El diestro Paco Ureña, durante el festejo de este jueves. EFE

Paco Ureña reencuentra su esencia

El de Lorca firma una gran faena en el San Isidro de Vistalegre y acaricia la puerta grande

francisco ojados

Jueves, 20 de mayo 2021, 21:37

Había pasado la feria en los últimos festejos por situaciones de gloria y tragedia. Cornadas espeluznantes, como la del novillero Manuel Perera, la del banderillero Juan José Domínguez, y la última de Pablo Aguado, se mezclaban con el sentimiento contrapuesto de los triunfos de Roca Rey o el novillero Tomás Rufo. Con esos antecedentes se lidió la corrida de la «casa Matilla».

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'Caramelo' se llamó el primero de Ureña, al que lanceó a la verónica con clase. Prueba de sus ganas, el de Lorca cambió de tercio con un solo puyazo y se plantó en los medios para firmar un aplaudido y ceñido quite por delantales. Brindó a los médicos que salvaron la vida de sus compañeros los días anteriores. Se quedaba debajo de la hombrera del torero el de Matilla, pero la faena de Ureña cogió ritmo a base de tirar del astado con oficio y colocarse en el sitio donde los toros pueden coger. Faena de sentimiento y pureza de muletazos en la que el lorquino dibujó naturales y un broche de faena por abajo que fueron verdadero lujo. Se fue detrás de la espada, se le pidieron las dos orejas y paseó una. Premio de peso y bronca al palco por no dar la segunda.

Corrida 'casa Matilla'

  • Palacio Vistalegre (Madrid) 8ª de abono de la Feria de San Isidro.

  • 6 toros Hermanos García Jiménez y Olga Jiménez

  • Miguel Ángel Perera Una oreja y ovación tras petición

  • Paco Ureña Una oreja con fuerte petición de otra y ovación

  • Daniel Luque Ovación y silencio

  • Observaciones Daniel Luque sustituía a Emilio de Justo, quien a su vez, sustituía a Antonio Ferrera. Se desmonteraron los banderilleros Curro Javier y Javier Ambel.

Embistió sin orden y por adentro el quinto. Firme, Ureña le plantó cara con la zurda. Expuso mucho y exprimió lo poco que daba el astado. Los naturales fluyeron a base de constancia, solventó las dificultades del enemigo y además de los dos trincherazos del inicio, el toreo a pies juntos del final tuvo enjundia. La media estocada no fue suficiente y tuvo que descabellar. Acarició una puerta grande que mereció por actitud y calidad. Tras el parón de la Covid, regresó el Ureña puro.

Abrió cartel Miguel Ángel Perera. Mucho temple tuvo el inicio de faena al primero de la tarde. Dio distancia y largura en las primeras series y acortó las distancias y aguantó los parones cuando el astado descompuso las embestidas. La muerte del astado resultó espectacular y cayó la primera oreja de la tarde. Movilidad y buen tranco tuvo el cuarto, al que metió en la muleta con buena técnica. Acertó con la espada, pero tardó en doblar el bravo lo que enfrió la petición. Se lució Daniel Luque en un quite por chicuelinas ante el tercero. La pulcra faena del sevillano rematada de un estoconazo, no tuvo eco por la falta de chispa del burel. Estuvo por encima del desclasado sexto.

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