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Diego El Cigala: «Con los años, dejas de abusar del efectismo cuando cantas»

Diego El Cigala: «Con los años, dejas de abusar del efectismo cuando cantas»

El cantaor madrileño regresa con un álbum de canciones mexicanas que no presentará hasta el año próximo. «Volveré con más fuerza», dice

Josu Olarte

Domingo, 5 de julio 2020, 22:08

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Enfocado a la música hispanoamericana (bolero, latin jazz, tango, salsa..) desde el éxito global de su alianza con el pianista Bebo Valdés en 'Lágrimas negras', el cantaor Diego Ramón Jiménez Salazar (Madrid, 1968), alias Diego El Cigala, optó hace siete años por vivir en la República Dominicana. En su residencia de Punta Cana ha pasado confinado una crisis sanitaria que ha aplazado la gira de su nuevo álbum, 'Cigala canta a México', en el que aporta el toque flamenco a clásicos mexicanos (boleros rancheros en su mayoría) ligados a la pluma de José Alfredo Jiménez, Armando Manzanero, Javier Solís o Consuelo Vázquez, y a las voces de Olga Guillot, Los Panchos , Vicente Fernández, Rocío Dúrcal y hasta el Juan Gabriel del 'Se me olvidó otra vez'. Un repertorio familiar ('Somos novios', 'Si tú me dices ven', 'La media vuelta', 'Perfidia', 'Lo prohibido'.) seleccionado junto al productor Jaime Calabuch y grabado junto al Mariachi Vargas, la Sonora Matancera, los Macorinos o los propios Panchos del hijo de su fundador Chucho Navarro.

-¿Le ha sido más leve el confinamiento en su casa de Punta Cana?

-No, aquí ha estado también todo cerrado. Llevamos ya tres meses confinados, con las playas cerradas hasta hace poco. Al menos ya puedo bajar con los niños a playa Juanillo, que es una maravilla, pero ha estado la cosa muy fea. Lo hemos llevado como todos, aunque, como gitanos, hemos añorado juntarnos para cantar y bailar, que nos encanta.

-Lleva ya siete años como ciudadano de la República Dominicana. ¿Se siente ya gitano caribeño?

-Sí, algo así, tengo el corazón dividido. Estoy muy feliz aquí. Ahora entiendo a Paco de Lucía, que se fue a vivir a Playa del Carmen, en Yucatán. Fue sabio hasta para eso. Llevo también a España en el alma, pero desde aquí, a la hora de cantar, lo tengo más fácil para moverme por Latinoamérica y Estados Unidos. Te da mucha bendición el calor del Caribe, donde también hay mucho sabor musical.

-Vuelve a acercarse al bolero en su versión ranchera.

-Me siento muy tocado por él desde la primera vez que tuve el honor de cantar con mi querida Chavela Vargas 'Amar es vivir', de Consuelo Vázquez, en un festival de Bogotá. Yo venía de hacer boleros con 'Lágrimas negras', pero me dijo que tenía que hacerlos en su versión ranchera. Ahí empezó mi búsqueda, que ha continuado con el productor Jaime Calabuch y que me ha llevado a meter mi parte cigalera y a hacer clásicos como 'Perfidia' con la orquesta Sonora Matancera como chachachá de los años 40.

 -Chavela está presente en este disco a través de sus guitarristas Los Macorinos.

-Me han contado anécdotas buenísimas sobre ella. Son dos viejitos maravillosos, dos capos del mundo de la música, dos guitarristas excelentes con una gran química y capacidad para crear unas armonías muy difíciles de lograr. Lo grabaron todo en un par de tomas.

Memoria sentimental

-El flamenco también bebió de la canción mexicana.

-Por supuesto, hay una tradición en la que yo me he mirado. Recuerdo ver en tablaos de Madrid a Bambino y a Adela La Chaqueta haciendo repertorio mexicano y boleros rancheros por bulerías.

-Los tablaos van desapareciendo. El histórico Casa Patas ya ha cerrado.

-Sí, y también parece que van detrás Torres Bermejas y El Corral de la Morería. Es una tragedia porque de ese circuito viven el 80% de los profesionales. Si les quitas eso, les quitas la vida. Como cantaor madrileño forman parte de mi memoria sentimental y de mi aprendizaje. Sin los tablaos no sería quien soy.

-¿Qué queda de aquel Cigala? ¿Qué gana y qué pierde un cantaor con los años?

-Me queda el espíritu que tenía de niño cuando empecé en Getafe. Con los años aprendes a asumir nuevos riesgos y a tener reposo, como los buenos vinos. No abusas tanto de efectismo al cantar 'p'arriba'. Buscas otro poso. Pero pierdes la fuerza arrolladora de la juventud.

-Usted también pasó por momentos difíciles en los 90. Cantaba en salas de rock.

-Tuve que currármelo desde abajo, cantando en los lunes flamencos de Revólver, en jam sessions de Galileo Galilei, con gente como Alain Pérez, Jerry González o Bebo Valdés. Salir en la banda sonora de 'Soldados de Salamina' y hacer luego con el gran Bebo y Fernando Trueba 'Lágrimas negras' me cambió la vida.

-Ha tenido que aplazar la gira de presentación.

-Ya estaba todo preparado para empezar por todo lo alto en el Auditorio Nacional de México. Hemos aplazado todo al 2021, pero volveremos con más fuerza.

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