Rodillo del Hozono Jairis al Araski para seguir mirando hacia arriba

De nuevo, y al igual que el miércoles, en un partido que se disputó solo 50 horas antes que este y a más de 3.000 kilómetros de distancia, el Jairis siempre fue por delante en el marcador. Con una defensa donde las ayudas demuestran estar más que trabajadas, un dominio reboteador fundamental para poder jugar rápido, un ataque estático en el que el balón apenas pisa el suelo y un certero tiro exterior en el que parece que las jugadoras de Canut se pasen el testigo para llevar la voz cantante.

Que el deporte es un estado de ánimo lo pareció querer evidenciar un Jairis que mira hacia arriba en unos primeros minutos de juego ofensivo muy desenfadado, con mucho tiro exterior y al que tanto costó seguir el ritmo a un Araski que, pese a no venir de jugar dos días antes en Atenas, es de rotación muy corta y hoy tenía fuera por lesión a Bethy Mununga, una de sus jugadores más importantes. Antes de terminar el primer cuarto ya se había alcanzado una diferencia de dos dígitos (8-20, minuto 9), con mucho protagonismo para López-Sénéchal y Alarcón, ex del Araski.

Pero si algo tiene la técnico vasca Madelén Urieta son soluciones de pizarra, y obligando a Massey a salir de la zona sacaba ventajas de la mayor movilidad de mujeres altas como Brewer o Van den Adel y un parcial de 10-0 evitaba prematuras escapadas (18-20, minuto 11). En cualquier caso, el partido entraba en su fase más ajedrecista, pues las alcantarilleras reaccionaron con otro golpe, un 2-14 de puro talento (20-34, minuto 17), al que no podían responder mejor las vitorianas tras otro tiempo muerto de inmejorable resultado de Urieta, pues, salvo una última canasta de maga de Ayuso, todas las que quedaban antes del descanso serían de las locales (28-36).

Aunque el Araski parecía tener siempre una solución a cada gran diferencia que cogía el Jairis, la sensación la de las alcantarilleras habían de picar menos piedra para sentirse a gusto en la cancha. Pasada más de la mitad del tercer cuarto solo había sumado una canasta, pero la tela de araña que había tejido en su media pista agobiaba a un equipo que ya no encontraba a Brewer y Van den Adel, que después de sumar 16 puntos en la primera parte se quedaban en cero en este cuarto.

Y, de pronto, dos triples seguidos de Holesinska y López-Sénéchal amenazaban con partido roto. Urieta tomaba la advertencia con un tiempo muerto, pero el Araski ya estaba tirando de la reserva, y un Jairis inmisericorde cuando el rival exhibe flaqueza ya tenía media victoria en el bolsillo antes de los diez minutos finales (37-54).

No llegaron nunca las de Alcantarilla a poner la veintena de puntos de diferencia en el marcador, pero el desarrollo del partido y las sensaciones sobre el parqué decían que el armisticio había quedado más que firmado. Quizás no entre Holesinska y Aliaga, que se las trajeron tiesas cuando la checa estaba gustándose (44-61, minuto 33) y el Araski buscaba evitar un marcador de bulto y salvar el honor.

Quizás la aceptación la derrota hizo ganar en una soltura que no había tenido antes en toda la primera parte las de Urieta, que volvieron a encontrar buenos tiros con algo más de regularidad. Pero poca agua podían achicar ante un Jairis de una sobriedad que asusta en ataque, jugando de memoria solo en la quinta jornada de competición y sin perder el rigor ni un solo momento, ese que permitía que, por ejemplo, una de sus estrellas como es Nelson anotara sus primeros puntos en el último cuarto de un partido ya resuelto (48-67, minuto 38).