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Aguafuerte de la serie 'Faetón', de 1985, de Guillermo Pérez Villalta, expuesto en Two Art Gallery.Guillermo Pérez Villalta.
Mundos misteriosos de Guillermo Pérez Villalta

Mundos misteriosos de Guillermo Pérez Villalta

La galería murciana Two Art expone 34 obras del premiado artista gaditano, entre las que figura su popular 'Silla Cuádriga'

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Domingo, 20 de octubre 2019, 09:43

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El mundo creativo de Guillermo Pérez Villalta (Tarifa, 1948), que incluye tatuajes sobre su piel con el fin de sentirse más cómodo en su propio cuerpo, es un río de belleza y de misterio que procura desembocar, armónicamente, en un mar de inteligencia. ¡Viva la emoción, también la inteligencia! Pérez Villalta, uno de los pintores españoles más prestigiosos, habla con pasión sobre el arte y con conocimiento de causa sobre la vida caprichosa. Su cabeza, templo donde nacen sus ideas, no cesa de dar millones de vueltas.

Siempre me interesó la forma de enfrentarse a la creación de este artista que en 1985, cuando tenía 37 años, recibió el Premio Nacional de Artes Plásticas. «Yo vivo y trabajo en una especie de elucubración perpetua. Supongo que eso supone una marcha hacia adelante. Voy dejando detrás cosas que me van pareciendo superfluas, y cada vez me voy alejando más de la corriente general en el arte y la cultura», indica. Un alejamiento que no le da vértigo porque, asegura impetuoso, «asumo las consecuencias».

'Dibujos&esculturas' se titula la exposición de Guillermo Pérez Villalta que, hasta primeros de noviembre puede visitarse en la galería murciana Two Art Gallery. Un total de 35 obras permiten al espectador acercarse al universo más íntimo, el de pequeño formato, del artista. «Dibujos, grabados, y pinturas se alternan con el diseño de objetos y mobiliario en un perfecto equilibrio de modernidad-clasicismo, donde la fusión de lo ornamental con lo funcional consigue dotar de una nueva dimensión a ciertos elementos presentes en la vida cotidiana», explica Eva Hernández, directora de la galería, que no oculta su admiración por el artista andaluz, «pintor, dibujante, escultor y grabador que compagina su trabajo con la ejecución de proyectos de diseño y arquitectura, diseño de joyas y la ilustración de libros, como la serie de diez aguafuertes realizados con motivo de la edición especial del 'Faetón' del Conde Villamediana presentes en la exposición». Y que son una delicia: la sobriedad, la imaginación, el detalle...

Tome nota

  • Exposición 'Dibujos&Esculturas', de Guillermo Pérez Villalta.

  • Visitas Two Art Gallery. Murcia. Hasta primeros de noviembre.

En su conjunto, explica Hernández, «la exposición retrotrae al espectador hasta el final de las años 80 y principio de los 90 como una pequeña muestra retrospectiva dedicada fundamentalmente a una serie de diseños, grabados, dibujos y esculturas, tanto en pequeño como en gran formato, exhibiendo piezas históricas, y prácticamente inéditas, como 'La Noria', 'Sagrario de las 12 casas' o 'General-Life', fantásticas obras creadas en madera, bronce y hierro policromado, acompañadas por una extensa colección de los dibujos originales realizados por el artista gaditano, previos al proceso creativo de cada una de ellas». Sin duda, «otra de las joyas de la muestra es la 'Silla Cuádriga'». Y, por supuesto, el conocido 'Vaso lacrimario', pieza en bronce de 1985.

Dibujos, objetos y mobiliario acercan a un creador que reconoce sentirse, en ocasiones, «totalmente ajeno al que mundo en el que vivo»

¿Saben cómo es el artista? «Soy una persona muy racionalista y todo lo medito mucho». Y, pase lo que pase, hace «hincapié en la utilización de un medio como el de la pintura por una sencilla razón, por su facilidad, su simplicidad, su inmediatez». Más que la pintura, Pérez Villalta defiende «el dibujo, que es todavía más simple».

¿Y qué quiere transmitir con su obra? «Lo que yo pienso», dice. Transmitir lo que ocurre en su imaginación «a un medio en el que los demás lo puedan ver, y el método mejor que he encontrado para eso y para no tener que acudir a la tecnología es la sencillez del dibujo y de la pintura». Tiene razón: «Decir que la pintura ha muerto es una barbaridad».

La cabeza del artista siempre funciona a mil por hora. Así es que, a veces, venga dolores, sensaciones extrañas y muchos problemas... Un día confesó: «Sí, entre ellos el insomnio. Me gustaría a veces tener un aparato para poder pararla. Sufro una especie de estrés en el sentido de que mi cabeza siempre va muchísimo más deprisa de lo que puedo realizar las cosas».

Cuando se le pregunta si andar sobrado de inteligencia e imaginación es un problema, responde que sí, claramente que sí, que «es un problema porque, además, te va distanciando de los demás. Yo me siento, a veces, totalmente ajeno al mundo en el que vivo. He llegado a pensar que eso es una forma de locura lógica. Me siento muy distanciado del mundo actual, me horripilan un montón de cosas que la gente toma como normales». Él, Pérez Villalta, es una persona que cree «en el individuo y no en la sociedad humana, que ha fallado a lo largo de toda su historia. Sin embargo el individuo, el ser humano uno por uno, es un mundo increíble y maravilloso». Por lo tanto, añade, «ese proceso de socialización de la cultura y de todo me parece absolutamente negativo. Hay que explotar la individualidad, e incluso pensar que a lo mejor hay que abandonar la sociedad industrial por una nueva sociedad artesanal».

Humanidad

Lo recuerdo bien. Dijo: «La imagen que más horror me puede dar es la de un estadio con cien mil personas gritando ¡gol!». Lo sabe: «Todas mis ideas sociales son absolutamente incorrectas políticamente». Para él, «el gran problema de la Humanidad es la Humanidad». Menos mal que sigue existiendo, aunque con comportamientos extraños, caprichosos, a veces infantiles, esquivos a avasalladores, el arte. «Me ha dado un placer permanente a lo largo del tiempo, es un refugio maravilloso para el hombre. El arte me da un enorme placer», reconoce. Una obra maravillosa, la suya, en la que abundan los cuerpos que la habitan.

«El amor, la pasión y la relación individuo a individuo son el gran enigma y la gran maravilla que vivimos. Es lo único que te saca de ti mismo, lo tengo claro. Incluso sus lados negativos tienes que vivirlos. Muchas veces he sobrevivido gracias al amor o al cariño de otra persona».

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