Mujeres santas, malas, vanguardistas y monstruosas en el arte
Herederas de Eva, grupo de divulgación científica de la UMU, estudia la representación de la mujer en la historia
Pascual Vera
Viernes, 21 de abril 2023, 00:05
El grupo de divulgación científica Herederas de Eva, que surge de un equipo de investigación de la Universidad de Murcia integrado por Patricia María Castiñeyra Fernández, María Victoria Zaragoza y María del Mar Albero, se ha lanzado al reto de estudiar y conocer las circunstancias de la vida de las mujeres a lo largo de la historia y analizar el imaginario y el concepto que se tenía de las mismas a partir de la observación de las obras de arte en las que aparecen representadas. En muchas de ellas, la mirada sesgada masculina aprovechaba estas representaciones para proyectar el ideal de mujer estipulado en cada época.
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Importancia del cabello
Cuando murió la iraní Mahsa Amini, a la que golpearon provocándole la muerte por llevar el cabello suelto, las mujeres de su país comenzaron a cortarse el pelo en señal de protesta por la represión que están llevando a cabo de nuevo contra ellas, llegando a sacarlas de las aulas. Desde Herederas de Eva explicaron este gesto desde la Historia del Arte.
El cabello siempre ha tenido una enorme importancia en la construcción de la imagen de la mujer, ya que llevar el cabello largo ha sido uno de sus principales rasgos, mientras que llevarlo corto era símbolo de masculinidad.
Las mujeres llevaban el cabello largo como signo de su feminidad pero, por otro lado, debían ser recatadas y no llamar la atención con su aspecto exterior. La melena se consideraba un elemento atractivo y sensual, por lo que aunque se llevara largo, debía llevarse recogido y, en el caso de las mujeres casadas, incluso velado.
Las mujeres con el pelo suelto y al aire se consideraban tentadoras y atrevidas, incluso salvajes. Esto precisamente fue algo que llamó mucho la atención de los conquistadores al llegar a América, pues las mujeres indígenas lo llevaban suelto y este fue referido como el mayor signo del «salvajismo» de los habitantes de estas tierras.
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De hecho, mujeres relacionadas con el pecado o la sensualidad, como Salomé, Eva, María Magdalena o Venus, eran representadas también con el pelo largo y suelto.
Una vez que se casaban se recogían el cabello, pero es que todavía, a mitad del siglo XX, cuando las mujeres volvían de la boda se cortaban el cabello.
Ilustran el tema con la serie 'Juego de tronos'; cuando se descubre el tema del incesto de Cersei Lannister, su castigo principal es sacarla a la calle desnuda y cortarle el pelo. El pelo corto, por su relación directa con lo masculino, estaba vetado a las mujeres, aunque algunas de ellas adoptaron una imagen más masculina, tanto en su cabello como en sus vestimentas, para conseguir o conservar el poder.
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Las tres se refieren a algunas de las principales políticas de los últimos tiempos, como Angela Merkel, Margaret Thatcher o Christine Lagarde, con trajes de chaqueta y colores serios, ya que sentían la necesidad de acoger una imagen masculina para legitimar su poder y conseguir la confianza de una sociedad nada acostumbrada a que las mujeres estén en esos puestos.
Mujeres barbudas: el estigma de las mujeres monstruosas
Otro tema sobre el que han trabajado mucho es el estigma de las mujeres monstruosas, las que tenían hirsutismo o alguna enfermedad hormonal eran estigmatizadas porque se consideraba que sufrían un castigo por algún pecado que habían cometido.
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José de Ribera hace una representación de Magdalena Ventura, que es una señora que le encargaron que retratara con absoluto naturalismo, casi como si fuera un documento científico. Ribera hace un retrato exacto de ella, y es impresionante, porque, a pesar de ser una mujer, tiene unos rasgos masculinos muy marcados, tanto el rostro como las manos, porque las hormonas hacen no solo que le crezca el vello, sino que la apariencia física se aproxime a la de un hombre.
La mujer barbuda mira al espectador con determinación, como diciendo, «a este niño lo saco adelante sea como sea», mientras su marido está en un segundo plano, como si el fondo lo estuviera absorbiendo. Está asustado, sobrepasado, como preguntándose qué ha hecho para merecer esto. Ella era una mujer normal hasta que, en su cuarto embarazo, tiene un problema hormonal que le confiere la apariencia de hombre.
