Alumnos del IES de Llano de Brujas que recitaron versos de María Teresa Cervantes y Sánchez Bautista, ayer, en el festival poético. NACHO GARCÍA

Poesía de manual en carne y hueso

Baño de juventud de Sánchez Bautista y María Teresa Cervantes en Llano de Brujas. Los alumnos del IES que lleva el nombre del cantor de la huerta disfrutan de un encuentro mágico con recital de versos y música

Manuel Madrid

Murcia

Jueves, 7 de junio 2018, 02:49

Francisco Sánchez Bautista nos hace creer en la maravillosa grandeza de la tierra, «porque de ella fuimos hechos, y a ella pertenecemos y perteneceremos siempre desde el más encumbrado y soberbio sabio hasta el más peligroso e invisible, a simple vista, microbio». El poeta, que el próximo 11 de junio cumplirá 93 años, acudió ayer al instituto que lleva su nombre en su natal Llano de Brujas (Murcia) con motivo del encuentro anual de poesía, al que el equipo docente invitó a la infatigable María Teresa Cervantes (Cartagena, 1931). Las voces de la huerta y del mar reunidas en un acontecimiento con magia, como preludió la directora del centro, Toñi Andreu, que describió a la autora de 'A orillas del Rhin' como «enseñante singular, lectora contumaz, intachable buscadora del ser íntimo, autora prolija de sueños y desvelos, viajera y mujer, es decir, duna que se pierde entre la arena».

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El departamento de Lengua Castellana y Literatura del IES Sánchez Bautista organizó este acto, coordinado por María Teresa Rubio con la colaboración de Iñaki de Verástegui y María Campuzano. Fue una jornada «con vocación de intimidad» y con el deseo de «hacerse entrañable en las pupilas y en la memoria» de los alumnos que tuvieron la suerte de coincidir con estos «poetas de manual», según los profesores Pedro Andrés Vicente e Isabel Martínez.

Los adolescentes tuvieron una participación activa en este homenaje a María Teresa y a «nuestro Paco» lleno de complicidad y palabras de admiración, con el susurro de la poesía calando en el espacio y un recital de piano y guitarra. Preguntados por lo que significa para ellos este género literario -«el álgebra superior de las metáforas», según Ortega y Gasset; «un arma cargada de futuro», según Gabriel Celaya-, María Teresa Cervantes dejó caer que hoy la poesía no es más que el sentimiento que producen las cosas. «No es el verso el que hace la idea, el alma cabe en un cantar, y una gota de agua puede encerrar todo el cielo como el mar. Desde luego, poesía no es rimar vino con pepino y con comino. No, eso no es», mencionó María Teresa, autora prolífica que este año ha publicado tres libros de poesía: la reedición de 'A orillas del Rhin' (Huerga&Fierro), 'Vuelvo a encontrar mi azul' (La Fea Burguesía) y 'Cuando la luz se apague' (Ayuntamiento de Cartagena, con fotografías de José Carlos Ñíguez).

«Escribir poesía es como embarcarse en un velero hacia el misterio», afirmó el autor de 'Elegía del sureste'

Sánchez Bautista, condecorado con los títulos de Hijo Predilecto de Murcia e Hijo Adoptivo de Fortuna, sorprendió el año pasado con la publicación de 'Rondó Caprichoso' (Real Academia Alfonso X El Sabio), dedicado a su esposa, Teresa González, ya fallecida. «La poesía tiene poca explicación, es como embarcarse en un velero que va hacia el misterio, y llegar hasta el sitio mirando siempre alrededor. Lo mejor para escribir poesía es caminar, como decía Antonio Machado. Y si uno no hace el sendero y ve las cosas como son, al menos embellecerlas con aquel misterio».

La cartagenera compuso su primer poema con 12 años: «Como quien roba algo lo metí en la mesita de noche»

El cantor de Llano de Brujas ahondó en la cuestión y comentó ante el alumnado que la poesía es también añadirle algo al mundo que nunca ha tenido. «Por ejemplo, hablando de la poesía de María Teresa Cervantes, ella tiene una elegía preciosa dedicada a su madre, que llena de ternura y esperanza. Yo en mi caso quise llenar mi poesía de paisaje y de personas». Siendo funcionario de Correos estudió a los clásicos, «lo más grande que puede haber en la creación literaria», con los que dialoga en su obra recurrentemente para llegar a una conclusión: «El mundo ha cambiado mucho tecnológicamente, pero espiritualmente, filosóficamente, poéticamente sigue igual, porque no se cambia la forma de hacer versos. Hay muchos novelistas que hoy hacen poesía, pero la poesía se aparta de la prosa. Yo también aporté al mundo algo que no tenía, porque en Llano de Brujas nunca hubo un poeta».

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Empecinados en escribir

¿En qué momento nació en ellos el sentimiento poético?, preguntó una muchacha sedienta de conocimiento. Sánchez Bautista recordó que fue en la escuela de Cabecicos, en tiempos de la República, cuando el recreo se hacía corriendo por las veredas, cuando sintió curiosidad por las fábulas y el Quijote. Pero fue en Cartagena, siendo infante de Marina, y tras empaparse la 'Preceptiva Literaria' («con ella solo no se hacía nada, hacen falta facultades»), cuando se puso en serio. María Teresa compuso sus primeras estrofas con 12 años, en una noche de luna entre palmeras. «Como si hubiera sido un ladrón que había robado algo, escondí mi primer poema en la mesilla de noche por si me tomaban por chiflada». Su padre le pagó la primera edición de sus poesías, bajo el título 'Ventana de amanecer' (1954). Hoy tiene más de 35 libros publicados. «Aunque me los hubieran rechazado, hubiese seguido con la pluma, yo estaba empecinada en escribir».

El futuro, recordó la directora del IES, traerá a la memoria «como una experiencia única y eterna», este encuentro. «Ay, si pudiéramos quedarnos para siempre en este sueño», suspiraba la amiga de María Cegarra a su compañero de versos y de dudas.

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