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Randri García, entrenador del Alhama CF ElPozo, de pie en el banquillo visitante de Lezama durante el partido que su equipo jugó anoche en Bilbao. Pankra Nieto / EL CORREO
Fútbol femenino

«Randri siempre se pasó tres pueblos»

Dos exjugadoras dicen que el técnico del Alhama «humillaba a muchas chicas», pero no creen que haya «sido capaz» de acosar sexualmente a nadie

Sábado, 22 de abril 2023, 08:48

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El 'caso Randri' comenzó hace varios meses, cuando el club quiso abrir un expediente y despedir a la defensa Erika Sastre (Cartagena, 27 años). La jugadora del barrio de Lo Campano, que sufrió una grave lesión de rodilla en el tramo inicial de la pasada temporada, ya no entraba en los planes del entrenador del Alhama CF ElPozo, un Randri García que la había repescado en 2020 para apuntalar la zaga del equipo en la liga Reto Iberdrola (Segunda). Destacaba en el Murcia Féminas y la volvió a fichar, tras una etapa anterior de tres temporadas (de 2016 a 2019) en el conjunto alhameño.

El tira y afloja entre Randri García y Erika Sastre acabó de mala manera, con la jugadora cartagenera acudiendo al sindicato Futpro a denunciar «acoso laboral continuado» y «trato vejatorio» por parte del entrenador alhameño. En el club restaron importancia al asunto en un primer momento, fundamentalmente porque Erika Sastre arrastra desde hace años una fama de jugadora poco disciplinada.

De hecho, todo saltó por los aires cuando Randri quiso que Sastre se sometiera a un control de orina de manera obligatoria, con la intención de que en la analítica aparecieran restos de sustancias ilegales que, según el entrenador, estaba consumiendo regularmente la futbolista de Lo Campano. Si esas sospechas de Randri se confirmaban, tendría total libertad para despedirla sin pagarle indemnización.

Las cinco denunciantes que siguen en la plantilla insisten en que han sido «vejadas» y «humilladas» por su entrenador

Este conflicto, en principio, no tenía por qué salir a la luz, pensó Randri, quien había bregado anteriormente con asuntos tan desagradables como este y siempre había salido indemne. Lo que jamás contemplaron en la directiva azulona es que cuatro de sus compañeras se iban a poner de parte de Sastre, ya que Randri «siempre ha tenido un poder absoluto en el club e incluso en el propio pueblo», confesó una de ellas, en declaraciones recogidas ayer por Europa Press. Pero dieron ese paso y el ambiente en el vestuario del Alhama, a pesar de que en esta segunda vuelta los resultados han ido mejorando, se fue convirtiendo en prácticamente irrespirable.

Una presunta foto de carácter sexual que habría sido enviada el pasado 27 de marzo por el entrenador a sus jugadoras por WhatsApp, según El Periódico y Mundo Deportivo, acabó por empeorar las cosas y el asunto salió a la luz el pasado lunes. A pesar de que 17 jugadoras de la plantilla defienden a su entrenador, las cinco denunciantes se mantienen firmes en su denuncia. Son Nerea Vicente, la propia Erika Sastre, Noelia Gil, Lucía Martínez y la gallega Andrea Carid, la única de las cinco que ayer fue titular en el partido de liga frente al Athletic de Bilbao.

Ellas, no obstante, prefieren mantenerse en el anominato, «hasta que llegue el momento de hacer públicos nuestros testimonios». Una de las cinco, siempre en declaraciones a Europa Press, califica su estancia en el Alhama «como estar metida dentro de una cárcel o viviendo en una dictadura». Otra dice estar «hundida» y que «solo sigue para adelante con esto por los apoyos que estoy recibiendo de tanta gente que ni siquiera conozco».

Una de sus compañeras que también mantiene la denuncia en Futpro lamenta que el club «nos haya separado y dividido en dos bandos». Y cree que ha «faltado sororidad, valentía y valores» en las 17 futbolistas que han apoyado a Randri en este conflicto. Otra subraya que «quizás no he sufrido comentarios tan denigrantes o sucios como mis compañeras, pero sí las he visto llorar por el trato recibido». La quinta denunciante asegura que Randri le ha «chillado, humillado, ridiculizado y faltado el respeto constantemente» y que lo ha tenido que sufrir «en silencio».

«No quería entrenar»

Añade que «es difícil expresar con palabras todo lo que he sentido desde que estoy en el Alhama. Todo lo que voy a expresar no es ni una cuarta parte de cómo me he sentido yo como deportista, como persona y sobre todo, como mujer», explica otra de las afectadas, que llegaba «asustada» a los entrenamientos por «el discurso» que se iba a encontrar del técnico. «No quería entrenar y obviamente se me quitaban las ganas de ser futbolista», añade.

«No tenía filtros e hizo mucho daño a jugadoras que llegaron a odiar el fútbol por su culpa», dice una ex del Alhama

LA VERDAD se ha puesto en contacto con seis exfutbolistas del Alhama de distintas etapas. Cuatro de ellas han rechazado participar en este reportaje y las dos que han aceptado dar su testimonio lo han hecho a cambio de anonimato. Ambas coinciden en que Randri García «puede ser considerado un perfecto acosador laboral», pero ninguna cree que «haya sido capaz» de acosar sexualmente a nadie. «Randri siempre se ha pasado tres pueblos y ha humillado a un montón de chicas. No tenía filtros y te podía decir 'gorda', 'lesbiana', 'negra'... Estaba obsesionado con el peso de las futbolistas y con su condición sexual. Se metía en cosas que un entrenador no debe meterse», señala una de ellas, que estuvo en el club hasta el pasado verano.

«El tipo es de la vieja escuela y la verdad es que no engañaba a nadie. El primer día ya nos dijo que lo íbamos a querer o lo íbamos a odiar. Y al final de temporada lo odiábamos todas las jugadoras. Sus formas en Regional o Primera Nacional no eran tenidas en cuenta. A nadie le importaba. Afortunadamente, el fútbol femenino ha evolucionado, la sociedad ha evolucionado y el Alhama está en Primera. Ahí ha llegado gente que está acostumbrada a un trato normal y ha flipado. Me alegra que le paren los pies. Ha hecho mucho daño a jugadoras que llegaron a odiar el fútbol por su culpa», afirma esta exfutbolista que militó en el Alhama entre 2014 y 2016.

Ley del silencio: «Si querías jugar, tenías que callarte y aguantar»

Una de las exjugadoras del Alhama que ha atendido la llamada de este periódico cuenta que en «nuestra época imperaba el silencio y a nadie se le ocurría hacer esto público», ya que «el club es suyo y ahí siempre se ha hecho lo que él ha mandado. Si querías jugar en el mejor equipo de Murcia, que en mi época ya era el Alhama, tenías que aguantar a Randri. En el vestuario le llamábamos el 'chuloputas'. No nos gustaban sus formas, pero le teníamos miedo y nadie hablaba», recuerda. Añade que «siempre decía que al vestuario no se venía a ligar y que no quería rollos entre nosotras, pero él era el primero que sí ligaba con jugadoras». LA VERDAD se ha puesto en contacto con Randri García, pero el técnico prefiere continuar en silencio.

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