El Jimbee también resbala contra el colista

El entrenador melonero se enfadó bastante cuando su equipo cometió un penalti totalmente evitable a falta de treinta segundos del final. Con sangre, sudor y lágrimas, el Jimbee Cartagena parecía destinado a llevarse tres puntos muy sufridos del Pabellón Siglo XXI. Pero en una jugada encadenada de errores, que empezó en un pase atrás terrorífico de Waltinho a un rival, el cierre Mouhoudine atropelló a un rival dentro del área y cometió la pena máxima. Chispi las paró de todos los colores bajos palos para sostener a su equipo en grandes tramos del encuentro pero ni jugándose la cara, literalmente, pudo detener el lanzamiento de Nando Torres.

El cuadro melonero no anda sobrado de gol, pues Motta y Pablo Ramírez son los grandes salvavidas del equipo en este aspecto. El italobrasileño y el malagueño (anoche con un doblete) llevan la voz cantante pero es insuficiente. Sobre todo cuando el Jimbee no termina de ser un bloque firme y con capacidad para encajar poco. Desde que terminó la Supercopa ya son 15 goles en cuatro partidos contra el Barcelona (3-1), el Peñíscola (4-4 y 5-2) y el Zaragoza (3-3). En ese desequilibrio en las áreas está el bajón melonero.

A eso hay que añadir que individualmente quedan jugadores por dar un paso al frente. Linhares no aparece; Osamanmusa lleva 1 gol; y Waltinho, entre lesión y lesión, 3. Mellado, con 2, pudo evitar otro resbalón en territorio maño con un disparo al larguero a falta de diez segundos; del mismo modo que Pablo Ramírez con un hat-trick que el portero local, Dani Álvarez, le negó en dos mano a mano que con 1-3 en el marcador pudieron suponer la sentencia total del partido.

No fue ni mucho menos así y el Jimbee sufrió de lo lindo contra un rival que va último y solo ha ganado 2 de las 17 jornadas disputadas. De inicio todo le salió de cara con una diana inicial de Adri Ortego en el primer pestañeo de la noche, ante el que nada pudo hacer Chispi, con poca posibilidad; y luego con un encuentro tedioso, poco fluido y donde los equipos no se atrevieron demasiado. Darío Gil dio aire con el 1-2 a falta de 20 segundos del descanso.

Pero ese contexto fue un espejismo. El Zaragoza nunca tiró la toalla, golpeó al larguero y ni con 1-3 entregó armas. El Jimbee quedó sostenido por Chispi un muchas ocasiones, Pablo Ramírez no marcó la sentencia del 1-4 y en un penalti fatal, que terminó además con la expulsión de Gon Castejón, llegó el empate. Quedan por delante meses de altísima exigencia con la Copa de España, la Champions y la Liga en el horizonte, una vez eliminados de la Copa del Rey, por lo que conviene reaccionar y elevar el nivel. Vienen curvas y un horizonte de altísima exigencia.