Negueruela anima a seguir participando en la excavación de los barcos de Cortés
México vuelve a invitar al arqueólogo y director del ARQVA a participar en la campaña de exploración de la primavera-verano, pero el Ministerio aún no ha dado su aprobación
EP
MURCIA.
Jueves, 26 de diciembre 2019, 09:10
Hernán Cortés arribó por primera vez a América en 1519, dando comienzo a la presencia hispana en el continente y originando la conquista del Imperio Azteca. Zarpó a finales de 1518 de la isla de Cuba con 11 naves y llegó en 1519 a Villa Rica de Veracuz, en la actual costa de México, donde ancló, barrenó y hundió los barcos tras un motín de su tripulación para evitar que ninguno de ellos pudiera regresar a España. Cuando se cumplen 500 años de esa efeméride, un equipo de arqueólogos mexicanos, con la colaboración del director del Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena (ARQVA), Iván Negueruela, y otros tres historiadores estadounidenses, lleva a cabo una investigación que ha conseguido encontrar cuatro anclas que serían compatibles con las que equiparon las naves de Cortés.
Cortés era un hombre «muy decidido y expeditivo», según Negueruela, que decidió dar el salto al continente, donde se encontraba el Imperio Azteca. Los arqueólogos conocen este episodio y la ubicación de su desembarco con detalle gracias a las cartas de relación que el propio Cortés envió al Rey Carlos V, que están publicadas y son muy conocidas. El conquistador extremeño redactó cinco cartas de relación para lavar su imagen ante la Corona y escribir sus experiencias. Documentos «muy fiables» en los que cuenta el naufragio de sus naves en Villa Rica, un lugar de la actual costa mexicana muy despoblado donde hay una bahía «inmensa» cerrada justo en el centro por un islote que ejerce como rompeolas.
En base a toda esta información, el subdirector de Arqueología Subacuática de Méjico, Roberto Junco, dependiente del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) del país centroamericano (el equivalente al Ministerio de Cultura español), inició la búsqueda de los restos con la ayuda de sensores. Para ello se ha usado el sonar de barrido lateral, la sonda multihaz y el magnetómetro de protones, que es un penetrador de fango que puede profundizar hasta 6 metros bajo del lecho marino y remite a la superficie si hay concentraciones metálicas.
«Es muy tentador pensar que estamos ante los primeros barcos que llegaron al continente»
Iván Negueruela
Colaboración
Junco invitó a Negueruela a participar en esta exploración en su condición de director del ARQVA, cargo que ostenta desde 1993. Esta colaboración se produce en el marco de la estrecha cooperación que existe entre el INAH mexicano y el Ministerio de Cultura español. Esta relación se remonta a la primavera de 2014, en que ambas partes firmaron un acuerdo de entendimiento para cooperar estrictamente en el terreno de la arqueología subacuática.
Neguerela destaca que este convenio está «excepcionalmente bien redactado, es muy generoso y de 'bona fide' por ambas partes». Gracias al mismo, Negueruela viajó en diciembre de 2014 para excavar un galeón en México. A raíz de ese viaje, tanto arqueólogos mexicanos como españoles se han visitado mutuamente todos los años. Incluso participaron en la tercera campaña que el ARQVA hizo en verano de 2017 en el pecio de Nuestra Señora de las Mercedes a 1.140 metros de profundidad, un hito porque «era la primera vez en la historia que un equipo científico podía hacer excavaciones a esa profundidad, superando el tope fijado hasta entonces por los franceses».
En este contexto de cooperación, Junco decidió invitar a Negueruela a participar en la búsqueda de los barcos de Cortés. El arqueólogo e historiador español aceptó la propuesta y colaboró en la campaña de 2019, entre los meses de junio y julio de este año. Durante el periodo que Negueruela estuvo en México no se encontró ningún ancla nueva, aunque sí estudiaron una serie de anomalías, es decir, elementos detectados por las sondas. Ahora, Junco ha vuelto a invitar a Negueruela a participar en la campaña de exploración de la próxima primavera-verano, y el arqueólogo español se dispone a viajar a expensas de lo que decida el Ministerio de Cultura, aunque afirma que el contacto entre ambas partes atraviesa una situación «inmejorable».
Desde el inicio del proyecto, los arqueólogos han encontrado cuatro anclas que han aparecido con la misma orientación, lo que demuestra que los barcos estaban allí anclados unos junto a otros, hecho «muy significativo», según Negueruela, quien explica que Junco le ha mantenido informado de los hallazgos.
«Todo indica que esos barcos sí pertenecen a la flota de Cortés, aunque no se puede asegurar con absoluta certeza de momento», subraya Negueruela, quien indica que la tipología y técnica de fabricación de las anclas remite a finales del siglo XV y principios del XVI, lo que vendría a reforzar la tesis de que se trata de las naves del conquistador extremeño.
Con todo, insta a ser prudentes porque, al tratarse del primer asentamiento en América, muchos viajes se hicieron aprovechando el emplazamiento. No obstante, admite que «es muy tentador pensar que estamos ante los primeros barcos que llegaron al continente». Si el Ministerio envía a Negueruela a México para continuar con las exploraciones y su asesoramiento, reconoce que lo ideal sería encontrar algún elemento que ayude a afinar la datación.
«Una cosa es cierta: si están las anclas y Cortés barrenó los barcos allí, tienen que quedar muchísimos vestigios de lo que llevaban las naves», según Negueruela, quien indica que un barco de cualquier época deja un complejo rastro de materiales, como diversos tipos de metales y maderas. Todo lo que haya quedado sepultado bajo el lecho marino por las corrientes es, precisamente, lo que se habrá conservado, «porque la arena es el mejor conservante para la madera».
España es el primer país que ha acudido a tribunales internacionales para defender su patrimonio naufragado, con éxitos en tres ocasiones diferentes. No obstante, Negueruela se muestra partidario de esta vía judicial solo en el caso de «pillaje» ejercido por compañías de cazatesoros.