«Miguel Hernández nunca se comportó como una víctima»
Adrián Salzedo da vida al poeta oriolano en 'Para la libertad', una obra de teatro con las canciones de Serrat que hoy llega al Romea de Murcia
No es la primera vez que se lleva a los escenarios la vida y obra del poeta Miguel Hernández pero, en esta ocasión, el montaje ... que hoy llega al Teatro Romea, lo hace con las canciones de Joan Manuel Serrat como hilo conductor. 'Para la libertad' se basa en el álbum homónimo publicado en 1972 para crear un «canto a la belleza de las palabras, a la música capaz de arañarnos el corazón, a la amistad y a la vida, encarnadas en la figura de un poeta maldito que le cantó al amor y a la justicia social como nadie ha vuelto a hacerlo», explica Gabriel Fuentes, director de este montaje que se pondrá en escena este sábado a las 20.00 horas –entradas 15, 20 y 24 euros–, con un elenco formado por Adrián Salzedo, Eva Rubio, Pablo Sevilla y el músico Daniel Molina.
El actor madrileño Adrián Salzedo da vida al poeta de Orihuela, un papel que le llegó de casualidad: «Estoy trabajando en el musical 'Godspell' –producido por Antonio Banderas y dirigido por Emilio Aragón– y me llamaron de la productora para sustituir a Daniel Ibáñez, que está con varios proyectos. Me tuve que preparar el personaje en diez días. Mis compañeros me ayudaron muchísimo».
«Sin ser un gran entendido en poesía, soy admirador de la obra de Miguel Hernández», asegura el artista, premiado en 2019 como Mejor Actor Protagonista de los Premios de Teatro Musical de España por su interpretación en el musical 'El Médico'.
Canciones como 'Las nanas de la cebolla', 'La elegía a Ramón Sijé', 'Llegó con tres heridas' y 'El niño yuntero', entre otras, sonarán en esta propuesta, cuyo mayor reto para el actor es «darle la humanidad y veracidad necesaria al personaje. Hay imágenes de él, hay vídeos y hay escritos de él. Es una persona que está muy presente en la cultura e historia de España. En la obra se tratan muchísimos temas muy profundos y bastante delicados. No hay que tratarlo como una víctima porque Miguel Hernández nunca se comportó como una víctima, al contrario, fue un mártir que murió abandonado en la cárcel. Él siempre estuvo al pie del cañón, era muy directo en su forma de expresarse, muy poco correcto muchas veces, pero una persona que se movía y luchaba desde el corazón», cuenta el intérprete de una obra en la que se repasa la vida del poeta «desde que conoce a Josefina, sus viajes a Madrid, su relación con Ramón Sijé, con Pablo Neruda, su vuelta a Orihuela, su viaje a Rusia...» y todo con la brillante música de Serrat.
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