Nerea Ivorra cambia la historia del bádminton de la Región de Murcia
Su fichaje por el Puertas Padilla permitió al club cartagenero subir a la máxima categoría y, un año después, jugar la gran final
Olga Lorente
Domingo, 2 de noviembre 2025, 08:16
Es casi inviable pensar que hay personas que hayan sido capaces por sí solas de cambiar la historia de un deporte. ¿Cómo un único individuo, de forma unilateral, va a poder transformar algo tan social como es el deporte? Es imposible. O era, hasta que llegó Carolina Marín. La de Huelva es el ejemplo claro de cómo una figura deportiva puede cambiar por completo la percepción, el desarrollo y la popularidad de una disciplina. El bádminton era un deporte prácticamente desconocido y minoritario en nuestro país hasta el año 2010, no tenía proyección profesional.
Había pocos clubes que lo impulsaran, pocas instalaciones donde practicarlo y contaba con la casi nula visibilidad mediática. El dominio absoluto lo tenían los países asiáticos y en Europa, los nórdicos. España no figuraba en ninguna clasificación internacional, hasta que Carolina se proclamó campeona del mundo en 2014 (llevando ya cuatro años despuntando en categorías de formación). Ahí, empezó a cambiar la historia de este deporte.
En 2015, la andaluza revalidó el título mundial y sumó el de Europa al botín y un año después ganó el oro olímpico en Río de Janeiro, llegando a convertirse en un hito para el deporte español. Carolina Marín puso el bádminton sobre la mesa en España, comenzaron a seguirse sus partidos y, con ello, las licencias federativas se multiplicaron por cuatro (sobre todo en niñas y mujeres jóvenes).
Nuestro país pasó de tener una decena de clubes dedicados a esta disciplina a más de 300, las inscripciones saltaron de 5.000 a más de 20.000 (según datos recogidos por la Federación en 2023). Las instituciones, con el Consejo Superior de Deportes a la cabeza, destinaron más fondos y becas al bádminton y se crearon Centros de Tecnificación y programas de detección de talentos. Ella lo cambió todo.
Las comunidades autónomas también aprovecharon el tirón de Carolina Marín para volcarse con el bádminton e invertir en nuevas y mejores infraestructuras. En la Región de Murcia, el mayor foco de este 'boom' lo ha protagonizado el equipo Puertas Padilla, en Cartagena, club que en poco tiempo ha pasado de ser una apuesta únicamente local a convertirse en una realidad nacional. La temporada pasada llegó a disputar la final de liga en la máxima categoría, terminaron subcampeonas, lo que fue un éxito sin precedentes.
Esta entidad, con raíces en la estructura del Bádminton Cartagena, ha vivido un proceso de crecimiento paulatino, sin saltarse etapas. Empezaron ascendiendo a Primera Oro (la segunda categoría a nivel nacional) y, en apenas una temporada, dieron el salto a División de Honor (la élite de este deporte en nuestro país). Un éxito forjado en una idea de proyecto que ha consistido en promocionar a jóvenes de la ciudad e invertir en fichajes de jugadoras consagradas en España y con extranjeras de gran nivel.
Una de esas incorporaciones que ayudaron a cambiar el rumbo de la historia del club cartagenero fue, sin lugar a dudas, el de la alicantina Nerea Ivorra (Beneixama, 27 años). Su historia empezó hace tres años: «En mi última temporada en el Rinconada (el club que más ligas ha ganado en la máxima categoría en España) me lesioné del pie y estuve sin poder jugar al bádminton durante seis meses. Era frustrante porque yo pensaba que estaba bien pero no podía jugar y empecé a valorar que necesitaba un cambio. Sentía que le estaba fallando a mi equipo porque estar en un club como ese, te exige el cien por cien. En ese momento, me contactó Pablo, el gerente del Puertas Padilla de Cartagena, y me comentó el proyecto de futuro que tenían allí. Estaban en Segunda División pero el objetivo era el ascenso y la consolidación en la élite. Hablamos también de las incorporaciones que querían hacer y me ilusionó mucho lo que me proponía. Mi entorno me preguntaba al principio si yo estaba dispuesta a bajar de categoría, pero sabía que con mi fichaje lo lograríamos a la primera, así que acepté», relata.
De la pelota al volante
Nerea Ivorra es una de las jugadoras de bádminton más importantes de España. Comenzó a practicarlo con 11 años (previo paso por la raqueta de tenis) y pronto comenzó a destacar. Con 14 años entró a formarse al Centro de Tecnificación Deportiva de Alicante, donde ha permanecido hasta ahora. «Siempre tuve claro que mi objetivo era ser una de las mejores jugadoras de España», reconoce. Hasta los 18 años le costó lograr esas metas, pero desde entonces -a base de mucho trabajo y dedicación- ya no se ha bajado del podio. Un crecimiento muy grande que se vio recompensado con poder jugar en los clubes más importantes del país, como es el caso de La Orden (Huelva) o del Rinconada (Sevilla).
Ella, quizá con menos visibilidad que Carolina Marín o Pablo Abián, también ha ayudado a que este deporte crezca. «Las niñas y los niños que empiezan ahora tienen la figura de Carolina, que ha sido capaz de ganar a las asiáticas. Es una estrella y es imprescindible hablar de ella y poner en valor todo lo que ha hecho. Cuando yo empecé no teníamos referentes tan mediáticos como lo es ella, pero sí ha habido jugadores anteriores que también destacaron y fueron los mejores de España como Sergio Llopis y Dolores Marco. He tenido el gran privilegio de ser entrenada por ellos en Alicante. Para mí ellos han sido y serán siempre los modelos a seguir», afirma una Nerea Ivorra agradecida a los que le hicieron grande.
Otro gran paso
Además de jugadora del Puertas Padilla Cartagena, Nerea también es entrenadora de un joven de 11 años muy prometedor que se llama Hugo Quirós y que ya está en dinámica de Federación Española. Esa también fue una de las razones por las que aceptó firmar en el club, poder enfocar su carrera a más vertientes que la de jugar.
Carolina Marín le dio otra dimensión al bádminton. Ella lo cambió todo y llegó a cotas que hasta entonces parecían inalcanzables. Por su parte, Nerea Ivorra ha sido fundamental para que Cartagena se instale en la élite nacional. No se han enfrentado nunca porque las separan cuatro años de edad, pero cada una en su papel han contribuido a que este deporte sea mejor y atraiga cada día a más gente.
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