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El maestro del bolero, Armando Manzanero, durante una entrevista en Murcia en 2018 con motivo de Murcia Romántica. MARTÍNEZ BUESO

Triste bolero por el maestro Manzanero

El compositor mexicano, fallecido por Covid a los 86 años, dejó grabado en Murcia un disco con Los Parrandboleros con canciones clásicas y nuevas

Martes, 29 de diciembre 2020, 00:51

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El fallecimiento ayer por Covid del maestro del bolero, el mexicano Armando Manzanero, causó una honda y verdadera tristeza en el mundo hispano y, muy particularmente, en los corazones de los 37 componentes de Los Parrandboleros, la formación murciana con la que coincidió en el festival Murcia Romántica en 2018 y con la que en el verano de 2019 grabó un disco, que será póstumo ya.

Manzanero tenía 86 años y falleció en el hospital donde se hallaba intubado por Covid-19, informó el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador. Días antes había sido homenajeado por el gobierno de su estado natal, Yucatán, con la apertura de un museo dedicado a su figura.

Su relación con la Región de Murcia fue particularmente intensa tras entablar amistad con el médico alergólogo murciano Manuel Manjón, líder de Los Parrandboleros, quien fue informado del fallecimiento pasadas las tres y media de la madrugada, hora mexicana, por la viuda, Laura Elena Villa, con quien viajó a la Región en 2019 para disfrutar de unas vacaciones en familia y grabar, de forma altruista, simplemente por apoyar a Los Parrandboleros y su amor por la música y, especialmente, por el bolero. «Él vino a grabar las canciones como solista, y están las canciones grabadas y los arreglos hechos, a falta de que nos podamos reunir todo el grupo para grabar nuestras voces», confirmó ayer Manjón, a quien Manzanero llamaba cariñosamente «mi hermano blanco»: «Hace 15 días, antes de ponerse malito por Covid, hablaba con él sobre la presentación del disco en Murcia y en Madrid, y de nuestro viaje a México. Tenía 86 años, pero vivía como si tuviera 15, siempre pensando en viajar. Se ha ido y estamos tristes, nos acordamos de lo vivido con él, lo disfrutamos mucho».

Tuvo un idilio tardío con Murcia, donde se mostró encantado de la vida y encontró a un amigo, el médico Manuel Manjón

Nacido el 7 de diciembre de 1935 en la ciudad mexicana de Mérida, Yucatán, compuso más de 400 canciones y muchas forman parte de la banda sonora y de la historia de la música en español: 'Somos novios', 'Esta tarde vi llover', 'Contigo aprendí'... Fue «la voz que enamoró a varias generaciones», resaltaron ayer los medios de comunicación en todo el mundo.

Grabación en Murcia en agosto de 2019 del disco con Los Parrandboleros. Joaquín Zamora

En Murcia, en un animado almuerzo a la vera del maestro en La Barra de Juan, Manzanero contó a LA VERDAD, delante de su esposa, sus hijas pequeñas [Mau y Nico] y una buena representación de Los Parrandboleros, cómo había sido su vida y qué le seguía moviendo a cantarle al amor y a las cosas más sencillas. Ese día le sirvieron cochinillo, «del mejor que he comido en mi vida, y mira que llevo viniendo años a España», y todos los presentes en la sala quedaron enterados de que solo una cosa le repugnaba: «Pónganme lo que quieran, hasta una ballena, pero anchoas no».

"Nunca me gustó Chavela"

Contaba Manzanero que «me hubiera gustado tener la voz de Bocelli, el físico de Luis Miguel hace 20 años y la educación de don Pedro Vargas». Pero la naturaleza no escoge. Era descendiente de indígenas mayas, y chiquito, apenas 1,55 metros de altura, que le auparon como uno de los cantautores más reconocidos, por lo que mereció un Grammy Honorífico en 2014. Durante ese «paseo frugal» por Murcia, Manzanero señaló que no todas las voces interpretaron con tino sus canciones, y citó como ejemplo el caso de Chavela Vargas, con la que grabó 'Encadenados', un tema de Carlos Arturo Briz: «Fíjate que esa vez fue la única que no me gustó, y la grabé porque me lo pidió Juan Carlos Calderón, que era una persona muy cercana y admirada por mí, y además yo apreciaba mucho al compositor. Nunca me gustó Chavela, ni su onda, ni su manera de ser, ni su vida...».

Irritante, fastidioso, molestoso... decía sobre su carácter, algo que achacaba a su origen maya: «A veces trato de imponer, empezando por mi ropa, por mi comida, mis maneras de vivir, mis maneras de comportarme, mis rituales. No convivo con mi señora, que es la persona que más amo del mundo, porque yo soy muy afecto a prender una veladora cuando voy a dormir. Mi abuela Rita me decía que cuando prendíamos una veladora durante toda la noche estábamos invocando a nuestros antepasados a que la pasaran bien». Era presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de México, «hoy por hoy es la más importante de toda Latinoamérica», con 30.000 socios.

Revolucionario

De una vitalidad desbordante, se mostraba, pese a los 85 años que paseó en Murcia, de una envidiable jovialidad. «Yo soy un ser privilegiado, por haber vivido de cantar», confesaba.¿Qué tiene de revolucionario Armando Manzanero? «¡Todo! Y te voy a dar una idea: la gente que me maneja en mi casa, que colabora conmigo en mi vida, quiero que vivan exactamente igual que yo, que disfruten igual que yo, y les tengo todo el amor y la consideración como si fueran mis familiares, porque yo desciendo de esa gente». Le entusiasmaba la ropa, cuanto más floreada y colorida mejor, y cantaba a la vida y al amor, aunque no todas sus canciones hablaban del amor de pareja o pasional. Murcia le hizo feliz, sí. Ya muy tarde. El merengue, la tortada murciana, el suflé de limón, el asiático y el Licor 43, pese a ser diabético, fueron durante aquellos días su dieta.

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