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En la antigüedad, el vello facial estaba asociado al pecado, siendo como era una consecuencia de un problema hormonal. Estas mujeres eran echadas de sus pueblos, se decía que atraían la mala suerte y las plagas, como la langosta, el granizo... el estigma también era para el hijo, y no solo para él, sino para varias generaciones, pues se suponía que era el vástago de la pecadora, y que había nacido así porque durante las relaciones sexuales ella había soñado con algún animal y había sido castigada por Dios.
Salomé, Carmen... señaladas como malas mujeres
Salomé, Carmen y otras fueron mujeres señaladas a causa de su maldad. En sus representaciones siempre tenían los cabellos sueltos. La danza se asocia con estas mujeres que arrastran a los hombres a la perdición. A estos no les queda más remedio que sucumbir a las hijas de Lilith, la primera mujer de Adán, que era una alucinación que de noche se les aparecía a los hombres y los llevaba a la perdición. A Judith, la mujer que le cortó la cabeza a Holofernes, se la considera una buena mujer porque salvó la vida a su pueblo, pero, por otro lado, no deja de ser una mujer que agarró una espada y le cortó la cabeza a un hombre. Así que está dentro de las mujeres fuertes de la Biblia. En el caso de España, durante mucho tiempo Judith no fue representada porque no interesaba que fuera demasiado conocida dado su carácter de mujer fuerte, que puede enseñar a las otras mujeres el camino de la liberación.
Otras mujeres barbudas eran asociadas a la Santa liberada o santa Wigefortis, muy conocida en el Renacimiento y después en el Barroco. En Alemania y Portugal será la patrona de las mujeres que no quieren casarse.
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No hay que olvidar que el matrimonio en épocas anteriores era concertado. El padre tenía que aportar la dote de la hija que se iba a casar, por tanto, cuanto más dinero aportaban por ella, podía alcanzar una posición más alta. En realidad, era como un intercambio: te doy dinero a cambió de un estatus social, era una sociedad absolutamente estamental.
Las vanguardias y la mujer
A partir de las vanguardias y del arte contemporáneo, lo que más les interesa a las componentes del grupo es el aumento considerable de las mujeres que se dedicaron a la práctica artística.
En el arte contemporáneo se continúan representando algunos arquetipos sobre la mujer en el arte, como el desnudo, la sensualidad, la 'femme fatale', pero la iconografía sobre las mujeres no está tan sistematizada y es más complicado hacer una clasificación de ésta. Ahora es más interesante, por ejemplo, analizar la relación entre el artista y la musa, como ocurre en el caso de Picasso o Dalí, incluyendo las relaciones tormentosas, y temas como la sexualidad, la obsesión del artista...
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Se produce también el tema de las esposas artistas, a las que, a pesar de ser artistas y a veces de gran valía, no se les daba la misma importancia que a sus parejas. A veces incluso, con una obra muy similar, se hablaba del hombre y a la mujer se la obviaba o se decía que no había que olvidar que era una ama de casa.
A partir de las vanguardias, y por supuesto en el arte feminista, con mujeres que hacen 'performances' hablando ya directamente de feminismo, con artistas como Ana Mendieta, en cuya obra reivindicó la figura de la mujer y denunció la violencia a la que se veían expuestas.
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Existen muchas mujeres que tuvieron un papel muy importante en las vanguardias, pero no se han estudiado con la misma intensidad que los hombres, como María Blanchard, Leonora Carrington... que pasaron mucho más desapercibidas que sus compañeros hombres a pesar de sus valores.
De la mujer en el hogar a las sufragistas
En el siglo XIX empieza la lucha de la mujer por el sufragio universal, las primeras feministas. Es el tiempo de la revolución industrial, la mujer independiente, la que trabaja en las fábricas. Surgen algunas ideas, como las de Mary Wolstonecraft, a raíz de las ideas de la Revolución Francesa, que van poniendo su granito de arena a algo que ya existía en cierto modo. A lo largo de la Historia ha habido diferentes momentos en los que las mujeres han reivindicado su capacidad intelectual, el derecho de las mujeres al acceso a la universidad y la política frente a la visión misógina de la sociedad. Ya desde principios del siglo XV, autoras como Christine de Pizan lo defienden en la 'Querella de las mujeres', formulando la idea de la igualdad entre ambos sexos.
