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Javier Martínez, ayer en Cartagena, donde estudia Ingeniería Electrónica. antonio gil / agm
El árbitro agredido: «La mujer me dijo que me iba a dejar hecho una pegatina»

El árbitro agredido: «La mujer me dijo que me iba a dejar hecho una pegatina»

«Lo que me partió el corazón fue ver a las jugadoras del Mazarrón llorando y pidiéndome perdón», afirma Javier Martínez

EMILIO SÁNCHEZ-BOLEA

MURCIA

Miércoles, 23 de octubre 2019, 03:10

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Fue el desafortunado protagonista de un bochornoso incidente que dio la vuelta al país el pasado domingo. En la diputación cartagenera de Canteras, mientras arbitraba un partido de la categoría cadete femenino entre el local Estudiantes y el visitante Bahía de Mazarrón, una mujer le agarró y amenazó con cortarle el cuello. Javi Martínez (Molina de Segura, 2000), aun a pesar de ello, hace una lectura reposada. «Es algo aislado, me tocó a mí como le podía haber tocado a cualquiera». Estudiante de segundo año de Ingeniería Electrónica en la UPCT, vive su segunda temporada como árbitro después de jugar en las categorías inferiores del CB Molina y Molina Basket. Con aplomo y madurez, habla con 'La Verdad' para plantar cara a una lacra a erradicar.

-¿Cómo reconstruye el incidente?

-En el tercer cuarto del partido, y después de llevar un tiempo con un comportamiento que no podíamos tolerar, pitamos técnica al entrenador del Mazarrón. Reaccionó gritando y haciendo aspavientos, por lo que consideramos conveniente pitarle una segunda, lo que supone su expulsión. Reanudamos el partido, pero, pasados unos minutos, el entrenador local nos advierte de que el técnico expulsado está viendo el encuentro desde la puerta y que no ha abandonado las instalaciones, tal y como marca el reglamento. En un tiempo muerto del último cuarto, el entrenador local se queja de que el expulsado está viendo el partido a través de una rendija y dando indicaciones vía teléfono móvil. Damos un nuevo aviso y es entonces cuando una mujer cruza la pista hasta nuestra posición, grita ser la esposa del entrenador, me coge por los brazos, utiliza las rodillas para que no me pueda mover, me empuja y me dice que me va dejar hecho una pegatina. Yo, consciente de mi responsabilidad como árbitro, en ningún momento la toco. Luego me suelta y, de vuelta a la grada, me hace el gesto de cortarme el cuello. Con ella ya fuera y la Policía avisada, seguimos el partido.

«Fue peor para mi madre, que no durmió en toda la noche del domingo al lunes»

-¿Qué tal noche pasó el domingo?

-En el viaje de vuelta ya miro el móvil y me encuentro el WhatsApp lleno de mensajes de apoyo de amigos, compañeros, jugadores, entrenadores, etc., pero hasta meterme en la cama no empiezo a ser consciente de todo. Me costó mucho conciliar el sueño, sin terminar de creerme lo que me había pasado, pero fue peor para mi madre, que pasó toda la noche en vela.

Vídeo.

«Mi hermano es auxiliar de mesa y también ha vivido algunas situaciones desagradables»

-Y a la mañana siguiente, la noticia en todos los medios de comunicación, incluso nacionales.

-Sí, está siendo una locura. Me encuentro el vídeo en las redes sociales sin siquiera buscarlo. Me han llamado incluso árbitros de la Liga Endesa para decirme que no me desanime. Los dirigentes de la Federación de Baloncesto de la Región de Murcia me han mostrado su total apoyo... Estoy agradecido, pero a la vez es una pena que esta repercusión la gane un suceso tan triste, aunque sea necesaria para frenarlo. La suerte fue que quedara grabado, porque es algo que puede ocurrir más veces y no nos llegamos a enterar.

-Por la entereza con que habla de esto imagino que no se plantea dejar el arbitraje.

-Al principio me abrumó un poco la situación. Mis padres, con su lógica preocupación, me han pedido que lo deje, porque, además, mi hermano es auxiliar de mesa y también ha vivido algunas situaciones desagradables. Pero no, no voy a dejarlo, es lo que me gusta y este fin de semana tengo total disponibilidad para los partidos que me asignen.

«He recibido muchos mensajes, pero ninguno procedente de Mazarrón»

-Dentro de la gravedad, parece incluso hacer una lectura positiva.

-Hay que buscarle el lado bueno. Es algo que no da gusto ni tan siquiera verlo, pero dándose a conocer se ayudará a extinguirlo. Para mí, lo peor no fue lo que me pasó, lo que me partió el corazón fue ver a las jugadoras llorando, pidiéndome perdón y diciéndome que esa mujer no las representa, cuando ellas solo tienen que jugar y divertirse.

-Tal vez esto ayude a que se entienda mejor su labor.

-Los árbitros somos personas y como tales nos equivocamos, y es normal que la gente grite y proteste, porque esto es deporte, pero dentro de unos límites de respeto que hay que fomentar. Se me hará un poco complicado, pero me pienso tomar igual los próximos partidos.

-¿Se ha puesto en contacto con usted la agresora, el entrenador o alguien del Bahía de Mazarrón?

-No. He recibido muchos mensajes, pero ninguno procedente de Mazarrón.

-¿Qué sanciones espera?

-Esa decisión no me pertenece a mí. Represento al Comité Murciano de Árbitros y Auxiliares de Baloncesto y quien tenga que pronunciarse al respecto ya lo hará.

El Bahía de Mazarrón corta de raíz con la agresora

En la tarde-noche del lunes, y por medio de un comunicado que firmaba su presidente, Antonio Ballesta, el Bahía de Mazarrón se pronunció de manera contundente acerca del suceso protagonizado por la mujer de su entrenador, quien dimitió la noche del domingo. El club condena «los acontecimientos violentos que se produjeron el domingo entre nuestro equipo cadete femenino y el del Estudiantes de Cartagena, lamentándolos enormemente». Traslada así su «más sincero apoyo al árbitro que recibió la agresión» y aclara que la agresora es una persona «ajena a la estructura del club», si bien «prohibimos su asistencia a cualquiera de nuestras actividades».

Del mismo modo, el Bahía de Mazarrón «rechaza rotundamente cualquier tipo de violencia» y se compromete a «seguir trabajando para fomentar los valores de este maravilloso deporte».

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