Solo Teuns impide que Valverde gane su sexta Flecha Valona con casi 42 años

A cinco días de cumplir 42 años, Alejandro Valverde se sentía este miércoles como hace 16, cuando logró en el Muro de Huy el primero de sus cinco triunfos en la Flecha Valona. Ahora pedaleaba sobre su última subida a esa pared familiar. Su adiós.

Le abría el camino Enric Mas, que tuvo que esperar a que el viejo murciano remontara. Ese, quizá, fue su error. Ese desgaste extra. El Muro de Huy es como un ejercicio matemático. Hay que ser exacto con el gasto energético. Cuentan hasta los decimales. Alaphilippe y Pogacar, por ejemplo, jadeaban de más por su mala colocación. Valverde, ya en su sitio, iba a por la sexta Flecha. Pero le adelantó el belga Dylan Teuns. El español llegó a ponerse a la par. Y ahí su exprimido cuerpo se apagó. De repente, la meta que parecía tan cercana se alejó de Valverde y acogió, brazos abiertos, a Teuns. Valverde acabó segundo en su despedida de esta carrera que nadie ha ganado tantas veces. Así se van los campeones. Arriba. Sonriendo con su novena presencia en el podio.

Hace 16 años, cuando Valverde se anotó la primera diana en esta clásica belga, la mayoría de sus hoy rivales eran juveniles. O niños como Pogacar. El murciano es un ciclista único. En forma desde que debutó como profesional, en el verano de 2002, hasta el día de su retirada, al final de esta campaña. La genética le dio un motor infinito y él lo ha alimentado con litros de esa ilusión que desbordan los debutantes.

Valverde ha sido un lujo. Y a apenas unos días de celebrar 42 años, aún lo es. Bélgica, el Muro de Huy y la Flecha Valona, de nuevo repletos de público tras la pandemia, volvieron a ponerse de rodillas ante él. El domingo, en este carrusel de despedida, Valverde correrá la Lieja-Bastogne-Lieja, su otra clásica preferida. Es favorito. Como siempre.

Esta edición de la Flecha corrió veloz. La fuga de Armirail, Janssens, Guglielmi, Ferron e Impey pedaleaba sentenciada. Es una clásica que, casi por decreto, se decide en la tercera subida al Muro, en ese kilómetro violento con rampas del 21%. Con el virus en retroceso, la afición reconquistó su grada. Banderas, voces, color... Ciclismo. Valverde.

El Movistar agarró la subida por las solapas con las manos de Verona. Enric Mas le dio relevo. Pero faltaba Valverde, que venía unas posiciones rezagado. Enric se frenó. A su lado subían la chepa de Teuns y la espalda plana de Vlasov. El balear dio un respiro a la asfixia. Eso permitió a Valverde colocarse a su rebufo. Otros, como Pogacar y Alaphilippe, comenzaban a pagar ese sobreesfuerzo, la tasa de su mala ubicación. El Muro no permite fallos.

Teuns había hecho sus cuentas. No tiene la pegada de los mejores, pero es un ciclista de largo aliento. Arrancó desde lejos. La pancarta de Huy engaña. Siempre está más allá de lo que la vista promete. Vlasov, tercero al final, salió a por él. No tenía fuelle. Valverde se sintió en su jardín, donde ha ganado cinco veces con sus veinte pedaladas prodigiosas. Las soltó y se emparejó con Teuns. La meta estaba ahí. Y ahí se quedó vacío el murciano. Teuns ganó con 30 años la Flecha Valona que Valverde casi logra a cinco días de cumplir 42.

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