Ochenta y ocho teclas a la venta para salvar Jazzazza
La veterana sala de conciertos de la pedanía murciana de Algezares pone en marcha una campaña de 'crowdfunding' para evitar el cierre definitivo de su local
PEPA AGÜERA
Miércoles, 25 de noviembre 2020, 01:17
Jota y Alejandro Baeza, los responsables de la mítica sala situada en Algezares, invirtieron 12.000 euros en un piano de cola que no ha tenido casi oportunidad de sonar durante este 2020. La pandemia les golpeó cuando Jazzazza atravesaba uno de sus mejores momentos. Después de grabar su primer disco en directo y con la vista puesta en el Murcia Jazz Festival, la Covid dejó en 'pause' su música en vivo y, con ella, cualquier tipo de ingresos. Ahora, en medio de una situación insostenible, se ven abocados a pedir ayuda: «Yo no quería llegar a esto. No es fácil acabar pidiendo dinero, pero es la única manera para mantener el local», expresa Jota.
Para poder costear el piano, acaban de lanzar una campaña de colaboración con la que se puede comprar, de forma simbólica, una de las 88 teclas del instrumento. Hacen un llamamiento a la gente que, en alguna o en muchas ocasiones, ha disfrutado en el Jazzazza y, lo más importante, desee volver a hacerlo en un futuro. Todos ellos pueden colaborar comprando una tecla negra (100 euros) o una tecla blanca (50 euros). Pero las posibilidades no quedan ahí, el responsable del club asegura que «todo suma». «También pueden adquirir el disco que grabamos. Cualquier dinero que llegue, por poco que sea, es una forma de ayudarnos para que podamos volver a abrir», señala el gerente. Los interesados en donar alguna cantidad de dinero deberán enviar un correo a yoapoyo@jazzazza.com.
Ayudas ridículas
«Si consiguiéramos vender todas las teclas – afirma– por lo menos el préstamo del piano nos lo podríamos quitar». Sin conciertos desde marzo y con la persiana bajada desde agosto, se hace insostenible pagar los gastos del club. «Las ayudas que tenemos son ridículas. Con ellas solo nos da para costear el agua, la luz y la basura. Además, no dejan de tratarnos como un bar de copas, en vez de como una entidad cultural y, por eso, no tenemos acceso a ninguna ayuda para la cultura», denuncia el empresario.
La intención es abrir en cuanto se puedan volver a ofrecer conciertos en vivo, pero si la situación continúa como hasta ahora, Jota fecha en marzo del año que viene el mes de la desaparición de Jazzazza. Con su campaña quieren reescribir la crónica de una muerte anunciada. «Cuando cumpla un año la pandemia, no creo que podamos seguir. Si de aquí a marzo no se regulariza la situación, sí que vamos a tener que pedir limosna».