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Artista transdisciplinar y formadora de formadores, Violeta Nicolás posa para su hijo acompañada por una ocarina y un peluche. ELÍ
Violeta Nicolás, el arte de la presencia y la interrogación
La semana de...

Violeta Nicolás, el arte de la presencia y la interrogación

Entregada y emotiva, la creadora, docente universitaria e investigadora murciana afincada en Madrid, entrelaza poesía, imágenes y 'performance' en su último proyecto, inspirado en la dislexia: 'Melodía del laberinto vivo'

Domingo, 13 de abril 2025, 07:48

Explora y juega con la palabra y el silencio. Con la presencia del cuerpo y el poder comunicativo de un gesto o una imagen, pero también con el vacío que ocupan las preguntas sin respuesta. En esa interrogación constante se mueve, libre, Violeta Nicolás Martínez, con la paradójica certeza de que la incertidumbre es un estado sólido al que abrazar sin miedo. Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Murcia y doctora en Bellas Artes y Artes Escénicas por la Universidad de Alcalá de Henares, no responde a categorías cerradas, ya que ha hecho de una práctica artística que desdibuja fronteras entre la poesía, la 'performance' y las artes visuales su propia seña de identidad. Interesada por la astrología, se considera muy ligada a la tierra como buena tauro que es, con ascendente en Virgo, y su niñez vivida en zona de huerta, entre La Alberca y Aljucer, sembró en ella un amor por la naturaleza que comparte con su hermana Miriam, artista plástica con síndrome de Down, 'performer' y autora de las ilustraciones del cuento infantil 'Mi amor a los bichitos'. Criada por unos padres de ideología progresista y por una madre jurista que inculcó en ella la pasión por la justicia social, a punto estuvo de culminar Derecho y cambiar su rumbo. Siempre inquieta e incómoda en ambientes rígidos, la que fuera Reina de la Fantasía en las fiestas de Los Alburquerque estudió el Máster de Historia del Drama en la Universidad de Alcalá. Y nació en ella una segunda alma, la docente. Afincada en Madrid, imparte clases en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), en el Máster de Didáctica de las Artes Plásticas y Visuales en Educación Infantil y Primaria y en el de Formación del Profesorado de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato, Formación Profesional y Enseñanza de Idiomas, y en el área de Didáctica de la Expresión Plástica de la Universidad Autónoma de Madrid. En su ecléctica trayectoria, entre los reconocimientos recibidos destacan el IV Premio Enigmas del Museo Thyssen-Bornemisza y la Ayuda a la Creación Injuve, al tiempo que en sus obras poéticas brillan 'Digestión idílica', 'Flow' y la reciente 'Melodía del laberinto vivo' (Olé Libros, 2025). En constante exploración, ahora, y siempre entre la palabra y el silencio, aprende a cantar y sigue encontrando, para compartir, su voz.

Lunes

15.00 horas. Como formadora de formadores y como artista, soy muy socrática. Hay que abrazar la incertidumbre, sin miedo a pensar y a plantearse preguntas, porque eso es más interesante que cualquier respuesta cerrada. Tanto en la práctica docente como en la práctica artística, hablo sobre la importancia de la presencia. No estar presente es un problema social a gran escala. He trabajado en colegios públicos, privados y concertados, en institutos... He visto a menudo esa falta de presencia en los profesores, y me da mucha pena, porque los alumnos son menores y necesitan una protección y una guía. Hay docentes muy irresponsables con algo tan básico como el horario, y que están en el aula mirando el móvil. Se nota que no están, y eso los alumnos lo captan, aunque las nuevas generaciones trabajan más la educación emocional.

Martes

10.00 horas. Sueño con hacer alguna propuesta artística en el Louvre o en El Prado. Interactuar con el público en los museos me ha dado un sentido de pertenencia. Me ancla mucho ese contacto, me da sosiego. En ese ambiente estático, institucional, ofrezco una reactivación de la percepción de la realidad de la que hablaba Cortázar. En la presentación de 'Melodía del laberinto vivo' en el Museo [Hidráulico] de los Molinos del Río, el pasado 2 de abril, propuse crear un paisaje sonoro en el propio museo en torno al silencio y a la respiración del público. La gente que lo habita y lo visita hace de él un lugar vivo. Exploro a través de la 'performance' sobre el espacio, la percepción del tiempo y el cuerpo no solo como elementos del arte contemporáneo, sino de las artes vivas, de las artes escénicas, muy en sintonía con el teatro del absurdo.

