Rafael Tegeo, de vuelta a la luz
El Museo del Romanticismo de Madrid dedica al pintor caravaqueño una muestra monográfica
Nacido en Caravaca de la Cruz y formado en Murcia, Madrid y Roma, Rafael Tegeo (1798-1856) fue uno de los introductores de la pintura romántica en España, además de un pintor fundamental en la escena artística de la primera mitad del siglo XIX. Su huella vital y creativa, sin embargo, cayó en el olvido de críticos, creadores y público poco después de su muerte, aupada por un cambio en los gustos y estilos artísticos de la época.
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Esta exposición, la más ambiciosa que hasta ahora ha abarcado la institución, se inaugura el 27 de noviembre con una treintena de obras
Así lo afirma Asunción Cardona Suanzes, directora del Museo del Romanticismo de Madrid y comisaria, junto a Carlos G. Navarro, de la exposición monográfica 'Rafael Tegeo. 1798-1856' que la institución madrileña inaugurará el próximo 27 de noviembre. Estamos, reconoce Cardona, ante la muestra «más ambiciosa que se ha organizado en el museo desde todos los puntos de vista, tanto presupuestario como de investigación». De hecho, ocupará no solo la sala de exposiciones temporales del centro, sino también varios espacios de distintas estancias que componen el mismo. En ellos se integrarán diversas obras de Tegeo con el deseo de que estas dialoguen con otras piezas y con el propio edificio, «un palacete que recrea la vida cotidiana y las costumbres de la alta burguesía» española del Romanticismo a través de sus dependencias: un salón de baile, un oratorio, una salita de estar, un fumador, un billar, el vestíbulo, el comedor o el jardín, entre otros espacios.
Conviene saber
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Qué Exposición 'Rafael Tegeo. 1798-1856'.
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Dónde En el Museo del Romanticismo de Madrid (C/ San Mateo, 13).
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Cuándo Inauguración, el próximo martes 27 de noviembre. Hasta el 17 de marzo.
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Comisarios Carlos G. Navarro y Asunción Cardona Suanzes.
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Prestadores Patrimonio Nacional, Museo Nacional del Prado, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Museo de Bellas Artes de Murcia, Biblioteca Nacional y colecciones privadas.
La muestra, que se podrá disfrutar durante cuatro meses -hasta el 17 de marzo-, lleva preparándose desde hace año y medio. Incluye una treintena de cuadros procedentes de distintas instituciones nacionales, así como de colecciones privadas españolas y extranjeras, y busca, como objetivo principal, «restituir la figura del pintor caravaqueño en el lugar que merece»: «Entre los maestros de la pintura española del siglo XIX», subraya Cardona.
Pretende devolver al artista «al lugar que merece: entre los maestros de la pintura española del XIX»
Se podrán contemplar obras del Museo Nacional del Prado, las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional, la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, la Biblioteca Nacional y el Museo de Bellas Artes de Murcia (Mubam). En concreto, la pinacoteca murciana ha prestado para esta exposición tres obras de su colección: 'Retrato de familia' (1822), en el que aparecen Paula Bragaña y sus dos hijos, suegra y cuñados del pintor, casado con María de la Cruz Benítez Bragaña; 'Retrato de José María Benítez' (1832), uno de los «más importantes y espectaculares de la época», según Cardona; y 'Diómedes, asistido de Minerva, hiriendo a Marte' (1846), cuadro de temática mitológica inspirado en la guerra de Troya que el Infante Sebastián Gabriel, «mecenas del pintor», apunta la comisaria, encargó a Tegeo junto con otro lienzo, 'Antíloco, llevando a Aquiles la noticia del combate empeñado sobre el cadáver de Patroclo'. Ambos se expusieron en una importante muestra en el Liceo Artístico y Literario de Madrid en el año 1846.
En Roma
Al margen de estas piezas, 'Rafael Tegeo. 1798-1856' reúne destacadas obras de la producción del pintor hasta ahora inaccesibles para el público. Entre ellas, 'Episodio de la Conquista de Málaga', imagen que encabeza estas páginas y que integra la serie de pinturas históricas que Tegeo, pintor de cámara del rey Fernando VII e Isabel II, cultivó durante su trayectoria. Este cuadro, perteneciente a las Colecciones Reales de Patrimonio Nacional, se expuso por última vez en 1992.
