Yoel Vargas: «El día que no pueda bailar, espero dirigir»

El bailaor tarraconense Yoel Vargas estrenó el 2 de febrero en Cartagena un espectáculo inédito, 'Brisas de España' (II), en donde interpretó tres piezas del compositor Óscar de la Cinna (Budapest 1836-Jerez de la Frontera, 1906): 'Playera', 'Fandango' y 'Malagueña flamenca'. Con el fin de recuperar la obra española del compositor, este espectáculo rindió homenaje también al bailarín Félix García, cuya figura reivindica el investigador aguileño Antonio Hernández Moreno, y contó con los pianistas José Alberto del Cerro y José Vicente Riquelme.

Vargas, siempre expectante por la respuesta del público a sus coreografías, diseñó estas piezas a partir de las partituras de Óscar de la Cinna. «He tratado de aplicar una danza actual a algo que se compuso hace 150 años», explica este joven artista nacido en Tarragona en 2003, que ganó el año pasado el premio Desplante del Festival Internacional del Cante de las Minas, un acontecimiento que desde 1961 reúne a todos tipo de artistas, consagrados y emergentes, con el fin de competir por los ansiados trofeos. Y en esta ocasión se lo llevó este bailaor con solo 19 años, que recogió el testigo de la mano del catalán David Romero, el ganador en la edición de 2022.

«El Cante de las Minas es un festival de referencia para cualquier artista que se dedique al flamenco. Y consideré que era el momento idóneo para presentarme al concurso, tenía una meta clara; evolucionar. Y, bueno, poco a poco fui disfrutando el concurso. Creo que cuando te preparas para algo, tienes que evolucionar, ya seas pintor, actor o bailarín, y en este caso me dio mis frutos», reconoce orgulloso el artista, que a pesar de los nervios que pasó asegura que fue «una experiencia superbonita, pues pude estar acompañado de mi familia, y gracias a eso me sentí como en casa, ya que en un momento de tanto nerviosismo y tan crucial para mí, necesitaba la mirada de ellos posada en mí. Además, La Unión me dio un montón de calor, de cariño. Fue un campo de flores para mí», señala Vargas, que además considera que el Desplante es uno de los trofeos más reconocidos en el mundo del flamenco, y gracias a premios como este «puedo seguir creciendo profesionalmente».

Tiene un único sueño en la vida: no dejar de bailar nunca. «El día que no pueda bailar espero poder tener la capacidad de sentarme en una silla y dirigir», admite el bailaor y coreógrafo, que se inició en el flamenco a la temprana edad de 3 años. «Mi hermana mayor bailaba, y yo como niño quise imitarla. Me animé a decirle a mi madre que me apuntara a la academia, y después de eso vino la escuela especializada y el conservatorio», recuerda este tarraconense, que contó con los consejos de maestros como Antonio Canales, María Juncal, Alfonso Losa, La Lupi, José Manuel Álvarez, Inés Rubio, Belén López, Rubén Olmo y José 'El Indio', entre otros.

En 2017 se incorporó a la compañía de Manuel Liñán, con la gira 'Vida'. «Es un espectáculo internacional, con el que hemos pisado Nueva York, Miami o México, y seguiremos pisando muchos lugares más», afirma el artista, que también está inmerso en un proceso creativo más personal, con la pieza 'Óbito', con la que ha ganado una docena de galardones como el Premio Estancias Coreográficas Yoshua Cienfuegos, el Premio Conservatorio 'Reina Sofía' y el Premio Bailarín Sobresaliente en el Certamen Coreográfico de Tetuán y en el Certamen Distrito Latina, y Premio Fuego Flamenco Teatro Gala Washington DC, entre otros. «Es un espectáculo que tratará sobre el luto y el rito en las diferentes culturas».

«Contaré con la música clásica de Juan Manuel de las Heras, ahora estamos totalmente inmersos en los ensayos, y en la creación. Espero poder estrenarlo en una buena plataforma», desea el artista, que se confiesa enamorado de la danza, y que a pesar del sacrificio o las horas de ensayo, no lo cambia por nada.

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