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«Hemos hecho un ridículo total, una estupidez como una casa»

Helga de Alvear acepta las disculpas de Ifema, que no reconoce como un acto de censura su solicitud para retirar de ARCO la pieza de Sierra

MIGUEL LORENCI

MADRID

Viernes, 23 de febrero 2018, 03:41

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«Vamos a reírnos. Todos hemos hecho el ridículo. Y yo la primera. Hemos hecho una estupidez como una casa». La galerista Helga de Alvear (Kirn, Alemania, 1936) entonaba así ayer por la mañana su particular 'mea culpa', tras conocer que Ifema se disculpaba por haberle solicitado 24 horas antes la retirada de la obra de Santiago Sierra 'Presos políticos en la España contemporánea'. Negaba Ifema haber ejercido la censura y dejaba en manos de Alvear la posibilidad de volver a colgar la polémica obra en su espacio de ARCO. Algo muy improbable, toda vez que la controvertida pieza se había vendido por 96.000 euros en la víspera a Tatxo Benet, periodista, empresario y socio de Jaume Roures en Mediapro, que la expondrá en Lérida. «Si quieren, que la cuelguen quienes la descolgaron», desafió De Alvear a Ifema.

Lejos de calmarse, el 'tsunami Sierra' inundaba de nuevo el certamen en su segunda jornada, después de haber traspasado fronteras y llegar a las páginas de los grandes diarios internacionales. En la misma jornada en la que los Reyes inauguraban la 37 edición de la feria de arte contemporáneo, la polémica se sobrepuso a la visita real. Dio pie a que no se sumara a la inauguración oficial Manuela Carmena, alcaldesa de Madrid, que justificó su ausencia como gesto de protesta, pero quiso dejar claro que su decisión no era «un desaire a los Reyes».

«Lamentamos y pedimos sinceras disculpas ante la controversia producida a consecuencia de la petición a una galería de la retirada de una obra, que en ningún caso perseguía ejercer ninguna censura a la creación, aun cuando la percepción pública haya sido esta», decía la nota de disculpa de Ifema, que no mencionaba ni a Helga de Alvear ni a Santiago Sierra.

Firmada por Clemente González Soler, presidente del Comité Ejecutivo de la institución ferial, su texto fue consensuado por todas las instituciones que la conforman: Ayuntamiento y Comunidad de Madrid, Cámara de Comercio y Fundación Montemadrid.

«No hubo mala fe en esta acción», dijo Ifema. «Aceptamos las críticas recibidas, comprendiendo que debemos evitar en el futuro cualquier circunstancia de esta naturaleza», agregaba la nota remitida a las 208 galerías presentes este año en la feria, sin país invitado en esta edición y consagrada a un futuro que se llena de nubarrones con esta polémica.

Recordó Ifema que «el único órgano competente en la evaluación de los contenidos de ARCO es su Comité Organizador». Un órgano ejecutivo en el que figura Carlos Urroz, director de la feria desde hace ocho años, quien juzgó «malísima» la decisión de solicitar la retirada de la pieza de Sierra.

«Acepto las disculpas. Se deben haber dado cuenta del ridículo total que han hecho», reiteraba una Helga de Alvear «tan asombrada que ni me lo creo». La galerista de origen alemán no tenía, a primera hora de la tarde de ayer, la intención de volver a exponer las 24 fotos pixeladas de la obra de Sierra con retratos de los que el provocador artista madrileño considera «presos de conciencia» -entre ellos Oriol Junqueras y 'los Jordis'- en la pared de la que fueron desalojados en la víspera y que pasaron a ocupar cinco fotos de Thomas Ruff.

Obra vendida

«Que quienes han quitado la pieza la vuelvan a poner si quieren. La obra está vendida y me da igual», declaró Helga de Alvear. «Lo dejamos estar y punto. Arte es arte», agregó confirmando que no había hablado con Sierra, pero que sí lo había hecho con Clemente González Soler. «Me llamó anoche y me invitó a cenar, pero yo estaba en mi casa y ya había cenado», dijo irónica. Uno de los miembros de la galería confirmó que se habían vendido casi la totalidad de lo 500 folletos con los 24 rostros de la discordia, a razón de diez euros la pieza. «¡Qué buen chiste habría hecho Forges con esta ridícula bronca!», se oyó decir a un visitante a la galería recordando al genio de la viñeta y el humor gráfico fallecido poco antes.

Los Reyes don Felipe y doña Letizia recorrieron durante más de una hora los pabellones 7 y 9 de Ifema y se detuvieron en una quincena de galerías, pero no ante la de Helga de Alvear, que quedó al margen de su recorrido.

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