Adiós al 2020 con Maryan Frutos y Nacho Cano
Doce campanadas. La cantante murciana interpretará junto al excomponente de Mecano 'Un año más' en una vacía Puerta del Sol y como homenaje a las víctimas de la pandemia
IKER CORTÉS
Jueves, 31 de diciembre 2020, 01:02
Ni el champagne ni las uvas, como cantaba Mecano en 1988, estarán esta noche en la Puerta del Sol. Tampoco habrá abrazos, ni jolgorio, ni aglomeraciones. Estarán ausentes los nervios, los disfraces y las prisas por devorar el último grano. La plaza madrileña recibirá el 2021 cerrada a cal y canto. Será una Nochevieja insólita en la que solo resonarán los cuartos y las campanadas de un reloj que marcará el adiós a un 2020 aciago. Después estallará el silencio.
Pero antes de que comience el ritual de las campanadas, la plaza madrileña vivirá un momento único: Nacho Cano, exintegrante de Mecano, interpretará al piano 'Un año más', junto a la cantante murciana Maryan Frutos, alma de Kuve, y quien ya acompañó a Nacho Cano en su actuación en Sonorama Ribera 2019. Será la segunda actuación en público de Cano desde la disolución de la banda Mecano hace ahora 28 años.
La mítica canción, que lleva acompañando nuestras nocheviejas desde hace más de tres décadas, servirá de homenaje a las víctimas del coronavirus ante una plaza que quedará vacía a partir de las 22.00 horas.
Ya quedó desierta anoche, cuando la Policía desalojó el enclave pasadas las 21.30 horas para evitar aglomeraciones con motivo de las 'preuvas', la fiesta que sirve de preparación para la Nochevieja.
Jesús López, relojero de la Puerta del Sol desde hace 24 años junto a sus compañeros Pedro y Santi, reconoce cierta tristeza en el ambiente. «Claro, es que estar arriba y escuchar a todo el mundo con alegría y ver cómo, cuando el reloj comienza a funcionar, todo el mundo se calla, y cómo, cuando da la última campanada, arranca la explosión de júbilo... Lo vamos a echar en falta», dice.
Confirma, eso sí, que el reloj volverá a funcionar perfectamente porque, aunque no haya miles de personas en la plaza, «habrá millones viéndolo desde sus casas, así que tenemos que hacer nuestro trabajo lo mejor posible para que todo funcione perfectamente».
Para Jesús el de hoy es un día más de trabajo, aunque sea el más importante del año. «Es muy sencillo. Nosotros vamos todas las semanas. Lo limpiamos, subimos las pesas, lo engrasamos y le hacemos de todo. Cuando llegan estas fechas, se prepara el mecanismo de la bola, se engrasa, se testea y también examinamos el sonido». La gran prueba tenía lugar anoche. Tanto desde lo alto del reloj, como desde la plaza se comprueba que todo esté correctamente «y si detectamos algún fallo, se corrige». Por eso no hay anécdotas que contar, porque con ese mimo y ese trabajo detrás, la cosa va como un reloj.
Jesús tiene ganas de despedir 2020. «Por malo que sea, 2021 nunca será peor que 2020». Y está convencido de que el año que viene la plaza volverá a llenarse.