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Las piezas proceden de colecciones privadas e instituciones como el Museo del Prado o el de Bellas Artes de Murcia, que aporta tres cuadros
También se podrá contemplar 'Virgen del jilguero'. La obra, datada entre 1824 y 1827, es la responsable de la muestra, ya que, adquirida por el Museo del Romanticismo en fecha reciente, impulsó el interés y el estudio de la institución por la vida y obra de Tegeo.
El pintor, explica la comisaria, «ha sido una figura mal entendida por la Historia». «Tanto él como muchos de los pintores de su generación fueron olvidados, víctimas de un cambio en el gusto de la época», añade Cardona, quien resalta de Tegeo su capacidad para abrazar todo tipo de fuentes, desde la pintura más vanguardista a las pinceladas más clásicas.
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Educado en el neoclasicismo, en 1824 viaja a Roma. Allí, narra la directora de la institución madrileña, se ve obligado a sostenerse por sus propios medios y comienza a pintar para «el mercado internacional». 'Virgen del jilguero' pertenece a esta etapa.
De vuelta ya en España, cuatro años después, Tegeo es nombrado miembro honorario de la Real Academia de San Fernando, donde llegó a ocupar varios cargos. Los años 30 son, precisamente, los más importantes en la producción artística del pintor, en la que destaca la pintura histórica -«fundamental para entender qué estaba sucediendo en España en aquellos momentos», matiza Cardona-, y también el retrato. Esta última disciplina artística es la que mayor renombre ha conservado en el recorrido de su obra a lo largo del tiempo, a pesar del olvido al que, entiende Cardona, fue relegado tanto el pintor caravaqueño como muchos de sus compañeros de profesión.
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El porqué de ese abandono histórico lo encuentra Cardona «en la complejidad del momento artístico» en el que el pintor desarrolló su principal producción, aunque este no es el único factor responsable.
«A Tegeo le tocó vivir -cuenta la experta- una etapa complicada en la que convivieron diferentes corrientes creativas. El periodo entre el reinado de Fernando VII y su hija, Isabel II, es un tiempo bisagra, y por tanto, muy complejo. Y, al mismo tiempo, también el propio Tegeo lo es: su pintura no se identifica con una tendencia concreta, sino que se ve influenciada por muchas». A ello se añade su temprana muerte -con 58 años-, la ausencia de discípulos del artista, y su carácter: «Tegeo no creó escuela, fue un pintor muy independiente y a pesar de ocupar puestos importantes en la Academia, se marchó de ella porque consideró que no le valoraban»
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No obstante, «en la prensa del siglo XIX -ilustra Cardona-, Tegeo es referenciado como uno grandes maestros de la pintura histórica, el género más valorado desde el punto de vista académico por ser el de mayor dificultad», pero es, precisamente, esta disciplina «la más olvidada» de su trayectoria. Es por ello por lo que, en esta exposición, el Museo del Romanticismo de Madrid dedicará en exclusiva una de sus salas a este tipo de cuadros.
Retrato y paisaje
Cobrará protagonismo también el retrato, en el que Tegeo fue pionero al integrar en él el paisaje, detalla Cardona. En sus retratos se aprecia, añade, una «clara evolución»; «más encorsetados, al principio, en cuanto a estilo», y «con una concepción distinta», más tarde. La «meticulosidad en el detalle» y la «rigurosidad del dibujo de telas, indumentarias y joyas» de los personajes de sus lienzos, son otras de la cualidades que Cardona resalta de la pintura del caravaqueño, a quien por primera vez, resalta la comisaria, se le dedica una exposición monográfica.
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En la Región, su obra ha formado parte de importantes exposiciones colectivas de la época y ha sido objeto de diversas publicaciones.
Para la muestra madrileña, el Museo del Romanticismo, dependiente del Ministerio de Cultura, tiene previsto editar un catálogo en el que se subrayarán aspectos cruciales de la vida y obra del artista. A cargo de los comisarios de la exposición, contará con ocho ensayos elaborados por distintos especialistas en la pintura de este periodo. Entre ellos, Giovanna Capitelli, quien abordará la estancia en Roma de Tegeo; y Amaya Alzaga, quien pondrá en contexto al pintor con los creadores de su época; así como Juan Ramón Sánchez del Peral y López, que tratará la producción del pintor al servicio de los duques de San Fernando de Quiroga; y Carlos Reyero, quien incidirá en los desnudos masculinos que también firmó Tegeo.
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