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Concierto redondo de la OSRM
CRÍTICA DE MÚSICA CLÁSICA ·
Motivados los músicos, vibrantes y delicados a partes iguales, brillaron en el Auditorio regional junto al pianista ucraniano Dmytro ChoniDeseosos de volvernos a instalar en la rutina, asistimos gozosos a ritos ya casi olvidados. Lo que ayer era norma hoy es, por desgracia, sorpresa ... y redescubrimiento. Y en ese volver a encontrar, tan amargo a veces, la comprobación de sentir la música frente a uno, a pocos metros, nos hace darnos cuenta de cuánto la echábamos de menos. Y el dolor por haber perdido estos instantes se mitiga vencido por el placer que supone su regreso, porque si la música es un sedante y una alegría, un reposo y un equilibrio, lo es infinitamente más en directo. Y más todavía con una orquesta motivada, vibrante y delicada a partes iguales, un pianista extraordinario y un público deseoso y entregado.
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Enfrentados a procesos nuevos, la orquesta parece mayor en su disposición sobre el escenario lo que repercute en una sonoridad mucho más abierta que permite contrastes sonoros más nítidos. La 'Sinfonía nº 4' de Tchaikovsky, plena de simbolismos y que representa como pocas el carácter romántico al pasar por multitud de situaciones emocionales que requieren diferentes acercamientos, es un ejemplo. En ella se mezclan aires y conceptos dramáticos en permanentes juegos, con contrastes tímbricos más que evidentes (el vibrante metal del primer movimiento..., el sensible pizzicato del tercero...) pero que reclaman una cohesión que el sin duda concienzudo trabajo de su directora Virginia Martínez puso en valor con un emocionante resultado justamente reconocido por un público entusiasta y agradecido.
El concierto
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Orquesta: Sinfónica de la Región de Murcia (OSRM). Dirección del concierto: Virginia Martínez.
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Solista: Dmytro Choni (pianista).
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Programa: Mozart y Tchaikovsky.
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Dónde y cuándo: Auditorio regional. Murcia. Jueves 18 de marzo de 2021.
En la pieza que abría el programa, el pianista ucraniano Dmytro Choni dejó claras muestras de su candidatura a ser una de las figuras pianísitcas de referencia en los próximos años. Lejos de automatismos quasi robotizados, mal que con frecuencia suele azotar a los jóvenes ganadores de concursos que fatalmente suelen resultar flor de un día, Choni (ganador del Concurso de Santander de 2018) se mostró perfecto dominador de un lenguaje mozartiano novedoso (el 'K. 466' es uno de los dos únicos conciertos para piano de Mozart escritos en modo menor, lo que le convirtió en el preferido del público del siglo XIX) que suele arrastar en otros pianistas la tentación de interpretarlo en un modo 'romantizado', lo que, sin duda, le despoja de sus verdaderos valores clásicos. Choni, plenamente consciente de ello, y en colaboración con una orquesta inspirada y deseosa de participar en su juego, desgranó cada tema con un cálido y limpio fraseo, una articulación nítida y un inteligente control sobre un tempo siempre equilibrado. Matizó contrastes y diseñó propuestas sonoras especialmente conseguidas en unos fortes poderosos, trasluciendo un magnetismo poco habitual. Una maravilla.
Las estupendas sensaciones no hicieron más que refrendarse en las propinas, la 'Fantasía Soirée de Vienna', de Alfred Grünfeld; y la canción 'Daisies' de Rachmanivov, virtuosimo y sensibilidad a raudales. Palabras mayores. Concierto redondo, pues, con la emoción, como resumen, de comenzar a ver la luz al final del túnel y el agradecimiento a la OSRM por no perder ni la ilusión ni la calidad en tiempos tan difíciles.
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