso ayer su cargo a disposición del presidente. «Hace falta que llegue alguien y cambie el chip», confesó el técnico y director deportivo. Alfonso García, no obstante, aún no ha aceptado la renuncia de Campillo.

Respecto al partido, no hubo historia. El Mancha Real aprovechó la primera ocasión que tuvo para marcar en el primer minuto de juego. El Águilas pudo empatar en los cinco minutos finales de la primera parte. La segunda fue un recital de los locales.