Aun así, no será hasta el siglo XIX cuando estas ideas lleguen a tomar cuerpo, momento en el que la imagen de la mujer reivindicativa será contrapuesta a la madre como ángel del hogar. Durante el siglo XVIII el ambiente había sido un tanto libertino, las mujeres gozan de cierta libertad, pero al llegar el XIX el tema se frena un poco y se vuelve a abogar por la mujer doméstica, la que desempeña su tarea dentro del hogar: la buena esposa. Se produce así una corriente en la que existe una representación muy típica de las mujeres en las que se les ve aburridas, tiradas en un sofá en casa. La mujer ociosa era el ideal de mujer: la mujer en el hogar, sin nada que hacer. Una respuesta a esto es la mujer fatal, cuando se la retrata como una mujer con una vida libre e independiente.
Esa es la historia del arte que todavía está por hacer, afirman Castiñeyra y Zaragoza. En Murcia tenemos el caso de Francoise Duparc, la hija del escultor francés que nació en Murcia y de la que tan solo se conocen cuatro lienzos en la actualidad. Tuvo una larga trayectoria, llegando a pintar para las cortes francesa y británica, y fue académica en Marsella, pudiendo compararse con los mejores retratistas de su época.
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En la Región de Murcia se conservan muchas obras de temática religiosa en las que aparecen representadas mujeres sagradas que fueron utilizadas como medio para difundir la imagen ideal de la mujer: desde las mujeres representadas por Salzillo, todas ellas ejemplo de sacrificio y valor, la Santa Catalina del MUBAM, ejemplo de consistencia e intelectualidad, o María Magdalena, de la que se conserva un magnífico lienzo de Valdivieso en el MUBAM, y quien tiene una doble imagen: por un lado la de la mujer sensual y pecadora, pero también la del arrepentimiento y la penitencia. Otro ejemplo curioso, conservado en el MUBAM, representa 'El viaje de Tobías y Sara', en el que ambos están haciendo un descanso. Si nos fijamos en Sara, ésta aparece con un pecho casi al descubierto, como si se le hubiera bajado el vestido por la postura, algo que no tiene más explicación que el gusto por representar la sensualidad femenina.
Una exposición virtual en marcha
El grupo de transferencia del conocimiento de la UM al que pertenece este grupo de divulgación acaba de inaugurar la exposición virtual 'Paraíso de silencios. Religiosidad conventual femenina. Cosas de mucho secreto entre Dios y el alma'.
La exposición analiza nueve temas relacionados con la arquitectura monacal femenina, sus objetos de devoción, sus ornamentos litúrgicos, el ejemplo de sus madres venerables, las pinturas religiosas que las acompañaban, el patrimonio perdido y la repercusión de la imagen de su vida en soledad en sociedades posteriores. La exposición se dirige a la comunidad académica pero, al mostrar los contenidos 'online', también presenta una voluntad divulgativa que acerque el conocimiento a todo el público interesado en el arte y el patrimonio conventual femenino, el que permanece y el que desapareció.
En el Museo de Santa Clara la Real hay una magnífica colección de Niños de Pasión que ilustra la importancia de la infancia entre las comunidades femeninas, ámbitos en los que se renunciaba a la maternidad pero no a la ternura hacia los más pequeños. Igualmente, en el Museo de la Catedral se conservan imágenes muy interesantes relacionadas con la imagen de las mujeres a través de su santidad, como la Virgen de la Leche o Santa Lucía. La imagen de la Virgen fue de gran importancia, pues al ser la mujer perfecta sirvió de espejo para las mujeres. Sin embargo, las santas tuvieron un papel más cercano pues, a diferencia de la Virgen y su gran divinidad, las mujeres sentían más fácil identificarse con sus renuncias, sus problemas y sus devociones. La virgen era un ejemplo inalcanzable pero las santas eran personas con las que se podían sentir más identificadas, más cercanas, por lo que eran un gran ejemplo.
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A través de sus representaciones artísticas se puede estudiar el tema de la vestimenta, ya que muchas de las santas, para darles una dignidad, eran vestidas como las mujeres nobles de la época, y era algo que chocaba un poco con lo que se pregonaba de la austeridad, la huida de los lujos y el ser decorosas, como debían, las mujeres de entonces. En los museos de la Región hay muchos ejemplos.
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