Borrar
De padres zamoranos y nacida en El Puerto de Santa María, la poeta y traductora Natalia Carbajosa vive en Cartagena desde 1999. José María Rodríguez / AGM
La semana de...

Natalia Carbajosa, cómo traducir la vida al idioma de la poesía

Disciplinada y de infinita curiosidad, la filóloga, poeta, traductora y vicedecana en la Facultad de Ciencias de la Empresa de la UPCT trabaja en dar voz hispana a Sabine Gruber y Ana Blandiana, Princesa de Asturias de las Letras

Domingo, 29 de junio 2025, 07:54

Comenta

Con 7 años, oyendo de boca de una joven 'El Romance de la Condesita', intuyó que la poesía era un lenguaje en sí mismo. Con 16, y de la controvertida aunque virtuosa voz de Pablo Neruda en 'Los versos del capitán', descubrió que era además un idioma vivo en el que ella podía y debía habitar. Inspirada por la determinación de la Jo March de 'Mujercitas', Natalia Carbajosa ya soñaba en su infancia con ser escritora. Entre Filología Inglesa y Clásica, su pasión vital hizo que se decantara por la primera. Gaditana de cuna por casualidad, zamorana de corazón y crianza y cartagenera de adopción desde 1999, su historia como docente está entretejida con el propio relato de la Universidad Politécnica de Cartagena (UPCT), de la que es vicedecana de Relaciones Internacionales en la Facultad de Ciencias de la Empresa, y en la que recaló en su curso de apertura tras culminar su doctorado sobre la comedia de Shakespeare en la Universidad de Salamanca. Oyente habitual de radio, ciclista diaria y andarina para compensar su vida entre libros, como traductora e investigadora se ha especializado en poesía angloamericana del siglo XX escrita por mujeres. Entre otras, ha publicado ediciones de la obra de Hilda Doolittle, Kathleen Raine, Lorine Niedecker –edición galardonada con el Premio de Traducción de la Asociación Española de Estudios Angloamericanos en 2019–, Joumana Haddad o Sarah Holland-Batt. Además, ha traducido 'La tierra baldía', de T. S. Eliot, para Cátedra Letras Universales, y forma tándem estable junto a Viorica Patea en la traducción de la poesía de la escritora rumana Ana Blandiana, Premio Princesa de Asturias de las Letras 2024. Como poeta, en su haber y sentir cuenta con títulos como 'Pronóstico', 'Desde una estrella enana', 'Tu suerte está en Ispahán' y 'Lugar'. Propensa al insomnio, Carbajosa es también autora de un libro de cuentos para niños en edición bilingüe, 'Las aventuras de Perico Pico', ganador del segundo premio en la categoría Best Youth Chapter Fiction Book en los International Latino Book Awards. Como lectora, vuelve una y otra vez a Pessoa, Kaváfis, Claudio Rodríguez, Rilke, Kathleen Reine y Lorine Niedecker. Usuaria de BlaBlaCar, es una apasionada de las vistas del mar desde el Monte de la Atalaya de Cartagena casi tanto como lo es de la divulgación. Colabora con El coloquio de los perros, escribe un blog en la revista Jotdown y forma parte del proyecto de investigación I+D para la traducción y edición crítica del teatro en verso de T. S. Eliot. Con la espinita de no dominar con solvencia el griego clásico y el latín como para traducir –en esta vida– tanto a Homero como a Virgilio, reivindica que las Humanidades ocupen el lugar social que merecen y asegura que su mayor logro es haber elegido parque, y no despacho, cuando la crianza de sus dos hijas reclamó de su tiempo prioridad. Porque hay también poesía, y vida, en la maternidad.

Lunes

9.00 horas. Siempre se ha leído muy poca poesía. Ahora se publica más porque es tan fácil como darle a un clic y colocar en Instagram un poema o una ocurrencia... que hay mucho de eso. El volumen de lo que está a disposición del lector es exponencialmente mayor, pero el tiempo hace su criba. El artista en todas sus facetas –quien escribe, compone, pinta– es parte de un continuo en el que aporta su granito de arena. Que se pierda tu nombre o tu obra no tiene tanta importancia. Lo que nos ha llegado es absolutamente azaroso. Tenemos la 'Ilíada' y 'La Odisea', pero quizá se ha perdido otro poema épico muchísimo más determinante. Tenemos que conformarnos con lo que nos ha llegado y celebrarlo, pero no obsesionarnos con perdurar. Haber descubierto el camino de la traducción de la poesía, y haberlo seguido, ha sido un hito en mi vida. Es algo adictivo. No pasa un solo día sin que traduzca algo. Las editoriales españolas e hispanas hacen una cosa muy buena, que es publicar ediciones bilingües. Es un signo de respeto al lector, que tiene la opción, si conoce el idioma, de juzgar por sí mismo. El mundo de los traductores de poesía es muy pequeño; nos conocemos todos al menos de nombre. Cuando van unidas la figura del traductor y la del poeta, todo funciona: al traducir estás creando otro poema.