Miércoles

19.00 horas. Cada vez cuido más el tiempo de ocio; no soy demasiado 'workalcoholic'. Estoy aprendiendo a cantar. Hice un curso intensivo de blues hace poco y estoy tomando clases de técnica con una 'coach' vocal. Carmen Pujante, catedrática de Literatura Comparada, que me acompañó en Los Molinos, está aprendiendo a tocar el acordeón. Lo hablábamos y bromeábamos: «Esto es la crisis de los 40». La música en directo me aporta mucha satisfacción. Cantar, encontrar mi voz y disfrutarla, me está ayudando mucho a cuidarme, a poner más límites y a darme mi lugar. En el terreno sentimental, en las relaciones que he tenido me he perdido en el rol de cuidar. He tenido mucha empatía con el otro y poca conmigo misma. He buscado complacer y he renunciado a muchas cosas. Cuando haces eso, acabas siendo infeliz. Ahora no tengo pareja y no tengo prisa, aunque sigo siendo una romántica. La docencia y la maternidad me han ayudado muchísimo a reafirmarme y a tomar distancia.

Jueves

12.30 horas. Sé que hay grandes artistas en la Región, algunos de los cuales han sido profesores míos en Bellas Artes; hay concursos, como el CreaMurcia, que apuesta por el talento joven, y hay muchos espacios expositivos. Murcia es muy fértil. Pero lo artístico tiene también su lado oscuro. Tengo la sensación de que al final son ambientes viciados en los que están los mismos, que hacen lo mismo, siempre. No sé si hay favoritismos por temas políticos. La política está muy presente en la vida, nos guste o no. Yo estoy en lo liminal, no es fácil encasillarme. Lo que resulta un poco inquietante, porque haces preguntas, a veces no interesa. No te pueden poner la etiqueta de producto. Me da igual si me llaman o no. Como dicen los jóvenes, no me renta posicionarme ni simplificar mi discurso.

Viernes

11.00 horas. Creo en causas y peleo por la inclusión, por mi hermana también. Yo tenía apenas dos años cuando nació y fue un impacto en la familia. Mis padres se asustaron pero se pusieron muchísimo las pilas. Miriam tiene talento. Compartir proyectos con ella es muy enriquecedor. En Madrid, el 7 de junio, haremos una 'performance' en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, inspirada en 'Mi amor a los bichitos'. Esta próxima semana, en Murcia, desarrollaré una parte de un taller de 'performance' y escritura poética en Assido [Asociación para Personas con Síndrome de Down y otras discapacidades intelectuales], dentro de un proyecto de investigación en el que colabora la fundación Primafrio. Además, el próximo 25 de abril, Miriam y yo daremos el taller gratuito 'Insectos, arte y palabras murcianas', en el Museo de la Ciudad.

Sábado

13.00 horas. El 26 de mayo participaré en un encuentro en Libros Traperos, en Murcia, con una lectura 'performativa' de 'Melodía del laberinto vivo'. Para la poética de esta obra, que es un proyecto vivo en el que sigo trabajando, me he inspirado en la dislexia leve que yo misma tengo, y en la experiencia de lectura. Exploro mi forma de llegar a la realidad, a la persona, más allá de prejuicios, estereotipos y suposiciones. Y exploro también la realidad del lenguaje, ligada a la experiencia del error. Juego con palabras incluso inventadas que pueden recordar a la forma de hablar en el sur. Mezclo panocho, catalán, gallego... Respetemos y disfrutemos de otras formas de hablar, sin rigideces. Ahora, más que en escribir, estoy centrada en desarrollar el imaginario visual de 'Melodía...', con una serie de fotografías. Tengo previsto hacer una exposición en Los Molinos dentro de un año y medio.

Domingo

9.00 horas. Disfruto mucho con Elí. Me hace muy feliz cuidar como madre, para mí es muy bonito prepararle la comida, acompañarle, darle cariño. Más allá de mi hijo, que es mi mayor preocupación, me quita el sueño el calentamiento global. Antes buscaba ir de vacaciones a La Manga, y ahora voy al norte. Viajo a la Región, como poco, cada dos meses; tengo allí a mis padres y a mis hermanos. Y les digo a mis padres, que ya son más mayores, que hay que buscarse planes fuera de Murcia en verano. El tema medioambiental está en mi inspiración de base.

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