José Mercé: «Somos patrimonio de la humanidad y no nos damos cuenta»
El multipremiado jerezano, probablemente el artista flamenco más popular, reestrena sus directos esta noche en el ciclo 'Murcia ON'
Soleás, fandangos, seguiriyas, bulerías, malagueñas, martinetes, alegrías... No hay palo flamenco que José Mercé no conozca como la palma de su mano. Pero además el ... jerezano, probablemente el cantaor más popular del género como prueba su más de un millón de discos vendidos, suele permitirse jugar con el estilo y llevarlo a territorios sinfónicos o a agarrar clásicos del pop y la canción y meterlos en vereda flamenca. Precisamente este, 'Entre verea', es el nombre que recibe su nueva gira, que estrena justo esta noche en la capital de la Región, dentro del ciclo de conciertos 'Murcia ON'. El astro se muestra feliz ante su retorno a los escenarios.
–Hay muchos motivos para felicitarle, pero el primero es la vuelta a los escenarios. ¿Había ganas?
–Muchísimas ganas. Llega un momento en que uno echa de menos el escenario al máximo porque para nosotros, que estamos siempre para acá y para allá, llevar tanto tiempo sin subir a un escenario es algo que deprime. Así que estoy loco ya porque llegue el viernes para estar en la plaza de toros de Murcia.
«Somos patrimonio inmaterial de la humanidad, pero aquí parece que no nos demos cuenta»
–¿Cómo será esta gira 'Entre verea'? He leído que está dividida en dos partes.
–Bueno, esa era la gira que teníamos pensada antes de venir esto del maldito covid de los cojones, pero sí, haremos una parte de flamenco y otra de los temas más escuchados. Entonces, depende de la gente que pueda entrar a los conciertos, de la gente que pueda tener en el escenario... Estamos entrando en la nueva normalidad y un poco a verlas venir, a ver qué ocurre y cómo se puede compaginar todo.
El concierto
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Lugar: Plaza de Toros de Murcia (ciclo 'Murcia ON').
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Hora: 22.00 horas.
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Precios: 40 y 30 euros (28 con Oferplan
–Suena muy flamenco eso de 'Entre verea'.
–Sí, lo de entre verea es muy andaluz, muy de nosotros y bueno, como voy a hacer más que nada conciertos flamencos, pues ese título me gustaba, me parecía apropiado. Vamos por la verea: seguiriyas, malagueñas, martinetes, alegrías... [ríe, lo hace a menudo durante la entrevista, se le ve contento].
–Además del drama humano, ¿qué ha sido lo peor –y lo mejor, si lo ha habido– de estos meses de confinamiento?
–Te diría que lo bueno ha sido el primer mes porque, como bien sabes, siempre estamos viajando, entonces el hecho de poder estar con mi familia, que hemos estado todos juntitos, ahí me lo he pasado muy bien. He disfrutado con mis nietos, con el skype, con el zoom. Pero a partir del mes y medio ya me picaba, te empiezas a acordar de la carretera, de los escenarios, de tu vida. Y ahí hay momentos en que te agobias.
Trascender el flamenco
–Es uno de los pocos cantaores que ha conseguido llevar el flamenco un paso más allá, sin dejar de respetar las raíces. ¿Cómo se logra esto, trascender el flamenco sin perder la raíz?
–Yo creo que eso se tiene o no se tiene. Por muchas cosas que yo quiera hacer, el eco me va a sonar siempre flamenco, los genes los traigo de ahí, es la sangre de donde vengo y por mucho que yo quiera hacer otras cosas siempre me va a sonar flamenco. De todas formas, siempre que hago una versión trato de llevármela a lo mío. Eso es lo que he tratado siempre, sin olvidar nunca los cantes de raíz y respetando siempre la base nuestra. Nunca me verás hacer un concierto donde no cante soleás, donde no haga seguiriyas, alegrías, donde no haga lo que me pidan.
«Estoy loco porque llegue el momento de poder subirme al escenario de la plaza de toros de Murcia»
–Después de los discos de duetos, de las colaboraciones, de su aventura sinfónica... ¿El disco 'De verdad' –con Tomatito– fue un golpe encima de la mesa, por si alguien dudaba de su esencia?
–[Vuelve a reír] Bueno, yo... Mira, esto es un poco como los toreros, que siempre están diciendo que a ver cuándo les sale la faena que quieren. Pues nosotros siempre estamos pensando en cuándo nos saldrá el disco que queremos, nunca estamos del todo contentos con lo que hacemos.
–De todos modos, me consta que tiene entre manos otro proyecto ambicioso.
–Sí, ahora tengo entre manos otra historia que, más que un disco, es como una obra de teatro en la cual voy a repasar mi vida. Es una de estas locuras mías que me dan. Lo estoy haciendo con muchas ganas, ilusión y corazón. No diré que sea algo didáctico del flamenco, yo voy a cantar y espero que la gente lo entienda, no sé si más pronto o más tarde.
El futuro
–¿Cree que hay un buen futuro para el flamenco? ¿Hay voces jóvenes capaces de mantener el listón a la altura?
–Voces jóvenes hay y muy buenas, yo creo que lo están haciendo muy bien. Lo que sí hay que tratar es de ayudar a nuestra cultura, a nuestra raíz, a nuestra música. La música nuestra es el flamenco y ahora en estos tiempos con los tablaos cerrados y cada vez menos... Los tablaos son la madre del flamenco, la escuela de todos los grandes. Es una pena que no haya más ayudas para toda esta gente. Eso me duele.
–Usted que suele cantar con frecuencia en el extranjero, ¿se valora el flamenco más fuera que en nuestro propio país?
–Yo no digo que se valore más, pero la gente fuera de España cuando va a ver un concierto va sabiendo a lo que va, ya sea un concierto de flamenco, de jazz o de rock. Aquí parece que, como lo tenemos, lo echamos menos en cuenta, no digo que no lo apreciemos. Ahí te das cuenta del gran respeto que se le tiene al flamenco. Y cuando Paco [de Lucía] ha hecho esas giras que hacía, todos esos grandes músicos que han tocado con él se volvían locos con el flamenco. Somos patrimonio inmaterial de la humanidad, pero parece ser que en este país no nos damos cuenta de esas cosas.
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