Martes

11.00 horas. Los idiomas son una asignatura trasversal. He pasado prácticamente por todas las escuelas de la UPCT, y en los últimos seis años estoy centrada en Turismo. Me gusta este tipo de alumnos, más motivados para los idiomas y, sobre todo, para la parte social del idioma. Noto más diversidad, tanto de procedencias como de etnias, y en estos niveles académicos veo que los alumnos congenian.

Miércoles

13.00 horas. Veo muy lejos las vacaciones. Estoy en varios frentes, como siempre. Además de atender tanto 'online' como presencialmente a los alumnos llegados a la facultad desde Europa e Hispanoamérica, unos 150 al año, estoy corrigiendo las galeradas de una traducción de Ana Blandiana que está a puntito de salir, y que siempre traduzco con Viorica Patea, mi compañera y antigua profesora en Salamanca. Estoy traduciendo también a una autora del Tirol del Sur, en lengua alemana: Sabine Gruber. Una profesora de la Universidad de Murcia, Leonor Sáez, organizó un club de lectura en el que leímos una novela suya. La autora nos visitó y tuve la suerte de conocerla. Y este agosto estreno una mini obra teatral en la Casa de la Poesía, en La Bañeza, basada en textos de Antonio Colinas.

1.00 horas. Soy muy propensa al insomnio. Uno de mis sueños por cumplir es irrealizable. Si viene el genio de la lámpara, me encantaría volver a la era analógica. Añoro esa sensación de estar en la mesa, con la máquina de escribir, rodeada de diccionarios y de libros.

Jueves

19.00 horas. Los jueves por la tarde acudo a un taller de coro góspel en la Universidad Popular. Somos treinta personas, con un director que no sé cómo es capaz de sacarnos punta, porque somos más revoltosos que críos pequeños. Lo bonito del coro es la unión de todas las voces. Es muy fácil sentirse cómoda. La columna vertebral de un poema es el ritmo, y el ritmo remite a la música.

Viernes

19.00 horas. Cada mes y medio nos reunimos en un club de lectura que coordino y en el que participan profesores, alumnos, personal de administración y servicios... Este verano vamos a leer 'El mundo de ayer', de Stefan Zweig, lo que va a dar para un bonito debate. Es preocupante la deriva de Europa como espacio que ha sido, con todos sus peros, vanguardia de la democracia y los derechos civiles. Me preocupa la mala gestión de la inmigración y del mestizaje. Creo que Europa tiene que repensar su identidad, hacer hueco a quien viene y liderar la toma de decisiones.

Sábado

8.30 horas. Admiro mucho a Dionisia García, excelente punta de lanza de la poesía en la Región, pero casi tengo más relación con poetas de Zamora porque soy miembro del Seminario Claudio Rodríguez. Ir allí a un acto poético me sirve de excusa para ver a mi familia. Cada mes y medio voy a pasar tiempo con mis padres. Uso el BlaBlaCar porque no conduzco, y pienso en cuántos mundos hay en este mundo. Hay gente estupenda por todas partes y es sano salir de la burbuja, establecer esos vínculos débiles que describe la escritora Yun Sun Limet y hablar, por ejemplo, con un conductor que tiene una empresa de deportes náuticos en La Manga. Es enriquecedor.

Domingo

14.00 horas. Desde pequeñita, y en esto no soy original, mi heroína era Jo March. Leía todos los años una edición de Bruguera de 'Mujercitas'. Me fascinaban su personalidad y su convicción. Si en algunos momentos de mi vida me he sentido discriminada no ha sido por ser mujer, sino por ser de Letras. No me he recreado en eso, pero las Humanidades en España están consideradas a la altura del betún. Mis hijas estudian las dos Historia del Arte, y su padre es de Historia. Estoy orgullosísima. Ciencias y Letras son mundos distintos y a la vez complementarios. En el fondo estamos defendiendo lo humano, y eso no es incompatible con que la IA de pronto sepa detectar antes los tipos de cáncer. El médico tendrá que seguir desarrollando unos niveles de empatía con el paciente que no va a desarrollar nunca una máquina, y el profesor tendrá que crear una corriente de afecto con los alumnos que tampoco puede desarrollar una máquina.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Publicidad

Publicidad

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

laverdad Natalia Carbajosa, cómo traducir la vida al idioma de la poesía

Natalia Carbajosa, cómo traducir la vida al idioma de la poesía