Andrés Lima: «Le propongo al público de Murcia entrar en una especie de nirvana especial»
Hoy viernes y mañana se representan en el TCM, alternativamente, 'Shock 1 (El cóndor y el puma)' y 'Shock 2 (La tormenta y la guerra)'
Han pasado unos años desde que el público del Teatro Circo Murcia (TCM) quedó encandilado con uno de los mejores trabajos del director de escena ... y actor Andrés Lima (Madrid, 1961): 'Desde Berlín. Tributo a Lou Reed'. Este doloroso y bellísimo montaje, que defendían con sus actuaciones a corazón abierto unos soberbios Nathalie Poza y Pablo Derqui en escalofriante estado de gracia, se disfrutaba y se sufría al mismo tiempo como una canción de esas que nacen para quedarse contigo para siempre. Veías y escuchabas esta función y sentías mil cosas a la vez, igual que cuando escuchas una letra poderosa que tiene la facultad de llegar, incluso, a trastornarte un poco: te encandila, te desasosiega, te trae de pronto recuerdos amargos, o felices; te hace volar, te hace reír, te nacen las lágrimas; quieres dejar de escucharla, o deseas que no deje de sonar; por momentos subirías el volumen tan alto que las paredes retumbasen; te gustaría escucharla acompañado, o de madrugada, la tarareas...
Desde entonces, cada nueva obra que llega al TCM dirigida por Lima, Premio Nacional de Teatro 2019, se convierte en una especie de acontecimiento. Y ahora un nuevo acontecimiento, de altísimo voltaje escénico y emocional, ha sido programado para estos días por este teatro gestionado por el Ayuntamiento de Murcia. Hoy viernes, a las 19.00 horas, podrá verse 'Shock 1 (El cóndor y el puma)', y mañana sábado, a la misma hora, 'Shock 2 (La tormenta y la guerra).
Tome nota
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Dónde Teatro Circo Murcia (TCM).
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Viernes: 'Shock 1 (El cóndor y el puma)'. A las 19.00 horas.
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Sábado: 'Shock 2 (La tormenta y la guerra)'. A las 19.00 horas.
Un díptico brutal sobre los desmanes del capitalismo que, entre otros intérpretes, representarán Antonio Durán 'Morris', Alba Flores y Willy Toledo. Los textos son obra de Albert Boronat, Andrés Lima, Juan Cavestany y Juan Mayorga. Dos espectáculos «de teatro-documental donde se representa la historia, pero para conocerla desde la emoción». Un díptico inspirado en 'La doctrina del shock', de Naomi Klein, y en la historia reciente que va dejando heridas abiertas. Y no falta en este recorrido convulso por lo acontecido en las últimas décadas ni siquiera el Papa Wojtila.
«Vivimos en un mundo muy injusto, y todos nosotros tenemos una dosis de complicidad en el sufrimiento o la felicidad del resto del planeta»
–¿Y el teatro?
–Sigue siendo necesario para sanear el mundo en el que vivimos y para intentar ser mejores; además, ¿sin cultura qué tenemos, qué nos queda? Lo que nos queda son pocas opciones de entender por qué y cómo vivimos, y sobre todo de protestar cuando se nos pisotea o de abrazar lo que es hermoso y merece la pena.
–¿Piensa hoy en positivo?
–Sí. Soy una persona positiva y, ante todo, creo que hay que seguir caminando y disfrutando del camino. Es poco el tiempo que tenemos sobre la Tierra, no lo olvidemos. La situación sigue siendo desastrosa, tanto a nivel político, como pandémico, como si hablamos del cambio climático; pero hay que seguir intentando que este no suceda y que lleguemos a tiempo, y que la política sea justa e igualitaria y que la pandemia pase a la Historia. Vivimos en conflicto, y por eso hago obras de teatro como 'Shock 1' y 'Shock 2', para reflejar esos conflictos y llamar a la reflexión.
Dice Andrés Lima, quien asegura que «últimamente, lloro más de emoción que de pena»: «Pertenezco a esa parte del planeta afortunada, y puedo vivir mucho más tranquilo que millones de personas que ni siquiera duermen porque no saben ni cómo llegar al día siguiente, ni qué nueva desgracia les espera. Vivimos en un mundo muy injusto, y todos nosotros tenemos una dosis de complicidad en el sufrimiento o la felicidad del resto del planeta. Formamos parte de un todo, y en ese sentido hay que estar alerta, y si puedes aportar tu grano de arena no dejar de hacerlo.
–¿Cuando trabaja qué procura?
–Intento trabajar con un equipo de amigos para los que el arte sea algo importante; que la ayuda y el gozo entre unos y otros esté garantizada es muy importante.
–¿Qué le espera a los espectadores que acudan a estas representaciones en el TCM?
–'Shock 1' y 'Shock 2' se pueden ver juntas o por separado, pero es verdad que forman un díptico muy potente sobre la evolución del capitalismo desde finales de la II Guerra Mundial hasta hoy. He pretendido que el espectador participe de alguna manera de la naturaleza del propio 'shock'. El 'shock' intelectual y emocional con el que muchos espectadores salen del teatro es reflejo de lo que han visto en escena. Quería que el espectador fuese un participante más del montaje, y por eso se le rodea de pantallas y está prácticamente dentro del escenario. Mi intención es que se sienta dentro de escena.
Además de ser un viaje histórico, un repaso a la sociopolítica y a la economía de todo este periodo, de un siglo, propongo también con estos montajes un viaje emocional. De repente, el espectador está dentro del Palacio de la Moneda mientras es bombardeado [durante el golpe de estado del general Pinochet sobre el Gobierno de Salvador Allende], o de la prisión Abu Ghraib al oeste de Bagdad. No busco para nada la complacencia del espectador, y sí que se emocione física y psíquicamente. Creo que es muy recomendable ver los dos montajes, porque intento que los espectadores participen en un viaje sideral por el espacio y el tiempo; le propongo al público de Murcia entrar en una especie de nirvana especial. Son en total siete horas muy entretenidas y muy espectaculares.
La guerra de Irak
–¿Qué sucesos presentes en 'Shock 1' y 'Shock 2' tienen para usted una especial significación?
–¡Son tantos! Me inquieta el mundo que nos rodea y me planteo en qué medida somos responsables de esta sociedad tan dependiente del rendimiento, del rédito sobre todo, ¡del dinero!...; responsables de este capitalismo tan brutal que vivimos. ¿En qué medida somos partícipes de nuestra historia, de nuestros 'shocks', de nuestros golpes, de nuestra violencia? Algo que me hizo que este proyecto teatral se llevara a cabo fue, sin duda, la guerra de Irak, posiblemente el mayor 'shock' del siglo XXI, y el hecho de que los españoles participamos en ella. Nos encontramos con que votamos a alguien [el entonces presidente José María Aznar] que nos metió en una guerra y nos situó en un bando muy determinado.
Por otro lado, recuerdo que en los años 70 –yo tenía doce, trece, catorce años... –España estaba muy politizada, todos lo estábamos. Y el golpe de estado contra Salvador Allende en Chile es un recuerdo que guardo con claridad. Su impacto fue enorme. Su manera de expresar el mundo en el que quería vivir y las ideas que él defendía para mí fueron importantes. De algún modo, 'Shock 1' es un homenaje a Allende, alguien que no solo fue un chileno increíble, sino también una figura importante para todo el planeta.
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